Jaque al Rey

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Los ataques continuaron por parte de los vampiros más jóvenes, ahora eran más agresivos y más osados, ya no se conformaban con matar vampiros, ahora aniquilaban familias humanas completas, exponiendo de esa manera a todos los clanes, desatando la guerra entre estos.
Esto llegó a oídos de Nemilus quien se había enterado de la presencia de un vampiro cuyo poder era capaz de desmembrar un clan entero.
La gran mayoría de las veces el vampiro en cuestión trabajaba en solitario. Pero se le había visto con otros clanes, entre ellos el de Lupei.
A Nemilus no le importaba el destino de esos infelices jóvenes, pero quería saber quién era el vampiro con tal fuerza que por mucho lo superaba a él, ya que los clanes hablaban con reverencia y miedo.
Tenía tantas cosas del que ocuparse, pero ya se sentía cansado, fastidiado de la soledad y de los mismos putos problemas entre clanes,  peor se sentía al darse cuenta de la necesidad de estar cerca de Stelian esto lo consumía cada maldito día.
Desde que se apartó del muchacho, Nemilus estaba más irascible, no había vuelto al bosque y por lo que supo gracias a los lobos el muchacho había abandonado la cueva y seguía entero.
Nemilus no comprendía en qué momento su vida había cambiado, todo era una locura.
Primero debería hacerse cargo de los neonatos, luego pedir una tregua con el bastardo Iván Lupei y por último averiguar si existía alguna forma de vincular a Stelian con él y renunciar a su pareja de vida, aunque eso signifique el suicidio del otro vampiro.
Odiaba el rumbo que habían tomado las cosas, todo era complejo y enredado.

Con un plan en la cabeza y mucha ira en su interior, Nemilus se dirigió hasta el bosque para rastrear a esos estúpidos vampiros jóvenes.
Debía encontrarlos rápido, antes que otros clanes les den caza.
Agazapado en medio de la espesura, Nemilus esperó a que se haga su presencia el grupo. Esos vampiros no era listos, pues muchas veces divulgaban con quién no deberían, de esa manera se enteraban los clanes.
Nemilus estaba harto de vampiros jóvenes y estúpidos, hasta por sentido común era mejor guardar silencio.

No tuvo que esperar mucho, pues un reducido grupo se acercaba, eran ruidosos y salvajes, Nemilus notó que carecían de la formación que un vampiro debe recibir durante los primeros veinte años, estos eran como si los hubieran transformado y dejado a a su suerte.
—Debemos encontrarlo y matarlo,—dijo uno de los integrantes del grupo —pero no sabemos quien es, a demás, con esto firmaríamos nuestra sentencia.
Una irónica sonrisa apareció en el rostro de Nemilus, — Al menos no son eran tan idiotas como parecían.
El grupo se detuvo, sintiendo una singular presencia.
—Sal de donde quiera que estés, —la voz gruesa del vampiro que parecía el líder llamó a aquel que se ocultaba, no había amenaza en su voz.
Nemilus con una seguridad de quien se sabe fuerte, se apareció entre el grupo, cayendo justo en el medio.
Era obvio por la reacción de los presentes que reconocieron estar ante la presencia de un vampiro fuerte y poderoso. Y por un momento temieron que este sea el exterminador, así que se pusieron en guardia.
—¿Quién es el líder y qué buscan?, preguntó Nemilus con aire autoritario.

Un tipo de complexión delgada, ágil, de cabello castaño oscuro caminó hasta él frente.
—Yo soy él líder... ¿y tú eres?.
Nemilus con una mirada fría les transmitió su desdén al ser inferiores.
—Yo hago las preguntas.
Él líder se cruzó de brazos, mirando de reojo a sus acompañantes, como si con ello lograra intimidar a Nemilus.
Una estruendosa carcajada sonó en él lugar.
—Vaya —la voz profunda hizo estremecer al grupo —Sí que eres idiota. ¿En serio crees que me vas a detener con un grupo de inexpertos como tú?.
—¿Eres aquél que esta desmembrando a esos jóvenes hermanos?, el vampiro se puso más a la defensiva junto con los demás miembros del grupo.
—¡Ya dije que las preguntas las hago yo!, rugió Nemilus con furia.
Los vampiros prudentemente retrocedieron, mientras Nemilus rodeaba al líder observándolo a detalle.
—¿Qué saben de él exterminador?
Él líder soltó un bufido. —No sabemos gran cosa, solamente que es muy fuerte ya que él solo es capaz de desmembrar grupos de hasta cincuenta y es tan rápido, —el líder mantenía la vista fija en Nemilus, era obvia su intención de convencerlo. —También trabaja en solitario y sólo hay un vampiro al cual dejó con vida, creemos por diversión.
—¿Dónde puedo encontrar a ese sobreviviente?
Nemilus clavó su mirada en su interlocutor.
—Soy yo.
Una figura pequeña se adelantó.
Era una chica no mayor de dieciocho años, muy delgada, con una apariencia frágil e inocente. 
Nemilus rápido entendió porque el exterminador la había dejado viva, no apestaba a muerte y caos.
—¿Dime lo que sepas?
Fue la orden del poderoso ser, quien con los brazos cruzados esperaba ser obedecido.
La chica se estremeció ante el recuerdo.
—Todo pasó tan rápido. Íbamos buscando al príncipe sin nombre, pues queríamos protección, y en el camino todos los miembros de mi grupo mataron indiscriminadamente tanto a vampiros como a humanos, cuando de pronto —la joven se abrazó a sí misma como si tuviera frío, —de la nada y sin nosotros detectar su presencia este ser nos atacó, dejando, fue veloz, muy veloz, dejó los cuerpos desmembrados, la mirada atormentada se dirigió a Nemilus, —lo hizo él sólo, pero no pude ver su rostro, pues su velocidad supera lo que yo he visto desde mi transformación. —La chica al ver la mirada interrogante del grupo respondió algo avergonzada —me dejó viva porque yo no mato humanos, ni vampiros.

—Bien, el líder jaló a la joven a la seguridad del grupo mientras sostenía la mirada de Nemilus —ahí lo tienes. Es todo lo que sabemos.
—¿Qué es lo que quieren los jóvenes?
Nemilus observaba al grupo, quienes lo buscaban sin saber que era al mismísimo príncipe sin nombre a quien tenían en frente.
—Nuestro maestro murió, busco él alba al no encontrar a su pareja.

Nemilus suspiró, últimamente eran demasiadas perdidas. —¿Quién era su maestro?
—Giorgio, Giorgio Di Luca.
Nemilus sintió una punzada de dolor. Recordaba a Giorgio, un tipo de linaje italiano tan antigüo, como uno de los primeros vampiros. Una enorme perdida, pues aquel vampiro era una leyenda, y Nemilus intuyó que antes de buscar él alba, Giorgio se dedicó a vincular humanos, pero no la instruyó lo suficiente, dejando solo nuevos vampiros sin dirección, sin conocimiento alguno de los rituales y protocolos vampíricos .
—¿Para qué buscan al príncipe sin nombre?
—Giorgio nos envió, dijo que el príncipe piensa de la misma forma que él, y quería que nos enseñe ya que según nuestro maestro, el príncipe esta en riesgo de buscar él alba, y esperamos nos instruya antes de eso ya que Giorgio no estaba de acuerdo en la coexistencia entre humanos y vampiros, como muchos clanes piensan. Por eso estamos exterminando a aquellos que han optado por ese estilo de vida y a los humanos leales a esos clanes, así sean familias enteras.
Nemilus escuchaba —El príncipe no va a buscar él alba. —Con el cuerpo completamente erguido recorrió los rostros de aquellos vampiros. —Y no le interesa entrenar neonatos.
—Y tú ¿cómo lo sabes?
El joven vampiro, lo miró desafiante, a pesar de ser varios centímetros más bajo.
—Porque yo soy aquel que buscan.
Él silencio seguido de los rostros perplejos fue lo que dominó en unos momentos.
—Entonces ¿acepta la coexistencia como los otros clanes?.
La mirada del vampiro examinó al tipo frente a él, y luego se volteo para ser escuchado por la demás.
—No me interesa entrenar neonatos, —Nemilus recorrió con pequeños pasos él círculo formado por los vampiros. —No estoy de acuerdo con la coexistencia, pero ahora mismo eso es un tema que no me interesa, ya que he sabido de mi pareja. Parándose en secó posó sus manos detrás de la espalda —así que, tienen dos opciones , o dejan de matar vampiros, y humanos o se preparan para ser exterminados, pues sin guía dudo que sobrevivan por su cuenta, lo han logrado pero ya todos los clanes les siguen la pista.
—¿Se volvió un blandengue?
Nemilus volteo hasta la voz burlona de una vampira que parecía muy cruel.
Se acercó hasta tomarla de la barbilla, tan fuerte que todos escucharon cuando su quijada sonó como cristal.
—Escuchame muy bien, no soy ningún blandengue, el poderoso vampiro la observó con desprecio —solamente que estoy hastiado de muertes innecesarias, tal vez este aceptando que el cambio es inminente, he visto demasiados cambios en mi vida, demasiados, recalcó Nemilus, —entonces si no se adaptan, preparence a morir.
Y así tan abruptamente como llegó Nemilus, se retiró dejando a un confundido grupo que salvo unos cuantos, los demás no parecían peligrosos.

Ya en el castillo Nemilus se vistió con una vieja reliquia.
Si vería a Iván, lo haría como un guerrero y estaría preparado para cualquier ataque, pues ahora era importante culminar y avanzar a otra era.
Y no lo haría solo.

La Melodía Del Vampiro. La Historia De Nemilus Dracul.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora