El día que nos mudamos por qué inundé el baño del abuelo

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Mi nombre es Meredith Evans y definitivamente ser una mestiza es... totalmente aterrador, no me mal entiendas es genial y emocionante en cierta forma pero si eres de las personas que no están preparadas nunca para las noticias como esas....bueno quizá te quedes en shock un buen rato como lo hice yo.

Cuando yo le dije al universo "oye manifiesto emoción para mí vida" definitivamente no me refería a esta clase de emociones

Pero bueno antes de enterarme siquiera de lo que era, me encontraba viviendo en Londres, en una casa bastante fría si me lo preguntas pero supongo que cuando uno pasa toda su infancia viviendo en un lugar se termina acostumbrando al ambiente por más filoso y frío que sea.

Ahora mismo me encontraba en el auto junto con mi padre, no se mucho de carros así que no se el modelo, solo se que es mediano y de color negro.

—¿llevas todo lo que necesitas? Por qué no pienses que vamos a regresar por alguna de tus pertenencias.

Mi padre no era la persona más amable del mundo, al menos no si se dirigía a mi, con los amigos del abuelo, con otros pintores y con la demás gente, era encantador, era el hombre más elocuente del mundo.

—si ya llevo todo, está en las maletas— dije sin ganas mirando por la ventana, mi ansiedad se activo y mi mente se puso a recordar por 5ta vez si realmente había llevado todo, después de repasar la lista de mis cosas que llevaba en la maleta estaba tentada a sacar mis audífonos y escuchar a Manëskin para no tener que soportar el silencio, eso era algo que realmente odiaba con todo mi ser, mi pierna comenzó a moverse de forma ansiosa, producto también de mi TDAH, esperar por mucho tiempo era un problema para mí cuerpo, mi padre solo suspiro molesto, le enojaba que parecía no poder quedarme quieta nunca, por más que ya tenía diagnóstico y sabía que no era mi culpa.

Nos estábamos mudando a Long island, a una villa en Freeport, puesto que mi abuelo nos acababa de desheredar, así que lo más que podiamos hacer es vivir en alguna de las casas a su nombre, no me voy a adjudicar el problema yo sola, pues se que se que mi padre tenía peleas constantes con mi abuelo, pero puede que el incidente del baño ayudará mucho a qué nos tuviéramos que mudar.

El incidente del baño....agghh como puedo contar ese evento sin sentir que me estoy volviendo loca.
Mi abuelo organizaba reuniones con sus socios y con otras personas importantes dentro de la casa con mucha frecuencia, pero hay veces en las que invitaba a amigos de el y más personas que no conozco para nada, pero que se sienten las personas más famosas del mundo, normalmente esas reuniones grandes eran para celebrar el lanzamiento de un nuevo carro de la agencia o cuando se cerraba un buen trato, como sea esas reuniones eran importantes y todos los miembros de la familia debíamos estar presentes.

Había pasado horas eligiendo un buen vestido, lástima que terminaría hecho un desastre, la velada parecía tranquila pero yo tenía la sensación de ser observada todo el tiempo.... bueno más de lo normal para un evento de ese tipo, pude observar a un amigo del abuelo, según escuché alguien que había dado una fuerte cantidad de dinero,  un hombre alto, que parecía bastante mayor, las arrugas en su rostro eran firmes y le daban un aire serio y extremadamente... estirado, el cabello completamente blanco y unas entradas sobre su frente que parecían desviación de carretera, se la paso mirándome enojado como si mi sola presencia le molestará de sobremanera, empezó a dolerme la cabeza así que fui al baño del segundo piso, estar ahí fue un alivio, como si la mirada de aquel anciano me hubiera sofocado, después de acomodar mi cabello y prepararme mentalmente para bajar a la fiesta a seguir sonriendole a todo el mundo como una tonta, abri la puerta del baño para encontrarme a nada más y nada menos que al mismo viejito que me miraba, supuse que el baño de abajo estaba ocupado, aunque se me hizo extraño pues el abuelo no dejaba subir personas al segundo piso, me hice a un lado pidiendo disculpas dejándolo pasar pero no lo hizo, en su lugar me tomo del brazo con demaciada fuerza para los ancianos que había conocido, le pregunté que que es lo que quería, aún con la actitud calmada y amable que debía tener durante las reuniones pero no voy a negar que estaba nerviosa y con un mal presentimiento, su mano parecía quemarme o quizá me agarraba muy fuerte sea como sea eso aumento mi nerviosismo y me sentí insegura y aterrada.

Mi mente comenzó a pensar los peores escenarios posibles, me pregunté si mis gritos serían capaces de escucharse hasta el salon de abajo, sentía los latidos de mi corazón fuertemente, el anciano dijo mi nombre con un tono profundo y aterrador, intentaba soltarme pero sentía ardor cada que lo intentaba, tome lo primero que encontré, una figurilla de porcelana que mi abuelo tenía en un estante, vi aquella figura hacerse añicos pero al anciano sin inmutarse, lo mire con terror puro, quizá alucinaba por el terror o mi mente me jugaba una pasada, el anciano parecía una especie de demonio, sus ojos se habían vuelto como los gatos y me estampó contra la pared del baño, sentí el dolor en mi cuerpo al chocar sobre el piso helado y duro del baño, aquel anciano endemoniado se me lanzó encima, yo intentaba apartarlo y sentía que me rasguñaba ¿con....garras? ¿en qué momento le habían salido garras?, sentí como desgarraba mi vestido y parte de mis brazos, en un momento sentí tanta desesperación, sentía tanto miedo incontrolable en mi misma que pensé que la que temblaba era yo, pero no era así, era el mismo baño, la mirada del anciano giro rápidamente al lavamanos cuando esté explotó, si escuchaste bien, explotó, la llave del agua salió disparada junto con el grifo haciendo que el agua saliera a mucha presión, inundando el piso, el chorro de agua salió disparado hacia nosotros mojandonos, gateando me aparte del tipo, el agua parecía ahogarlo, sali del baño de esa manera y corrí al piso de abajo, donde todos me vieron mojada, con el cabello hecho un desastre y un gran estruendo proveniente del segundo piso, intente explicar lo que pasó pero incluso las heridas en mis brazos habían desaparecido.

No era la primera vez que me pasaba algo extraño, pero eran cosas que no pasaban a mayores, ver gente extraña, una que otra alusinacion de gente con apariencia algo monstruosa, gente con alas etc etc, ya me había acostumbrado a que nadie me creía, papá lo llamaba "mis episodios", pero aquello disgusto tanto al abuelo, que nos mandó lejos.

El carro se detuvo frente a unos portones color chocolate, había campo a los lados y algunas casas, para ser una villa era bastante bonita, salí del carro mientras alguien bajaba mientras maletas.

Eᥒᥴhᥲᥒtᥱd (Pjo Fᥲᥒfιᥴ)Where stories live. Discover now