Uno

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—Hijo, ¿Cómo van los preparativos de la boda?— preguntó la madre de Jeongin mientras le daba un abrazo lleno de afección.

—Un poco más pesado de lo que imaginé—se limitó a responder.

Jeongin no quería decirle a su madre, la cuál se veía demasiado feliz, que todo estaba siendo un desastre. Empezando por la decoración, estaba a un mes de casarse y a último momento la florista, encargada de planificar y decorar todo lo relacionado con las flores y la decoración de la boda, avisó que para esta temporada era muy difícil, imposible, conseguir orquídeas.

Él estaba enojado, porque cuando se hizo el acuerdo, la chica le había asegurado que todo estaría como él lo había pedido.

—Es un poco difícil, pero valdrá la pena

Jeongin asintió con movimientos en su cabeza.

La notificación de un mensaje sonó. Jeongin miró su celular que había vibrado en su mano, haciendo una mueca. Seguramente era la florista, tratando de hace cambiar de parecer al elegir sus flores.

Ignoró el mensaje y llevó toda su atención a su madre que se encontraba colocándose sus zapatillas, mientas colocaba las pantuflas en su lugar.

—¿Por qué te vas pronto?— preguntó confundido Jeongin. Las visitas de su madre siempre eran largas.

-—Estaba de paso y quise venir a saber que tal te iba con los preparativos de la boda, sé lo difícil que suelen ser— abrazó para luego darle un beso en la frente a su pequeño hijo- papá te mandó a decir que te espera para la cena del fin de semana.

Salió del departamento de lujo con la mirada de reproche de su hijo.

—¡Sabía que algo tramabas!

Jeongin odiaba esas cenas que realizaba su padre. Toda las personas que asisten solo están para negocios y ahora con su matrimonio lo último que quiere es involucrarse con ese tema. Le dejaría eso a Bang chan, que ahora era el encargado de su empresa.

Caminó hacía el sofá para luego tomar su celular y revisar el mensaje que le había llegado. Era un Gmail, entró a la aplicación para leerlo y cuando lo hizo, su corazón se vino en picada.

Con las manos temblorosas y su visión borrosa por las lágrimas acumuladas en sus ojos pronto a caer, llamó a su prometido. Su corazón bombeando con fuerza aferrado a la idea de que todo era una equivocacion.

Después de tres pitidos la voz dulce de Chan se escuchó en línea- Dime, bebé

—¿Por qué no me lo habías dicho?— su voz había sonado más rota de lo que pensó.

La línea quedó en silencio unos segundos, hasta que chan habló confundido—¿De qué hablas, bebé?

—Perdiste mi empresa...

—¡No! No todo está perdido, pronto firmaré un contrato y..

Y Jeongin lo había dejado de escuchar. Lo había perdido todo.

Había perdido por lo que tanto se había esforzado en conseguir; desde niño había sido alguien amante a la moda y cuando su mejor amigo en un día en la juventud, llegó con una "idea arriesgada" creó su marca, que hoy en día era una de las más demandada en el mercado.

No lograba entender como se sentía en esos momentos. Su cuerpo estaba presentado una mezcla de emociones, que sin duda eran negativas.

¿Por qué Bang chan, su prometido, lo había traicionado así?

Jeongin no había escuchado el sonido de la puerta del departamento avisando que alguien había ingresado. Estaba perdido en el mar turbulento de su mente. Hasta que sintió unos brazos que lo envolvieron en un abrazo con intención de ofrecer lenitivo, pero lo único que germinó fueron más sentimientos y pensamientos desfavorables.

—Perdóname, Jeonginnie—Murmuró Chan. Lo había arruinado todo. — Buscaré como solucionar esto, te lo prometo.

El llanto de Jeongin se intensificó. Se sentía tan perdido, que le parecía imposible dejar de llorar.

—Todo estará bien, Jeonginnie—Mintió. Sabía muy bien que nadie querría firmar con él, ya que desde hace unas semanas había salido a la luz el estado de la empresa.

[⚓]

Lunes por la mañana. Jeongin llevaba varios días con la desesperación al borde. Su desesperación era tan notaría como los poros en su piel

Después del colapso que tuvo la semana pasada, logró calmarse y tener una conversación con su prometido, dónde le aseguraba que había un inversionista interesado en empresas de moda, cómo la suya.

Y sí, Bang logró obtener una reunión con el CEO de "industries Lee" una fábrica de telas en Japón, que se estaba llevando a cabo justo en esos momentos. Habían posibilidades de que el señor Lee aceptara ser inversionista, ya que al ser de exterior quizás no estaba enterado de la situación.

Si el contrato se lograba realizar sería su salvación para poder recuperar su empresa. Necesitaban que ese contrato se diera, porque la empresa se había ido a la quiebra y con ella, Jeongin y Chan.

Miró por enésima vez su celular. Si todo salía bien, Chan lo llamaría dandole la buena noticia. Luego de varios segundos el sonido de una llamada entrante opacó el amargo silencio del lugar.

Inmediatamente, como en estado automático Jeongin contestó.

—Todo se ha acabado. Por más que intenté hacerle saber el beneficio que traería firmar con nosotros, simplemente se negó.

Al escuchar aquello la a vista de Jeongin volvió a ser nublada. Las lágrimas consiguieron entablar un sendero por sus pálidas mejillas rodando hasta perderse por lo más bajo de su mandíbula.

La dilación lo matandolo y haciéndole arder en la desolación.

Quiero agradecerle mi linda por ayudarme con este capítulo.

contract and pleasure; HyunIn Where stories live. Discover now