Los ojos dorados de la rubia miraron al otro par del mismo color. Una petición clara y silenciosa de respuesta.
—Vamos.
—Rose…— la morena bajó la mirada.
—Alice…— la regañó Rosalie con impaciencia. La rubia sentía que estaba a punto de explotar.
Mirándola a los ojos, Alice abrió la boca.
—Tienes razón. Esa mujer no quería matarte.— Confirmó la suposición de su hermana. — Ella quería matar lo que hay dentro de ti.
Las cejas de Rosalie se alzaron en confusión.
—Estás embarazada Rosalie. La extraña te atrajo al bosque para matar al bebé que llevas dentro. Está embarazada. Y está en peligro.
[°°°]
Ella simplemente no podía creerlo.
—¡¿Embarazada?! — la palabra salió de su boca como un insulto.
¿Embarazada? No podría estar embarazada.
Los vampiros no podían concebir. A menos que fueran hombres y tuvieran una pareja humana. Salvo esta situación, era imposible concebir un bebé.
No podía estar embarazada.
—Yo tampoco lo creí. Pensé que me estaba volviendo loca. Pero mis visiones, por muy locas que fueran, nunca fallaron. Lo vi a Rose. Vi al bebé crecer en tu vientre, te vi dar a luz. Y también te vi temerosa de algo malo.
—Eso es imposible. — Rosalie se pasó las manos por el rostro. — Ni siquiera me he acostado con un hombre. No he estado con un hombre desde Emmett.
—Lo sé, querida.— Alice intentó usar un tono amistoso. — Pero esa es la verdad.
Rosalie bajó la cabeza y miró su vientre. El vientre cubierto por el camisón era plano. No había señales de vida en ella.
—-No siento nada. No siento movimientos, ni escucho latidos del corazón. Podíamos escuchar los latidos del corazón de Renesmee a metros y metros de aquí. ¡Cielos, Edward podía escuchar sus pensamientos!
Luego volvió a mirar a su hermana. Una preocupación constante comenzó a acumularse en su pecho.
Y entonces recordó los paquetes de comida humana en el cubo de la basura. Y los muchos otros guardados en el armario.
—Mi dieta ha sido un poco rara últimamente. — confesó. —Anhelo la comida humana Alice. Comida humana. No me importaba porque simplemente no sabía cómo explicárselo a Carlisle. —Ella continuó. —Aun así, no sé cómo puede ser esto un embarazo.
—Algo malo debe haberte pasado. Dime, además de tu... dieta, ¿qué más pudo haber pasado que fuera inusual?
El cerebro de Rosalie comenzó a funcionar.
No pasó mucho tiempo antes de que ella lo recordara.
—Conocí a una mujer en el bosque hace unas semanas. Parecía desesperada. Fui a verla para ver si estaba herida, ella me agarró y dijo palabras sin sentido, se disculpó conmigo y luego... — hizo una pausa.
—¿Después?— Alice la animó a continuar. Tan ansiosa como ella.
—No sé lo que pasó. Todo se detuvo. Escuché voces y una extraña energía en el aire. De repente sentí que estaba dentro de la mujer. Como si nos fusionáramos y separáramos rápidamente. Hubo un destello muy fuerte. Y entonces… ella se fue.
La mujer desconocida.
¿Podría ser ella responsable de todo eso?
—¿Qué voy hacer Alice? Confío en ti. Pero si no puedo sentir la presencia del bebé, ¿cómo llevaré adelante este embarazo? Peor aún, ¿cómo puedo dar a luz sin saber cómo y qué concebí? Ni siquiera sé quién es el padre.
La cara de Alice cae una vez más al escuchar la última palabra.
—Bueno, sobre eso... sobre el padre del bebé... — murmuró con la cabeza gacha.
Si pudiera sonrojarse, lo habría hecho.
—¿Tú lo viste a él? ¿Qué sabes de él? — quiso saber Rosalie.
Odiaba todo el suspenso de su hermana.
—Yo lo vi. — ella habló. — Vi al padre del bebé. Sé quién es él.
Alice levantó la cabeza y miró a su hermana. Sus ojos se tiñeron de seriedad.
—Creo que será mejor que hagas las maletas hermana, tenemos un viaje que hacer.
Hoppla! Dieses Bild entspricht nicht unseren inhaltlichen Richtlinien. Um mit dem Veröffentlichen fortfahren zu können, entferne es bitte oder lade ein anderes Bild hoch.
