...- Blow My Mind -...

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Juan despertó, sintió algo pesado encima suyo.
No recordaba nada de lo que había sucedido antes de quedarse dormido, pero se sentía cómodo en la pose en la que estaba ahora mismo.
Desvío su mirada y vio a Iván acostado a su lado mientras soltaba leves ronquidos y suspiros pesados.
Sonrió con ternura al ver que Iván lo abrazaba, nunca lo había hecho, durante toda su relación nunca se habían abrazado ni besado, solamente se habían dado besos en la mejilla y hasta ahí fue todo.

Se aferró a Iván haciendo un puño con su playera/camiseta/remera. El pelinegro obviamente sintió los movimientos de Juan y se despertó poco a poco, su vista fue una muy agradable al ver la bonita y tierna imagen del castaño semi despierto aferrado a el.

— Mmm, ¿El hechicero anda cariñoso hoy? — dijo Iván sonriendo con ternura al ver cómo Juan se acercaba y aferraba más a el buscando un poco de cariño y atención por su parte.

Juan lo miro, con una sonrisa avergonzada dibujada en sus labios enterró su cara en el pecho del más alto, oliendo el bello y refrescante aroma de Iván que lo ponía con mejillas ruborizadas.
Desde siempre y para siempre podría oler ese aroma en su vida, porque quería que Iván pase el resto de su vida a su lado sin que se separasen en ningún momento. Lo amaba, había extrañado ese afecto que tanto estuvo buscando en Iván.

El pelinegro acaricio el pelo lacio y castaño de Juan, escuchando leves ronroneos de parte del contrario, hasta el momento, la cosa más tierna que había presenciado en Juan.

— El hechicero no anda cariñoso, ya andaba. — contestó Juan a la pregunta de Iván, nisiquiera le importaba si fue una pregunta o no, solamente le importaba si esto duraría tanto tiempo de lo que el se estaba imaginando.

Adorar: para el significaba muchísimas cosas, adorar a un Dios o cosa que simplemente no existe en nuestro mundo, tal vez, existe pero no podemos notarlo.
Y
Amar: para el era un sentimiento el cual no era reversible en el cuerpo humano, si sentías que amabas a algo, eso significaba que ya no podrías deshacer lo, en algunos casos así le sucedió.

Pero, esas dos palabras, en Iván eran cosas diferentes. Amar a Juan, adorar a Juan.
Para el, esos eran los verdaderos significados que deberían de estar en el diccionario español y español latino. Pues Juan era aún ser de suma confianza y muchísimos sentimientos por sus venas corrían cuando sentía la presencia de su persona más adorada, Iván lo amaba y sabía que su relación podría durar más de lo que antes duro.

Parpadeo al sentir las manos de Juan entrar en su camiseta/playera/remera y empezar a jugar con sus pezones como si fueran juguetes con los que el pueda divertirse. Ahora, no podían hacerlo, era bastante temprano y probablemente Iván se cansaría a los pocos minutos de haber terminado.

— ¿Estás aburrido, cielo? —

— No necesariamente debería de estar aburrido para hacer esto. —

Respondió Juan.
Su sonrisa llena de inocencia lleno el corazón de Iván de ternura, Juan era el top de personas tiernas, estaba en primer lugar ya que era alguien experto en mostrar expresiones y actos tiernos.
Jugo con los pezones del pelinegro para después cambiar esa sonrisa inocente a una coqueta y llena de lujuria. Iván soltó un jadeo gustoso al sentir los dedos de Juan jugar con el, era algo satisfactorio sentirlo y más en estos momentos que estaba tan sensible con el tacto proveniente del castaño.

— Como vos digas entonces. —

Juan rió.
Saco sus manos de la camiseta de Iván y las llevo hasta las rosadas mejillas del pelinegro, se acercó a los labios del menor rozando la punta de su nariz con la del contrario, Iván coloco sus manos en las caderas de Juan acercando lo más a el si es que se podía, se dieron un beso en la comisura de sus labios mientras sus tímidas lenguas se encontraban y se mezclaban. Se sentían calientes y ambos tenían las mismas intenciones.

Juan podía asegurar una buena vida con Iván a su lado, criando a millones de nutrias como si fueran sus hijos/as.

Y Iván pensaba lo mismo solamente que con gatos blancos de ojos de diferentes colores, el era más específico, aunque siempre decía que amaba a los gatos tal cual como eran ellos.

Se separaron de ese beso tan adorado por ambos, el primer y no último beso que se darán.
Dejaron un hilo de saliva al separarse, el cual fue roto al poco tiempo de haberse alejado de sus labios.

— Pinche viejo cachondo. —

— Vos. —

෴LLAMADA TELEFÓNICA🫀↑↓Where stories live. Discover now