2011: Blancanieves quemo el castillo

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Toque la puerta y me indicaron entrar, era mi primera vez haciendo esto, normalmente nunca malgastaría dinero en algo tan estúpido como esto. Sin embargo, de ello dependió mi matrimonio. Además, tampoco era mi dinero, la perra de Adaeze pagaba por esto.

Al sentarme sentí la silla algo incómoda, pero se notaba el decoro, la predominancia de tonalidades claras y frías generaban una mayor sensación de tranquilidad y relajación. Extrañamente, había un olor a madera que no pasaba indiscreto, sin embargo, ningún objeto parecía ser creado con ese material.

La psicóloga hasta ahora me había estado dando la espalda, ocupada con unos papeles.

-Hola, encantada, me llamo Fátima. -La reconocí al instante, a ella le hicieron falta algunos segundos de más.

-¿Blancanieves?

-Fátima -Me corrigió- Aquí eres tú el extranjero, Aladin.

-¿Qué haces aquí? -Me ofreció un bombón de chocolate y cacahuetes.

Río con una voz limpia y giró alrededor con ambas manos para señalar lo obvio-¿Qué te trae por mi consulta?

-Nada en especial.- Conteste, de repente incómodo, pero aun en mi estado de sorpresa.

Ella sonrió, la miré de arriba a abajo, para alguien próxima a los 40, se conservaba en modo espectacular. Su pelo, que siempre fue largo y la mayoría de las veces cubierto por un hijab ahora lo llevaba corto, tocando con las puntas sus hombros. Su postura se veía firme, con una seguridad que nunca imaginé que pudiera poseer.

Fátima se transformó de niña a mujer.
-Vamos Aladin, que esta es nuestra primera y probablemente última sesión. Ya está pagada. Hagámosla memorable -Alce mis cejas confundido.- Aunque no sea ilegal, es poco ético hacer terapia a un conocido- Me explica ella. -Tengo curiosidad además. -Yo aún estaba bastante reluctante - Mira, hagamos un ejercicio, tú me dices las peores razones por las que estás aquí y yo te doy un voto. Nadie te puede juzgar aquí.

Me ofreció otro bombón. Acepté.

-Bueno, últimamente estoy bebiendo de más. Mi cuñada, Adaeze, dice que tengo un problema, pero también es una perra anoréxica, así que sus palabras pueden ir al mismo lugar que su vómito inducido, al váter.

Ella rio-¿Casado, hijos?

Asentí- Un niño de 11, Assim, y dos gemelas de un año, Zuri y Zendaya.

-Congratulaciones. Te han acusado de alcohólico, ¿cuánto dirías que bebes a la semana? - No respondí, entonces ella cogió un papel de su escritorio y me lo entregó. Escribí un número aproximado.- Alcoholismo.-Decreto- Te voy a dar un 7, vamos que más.

-He tenido un sueño caliente con mi cuñada.-Confieso

-¿La anoréxica?

-Pues sí, pero no es culpa mía, si mi mujer no se hubiera convertido en una puerca...- divago-Antes ya estaba gorda, pero ahora se ha trasformado en puercowoman, parece que fue mordida por un puerco radiactivo.

Ella volvió a reír.- ¿Y esto se lo has comentado?

-Claro, hasta quedarme sin voz. Soy una persona honesta. Cada vez que tengo un problema con su apariencia se lo digo a la cara.

-Sueños de infidelidad e indicios de abuso verbal. Un 9. ¿Esa fue la gota qué derramo el vaso?

-No.- Respondí, para mí Fátima estaba haciendo una montaña de un grano de arena, y eso que aún no dije lo peor.

-Pero... sin embargo, talvez... darle una palma dita sí.

-¿La golpeaste? -Esta vez no hubo risa. Asentí.

Individuos De Cristal En Una Caja De MaderaWhere stories live. Discover now