La presa valiente.

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Anhanga -Mitos de hombres lobo




El mundo es un lugar irónico. El silencio es ruidoso. Mucha luz te deja ciego. Yo, el dios de la caza, estoy siendo cazado.

Avanzo en una caverna sinuosa, húmeda y oscura. La piedra pelada de las paredes parece huellas que alguien más dejó. El suelo irregular me invita a tropezarse y perder todos los dientes o lo que me queda de dignidad. Mi respiración agitada reverbera. Mi instinto me dice que doble a derecha, pero ya no sé qué tanto caso hacerle. Me falló en más de una ocasión. Primero me dijo que ir a una reunión de dioses por Halloween era una buena idea.

Últimamente los humanos están destruyendo mis bosques, digo... este, los bosques que protegemos yo y otros dioses, pero en especial yo. Para detener esta masacre teníamos que hacer algo, por eso, con Deméter, exhibimos la C.O.L.A frente a todas las otras divinidades. Aunque parezca mentira, la Coalición Oficial y Laboral de Árboles no atrajo interés. Fuimos a esa tonta reunión con cientos de panfletos, esperando que se unieran a nuestra causa, que Anubis matara a todos los accionistas de la papelera o que Zeus los fritara con sus rayos... pero nada. Puro y divino desinterés.

Entonces, Eris dijo que ningún dios prestaba atención a la naturaleza porque eran unos engreídos que solo tenían la nariz puesta en las cosas que les interesaban: la muerte, el amor, la guerra, los rayos... Pero que ignoraban que todo estaba conectado. Después agregó que si , sin sus poderes, no soportarían ni una noche la diciplina o el sentimiento del que eran dioses.

Todos se ofendieron, como es de esperar cuando habla Eris, pero aceptaron el desafío, como no es de esperar cuando habla Eris. Cedieron sus poderes y fueron arrojados a tétricos escenarios; seguro Afrodita está sufriendo desamores y Mictlantecuhtli batalla en primera línea.

Pero yo no. Yo no acepté el desafío. Tengo la suficiente inteligencia para detectar las trampas. La sosa de Eris me forzó a jugar: me secuestró. Ahora deambulo sin poderes, en esta caverna, siendo perseguido por algo que espero no sea un hombre lobo, porque yo estoy a la altura de un dragón o un Tagua Tagua, incluso sin poderes y maniatado de pies y de manos y drogado. Lo dejo más claro si es necesario: soy poderoso. Aunque la gente se haya olvidado de mí y de los bosques.

Un rugido, procedente del interior de la caverna, hace que mi cuerpo tiemble de pies a cabeza... es natural, así funciona, se está preparando para el combate ¿Miedo? ¿Yo? Miedo es la definición que crearon mis presas, miedo es lo que sentirá Eris cuando recupere mis poderes, miedo es lo que desayuno con pan, miedo es...

―¡Ayuda!

Alguien grita eso. Puede que sea yo.

Se supone que tengo que derrotar a la bestia y recuperar mis poderes. Pero estoy huyendo y no encuentro ningún cartel que diga "PODERES POR AQUÍ" No pienso pelear así. Es tan fácil que es insultante.

Corro sin ninguna dirección. Me choco estalagmitas, estalactitas, de haber estado el jodido monte Olimpo me lo habría chocado también. Caigo magullado al suelo. Jadeando. Parece que me golpearon, pero solo fui yo.

Giro la cabeza.

Ahí están mis poderes. Digo, que tantas posibilidades hay de que una lanza brillante flote en mitad de caverna.

El monstruo está cada vez más cerca. Ahora escucho su resuello histérico, necesita rápido un inhalador, un otorrinolaringólogo o... lo hirieron para que la fiera sea una verdadera bestia. Como debilitan y cabrean a los todos antes de cada corrida. Pensar en las corridas hace me hierva la sangre.

No hay nada más cobarde que cazar a un herido. O creerte dios solo por tus poderes... No hay nada más cobarde que matar la vegetación que te da vida... destruir solo porque puedes. Lo entendí. Antes tenía miedo. Miedo de creer que no era capaz.

Yo era capaz de derrotar al animal sin mis poderes, así como podía salvar la forestación sin ayuda de las otras divinidades. Yo era el gran y único Anhanga y esa noche, yo, iba a hacer algo valiente.

Me pongo de pie. Aprieto los puños y enfrento a la bestia que era... un hombre lobo. Demonios Eris, sí que era malévola. Por un lado, está un animal bípedo, peludo y café, cuyo cuello chorrea sangre. Está herido. Su dentadura parece un alfiletero y de esa fina ortodoncia cuelgan jirones de carne fresca. Se zampó a alguien en el camino, no soy una persona rencorosa, pero ojalá fuera Eris. Tiene zarpas similares a manos rematadas por garras filosas. Genial. Luego estoy yo: un joven albino, flacucho, vistiendo falda de paja, descalzo y con dibujos rojos recorriendo su piel. La única protección que tengo son cintos y lazos que ato a mi cuerpo para cargar armas que ya no cargo y mi mascara de cráneo de ciervo. Bajo la mascara para que me cubra toda la cara. Las astas pesan. El corazón está ligero.

Es un hombre lobo, es mitad humano, mitad perro. Hay dos maneras de ganarle a un perro: o lo matas o le demuestras que eres más fuerte.

―Y hoy no morirá nadie ―dije.

Corrimos, pero en lugar de embestirnos, salto a su rodilla, esquivo su mandíbula, lo abrazo por el costado, giro y trepo a su espalda. Trata de arañarme, pero por suerte no es muy flexible. Eludo los manotazos. Rodeó su cuello, apuntalo mis talones en sus costillas y lo asfixio. El animal bufa y forcejea, pero no puede librarse de mí. Golpea su espalda contra las paredes, me machuca. Me repito que soporte un segundo más. Uno más... uno... Finalmente, cae rendido a mis pies, jadeando.

Acaricio su lomo.

―Ya, ya, mimo, mimo.

Suspiro y siento algo que muchos me quitaron a trozos durante tanto tiempo: orgullo.

Tomo la lanza, siento la energía y ligereza de ser yo recorriéndome cada fibra y me marcho con lentitud de esa cueva. De fiestas y dioses ya tuve suficiente.

¡Hola a todos!

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¡Hola a todos!

El desafío de Halloween para este relato era que un dios (a elegir de una lista dada) tenía que atravesar un mito popular, en un escenario y circunstancia (a elegir de una lista dada). Todo en 1000 palabras. Este relato tiene 997 y elegí: Anhanga -mito hombre lobo- Una cueva oscura- tras un secuestro- pierdes tus poderes.

No sé si es terrorífico, tal vez para un niño, en lo personal, después de conocer a Junji Ito siento que nada es tan "horripilante" ¡Busquen sus mangas este octubre, quedarán horrorizados! ¡Abrazo!

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⏰ Last updated: Oct 06, 2023 ⏰

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