―No puede, sería peor si hiciera eso... ―añadí con preocupación en mi voz.

―Venga, Jude, yo puedo acompañarte. No tiene nada de malo, solo es por seguridad ―dijo Cooper, apareciendo de la nada como siempre.

No le mires...

No lo hagas...

Ni se te ocurra girarte para mirarle, porque te aseguro que por las mañanas es mucho más guapo...

Anda, pues sí... Está más guapo, acaba de salir de la ducha con el pelo mojado. Lleva un jersey blanco y una chaqueta negra que hace juego con el pantalón negro. ¡Joder! Tiene esos detalles perfectos que siempre logran ponerme nerviosa, ni siquiera necesita decir nada.

Yo te he avisado, respóndele a lo de llevarte...

―No hace falta que me lleves, sería peor así... ―respondí, tratando de evitar cualquier situación incómoda.

Se acerca a mi lado, quedando los dos al frente de la cocina, a una pequeña distancia el uno del otro. Las palabras se me olvidan por completo. Mi pulso se dispara desde que lo oí hablar, y ahora me está mirando fijamente a los ojos, como si tratara de inquietarme. Vaya, si lo consigue, porque me aclaro la garganta nerviosa como si nada pasara. Pero en realidad, no dejo de pensar en que anoche yo...

Le pregunté bastantes cosas fuera de lugar...

Fue su culpa que estuviera así. Además, todos me odian por un error suyo, por no avisarme que no podía tocarle...

Por dios Jude, te gusta de todas formas solo admítelo.

Dios mío, está tan cerca, especialmente por mi lado izquierdo, que siento su aliento llegar hasta mi oreja... Tenia la voz ronca pero se sentía suave. ¿Por qué complica las cosas si sabe que no puedo hacer nada?

Dijo que podías besarle, querida...

―¿De verdad no quieres que te acompañe, Jude? ―me susurra.

¡Ah! Mi nombre, siempre es un buen partido en su boca para ganar la Champions.

Mierda.

―No hagas estas cosas ―le digo.

―No estoy haciendo otra cosa que expresar que quiero llevarte a la universidad para asegurarme de que estés más segura y después...

―No puedo aceptar ideas que puedan terminar mal, como las citas, y dejarme en un estado peor que un odio masivo en las redes...

—Asumo las culpas de lo que te este pasando. Pero eso no tiene nada que ver con llevarte a la universidad.

―Tiene que ver todo. Si te ven ahí, todo sera mucho peor de lo que ya es...

—¿Te asusta que te quedes sola conmigo, es eso y puedas soltarme cosas fuera de lo común..?—pregunta, con un tono relajado.

—¿Te gusta que te las suelte...?

—Me encanta, y por lo que veo, también disfruto cómo estás nerviosa ahora —responde.

Noté cómo su mirada se deslizaba hacia mis pechos de alguna manera, acompañada de una sonrisa algo nerviosa. Todo mi cuerpo sentía un temblor afectuoso que tenia sobre mi.

No sé que tanto me gustan estas cosas.

Solo sé que... no me gusta cuando hay una barrera en medio y sea la piel.

―No estoy nerviosa—asegure

Mentira.

―¿Segura?

Acordes menores Where stories live. Discover now