—¿Por qué no lo hacen ustedes?

Eric se rió con sarcasmo.

—¿Arielita, estás de broma? Nos debe odiar por emborrachar a su preciada novia. Si nos acercamos a agradecerle nos lanzará un Crucio.

—No es tan malo como ustedes piensan —masculla Ginny, frunciendo el ceño.

—Tal vez no lo es contigo, porque te ama —dijo Joseph—. ¿Pero qué queda para el resto de los mortales? Creo que no nos ha matado porque sabe que no se lo perdonarás.

Ginny rodó los ojos.

—Bueno, regresemos al punto de la conversación. El fin de semana revisaremos las direcciones.

—Haré una lista organizándolos por cercanía y probabilidades de importancia —contestó Efraim—. Así se nos hará más fácil saber por donde empezar.

—Una cosa más —dijo Eric, guardando el periódico en el bolso de su amigo, de nuevo—. El viernes al atardecer habrá una especie de evento. Una reunión al aire libre estilo feria que se celebrará en una Villa mágica al noroeste de Inglaterra. Irán los altos mandos del Ministerio, las familias de ellos, algunos civiles que se han enterado, incluso los dueños de algunas tiendas en el Callejón Diagon aprovecharán para vender sus productos.

—¿Y para qué es esa reunión? —preguntó Ginny.

—Quieren afianzar relaciones con el ministro muggle y, además, reunirse con él sin el ambiente tenso del Ministerio o del sitio de reuniones muggles. Igualmente, el ministro muggle y su familia se aparecerán en la reunión y buscarán convivir con los magos, para cambiarle la perspectiva sobre nosotros. Las relaciones entre los dos mundos no están nada bien y esto es una medida desesperada del señor Flame, aunque también escuchamos que fue idea de su nuevo secretario.

—Leo y el señor Flame... —Ginny debía admitir que tenía curiosidad.

¿Leo organizando un evento para mejorar las relaciones con el mundo muggle? Le parecía bastante hipócrita de su parte y supo que estaba intentando ganarse también el favor del señor Flame. No le cabía duda de que iba por buen camino.

—¿Por qué me lo mencionan?

—Tenemos una ligera corazonada, Sirenita —sonrió Joseph—. Imagínate el escenario: Se organiza un evento aparentemente casual y bastante público, del que dependerá la imagen general que tendrá una entidad importante en el mundo muggle sobre los magos, que nos ve como una amenaza para su gente. Sin mencionar que los altos mandos del Ministerio también estarán ahí, reunidos, en bandeja de plata. ¿No te parece eso un delicioso trozo de carne para una manada de sabuesos hambrientos?

—Mortífagos... —dedujo Ginny.

—¡Bingo, Sirenita!

—No te ofendas, pero tu ex es bastante estúpido al organizar este evento y creer que tendrá el resultado esperado —dijo Efraim.

—No me ofende en absoluto. Si es bastante estúpido.

—Y ni siquiera dejarán que los aurores estén ahí. Según me dijo una secretaria que trabaja en el mismo piso de los del Wizengamot —agregó Eric—, no quieren involucrar a Harry Potter. La gente está furiosa por eso. Pero los del Wizengamot dijeron que igualmente tendrían una seguridad ejemplar.

Ginny quiso reírse. ¿Qué mejor seguridad que los aurores? Cada vez sentía más enojo hacia los del Ministerio por inmovilizar a Harry en su trabajo, y le alivió notar que sus amigos y al parecer más magos pensaban lo mismo.

—Bueno... —Entrecerró los ojos en dirección hacia sus amigos—. Y supongo que me están diciendo todo esto para que vayamos, ¿no es cierto?

—¿Para qué más, Sirenita? —Se rió Joseph, mientras Eric y Efraim sonreían un poco—. El sábado fue divertido, así que por que no tener otra aventura. Estamos casi seguros de que los mortífagos se aparecerán ahí.

Su Debilidad [Harry y Ginny]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin