~• Volviendo al pasado •~
Aether se encontraba arrodillado en el suelo mientras respiraba con dificultad, frotaba sus ojos untentando aclarar su visión, pero nuevas lágrimas le impedían ver a quién tanto había estado buscando.
Tras tan largo viaje, en el cual había perdido todas las esperanzas de encontrarla, ahí estaba, frente a él, dándole suaves golpes en la espalda intentando calmarle.
Las personas a su alrededor observaban con interés y temor al mismo tiempo. Tenían frente a ellos a la líder del más poderoso ejército de Teyvat, aquel que les había atormentado durante tanto tiempo, formando parte de las peores pesadillas de los más pequeños.
Lumine, la temida y desconocida princesa del abismo. Ahora todos conocían la trágica historia de Khaenria'h, el castigo de los dioses hacia sus ciudadanos, siendo maldecidos con el sufrimiento que significaba vivir eternamente. El origen de los hilichurls, el por qué de las acciones de la orden del abismo y la conexión de Lumine a estos hechos.
Entre el gentío se encontraba Dainselif, analiznado el encuentro en silencio. Tras un leve asentimiento de cabeza desapareció entre la multitud.
En ese mismo instante la imagen comenzó a temblar, las personas desaparecieron en un abrir y cerrar de ojos. Un silencio ensordecedor reinaba en la plaza.
Un pestañeo, la fuente se encontraba totalmente destrozada, sin agua, el blanco inmaculado del cemento era ahora de un gris opaco y desgastado.
Otro pestañeo, la mesa de alquimia estaba tumbada, como si un huracán la hubiese tirado. Tenía una esquina rota y ya no se iluminaba, parecía... Inservible. Papeles esparcidos con palabras indescicrables, al parecer la lluvia había corrido la tinta.
La imagen volvió a temblar. Lugares comenzaron a pasar a una velocidad vertiginosa. Una y otra y otra sin cesar.
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Aether despertó agitado, su cuerpo temblaba incontrolablemente y la cabeza le dolía demasiado. ¿Qué es lo que acababa de ocurrir? Miró sus manos y las pasó desesperadamente por su rostro.
Agitando su cabeza levemente se levantó de la cama, encaminándose al ventanal de su habitación. Tras salir se apoyó en la barandilla del balcón, disfrutando el frescor de la noche.
Una gran explanada verde se extendía hasta donde alcanzaba la vista. Las estrellas brillaban intensamente en el cielo, dejando ver unas preciosas auroras boreales.
Pero lo que más captaba la atención de Aether era la Luna. Una Luna llena, gigante. Parecía que le llamaba, le atraía y lo atontaba, como si cantara una hipnótica melodía.
—Aether, ¿qué estás haciendo aquí fuera?— la voz le sacó del shock en el que se había quedado, girándose para ver a su hermana.
—He tenido... Un sueño raro— El reencuentro con Lumine se había producido unos años atrás, cinco para ser exactos.
Tras conseguir haber dado con ella y solucionar los asuntos pendientes habían decidido comenzar un nuevo viaje, como en los viejos tiempos.
—Hace un tiempo que estás teniendo sueños raros— reflexionó ella —¿Sobre qué iba?
Aether se quedó unos segundos en silencio, dudando en si responder o no. Lo que había pasado en Teyvat era un tema delicado para Lumine, y después de todo, para él también. Además, había pasado bastante tiempo desde que abandonaron el lugar.
—Era sobre... Ya sabes— dijo tras un suspiro— No me mires así, no puedo evitarlo.
—Está bien, no te miro de ninguna forma— se excusó la chica alzando las manos en señal de inocencia— ¿Por qué has soñado sobre ese lugar? Hemos visitado muchos mundos tras eso.
El silencio volvió a reinar entre ellos. Aether volvió a mirar al cielo buscando las palabras adecuadas. Jugaba ligeramente con sus dedos. Al ver esto, su hermana se acercó apoyándose a su lado.
—Hace una noche preciosa— dijo ella cerrando sus ojos dorados. Una leve brisa mecía sus cabellos dándole un toque soñador.
—Soñé sobre el día de nuestro reencuentro— dijo una vez decidido a hablar, encontrando el valor necesario —De repente todo... Temblaba, desaparecía, se destruía.
Más silencio, solo se escuchaban los grillos cantar, mientras el pasto era iluminado por las luciérnagas. Pequeñas lucecitas revoloteaban dándole vida al lugar.
—Lumine, tengo un mal presentimiento. Algo ha ocurrido. Necesito ir— la voz de Aether comenzaba a temblar y agitarse, suplicaba el volver a ese lugar, pero entendía si su hermana no quería. Teyvat la había atormentado durante siglos.
—Está bien— su voz sonaba algo indecisa, pero para su sorpresa, había aceptado.
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Aquí estaba de nuevo, frente a la puerta de piedra que había indicado el inicio de un largo infierno para él.
No podía evitar recordar la aparición de la diosa desconocida, su corta e intensa batalla contra ella, finalizando en la desaparición de su hermana al ser engullida por unos extraños cubos.
Miró a su alrededor con gran pesar, el lugar estaba cambiado. El puente, los pilares... Eran los mismos, pero se encontraban agrietados. Enredaderas completamente secas decoraban de forma lúgubre el lugar, dificultando abrir la puerta.
Era como si estuviera totalmente sellada, como si les diera una oportunidad para marcharse y no volver jamás. El puente que antes se encontraba a gran altura ahora estaba a ras del agua. ¿Era agua? No podía afirmarlo con seguridad, el líquido completamente opaco y gris se mecía con suavidad.
Esto solo aumentaba las sospechas de Aether. ¿Qué había pasado?
—Esto... Da mala espina— habló Lumine sin ibtener respuesta alguna de su hermano. Ambos observaban el lugar con cautela.
Tras mucho esfuerzo consiguieron hacer girar el oxidado mecanismo, siendo absorbidos hacia el interior sin luz alguna.
Los nervios a flor de piel, la respiración entrecortada. Poco a poco sus ojos fueron cerrándose dejándose llevar por la fuerza invisible que lo arrastraba.
En su interior tenía la esperanza de que todo eran imaginaciones suyas, de que podría volver a ver a sus amigos.
Lo primero que haría sería buscar a Paimon, su querida compañera de viaje. ¿Seguiría siendo tan glotona como siempre? Hablaría con Venti, y le explicaría a Zhongli la gran cantidad de mundos que existían. Podría tomar un té en la Hacienda Kamisato junto a Ayaka y Ayato, encendería fuegos artificiales con Yoimiya. Con un poco de suerte encontraría a Xiao en la Posada Wangshu. ¿Cómo estaría Nahida?¿Habría crecido la pequeña arconte dendro? Quizá Scaramouche había podido dejar atrás su pasado. ¿Furina seguiría siendo una gran celebridad de Fontaine?
Una nueva aventura estaba a punto de comenzar.
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"Corto, pero aquí está. Tomé la idea a partir de algunos trends de Tiktok, sobretodo del vídeo de @satoru_panadero. No creo que llegue a ser una historia larga, ya que quizá se haría algo repetitiva, pero aquí tenéis el primer capítulo.
También decir que intentaré encontrar tiempo para escribir, ya que con los exámenes y el instituto casi no tengo. Si queréis hacer alguna pregunta o lo que sea os invito a dejarla por los comentarios, intentaré responder. Byee"
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~• AS I PROMISE •~ (Genshin Impact)
FanfictionAventuras, amigos, recuerdos perdidos para siempre. ¿Realmente este era el Teyvat que Aether había conocido?¿Este era el precio a pagar de su inmunidad a la erosión del tiempo? Se sentía miserable por volver a pisar esas tierras, llenas de promesas...
