Capítulo 1

252 17 13
                                    

La prueba final.

12 de febrero del 2023.

Un año después.

Alissa.

Abro los ojos en sentido automático cuando el reloj de pared marca las 5 am. Observo el hoyo donde estoy metida, teniendo apenas una cama decente para pasar la noche. Estiro el cuerpo y una vez cambiada la puerta de acero se abre igual que todos los días.

Tomo el mismo camino de siempre a través del sin fin de pasillos donde cada puerta esconde un infierno diferente. Observo el denso y oscuro bosque que se encuentra alrededor de este lugar y empiezo a trotar tomando mi ruta cotidiana, disfrutando de aire relente que golpea mi rostro.

Hoy se cumple un año desde la muerte de mi madre. No tengo la intención de mentir, nada ha sido fácil. El entrenamiento y el sin fin de emociones que he tenido que cargar en todos estos meses estaban por derrumbarme. No hubo descanso. Dia y noche, peleando, aprendiendo y fallando, solo en mis breves tiempos libres me permitía llorar, sin embargo, también estaban las pesadillas que me devoraban en cada lucha donde caía inconsciente. Todavía siento en la piel las torturas constantes que tuve que pasar para fortalecer mi resistencia, el cansancio, el sufrimiento y la angustia.

Pero todo se centra en esta noche. Mi última noche en este lugar si paso la prueba final. ¿De qué se trata? No tengo ni la menor idea y hago caso omiso a la sensación amarga que impregna mi sistema al no saber a qué atenerme, no obstante, confió en mí misma.  Ahora lo hago y es alucinante.

 Aligero mi paso cuando cruzo por la zona de tiros y percibo a Max apuntando al frente con arma en mano. Me acerco consensuadamente, procurando que no note mi presencia. Pillarlo desprevenido es algo inusual, en realidad, nunca ha pasado. Este hombre es imperturbable.

—Ni siquiera lo intentes —tuerzo los labios ante su advertencia. Estaba a punto de taclearlo—. No te quiero hacer morder el pasto.

Gira a mi dirección cruzando los brazos con el arma aun en mano. Detallo su rigurosa postura y su alarmante altura, juraría que está a nada de los dos metros, joder.

Max es mi monitor, instructor, maestro o como quieran llamarle. Solo puedo decir que es excelente en lo que hace. Todo lo que he aprendido se lo debo a él, ha sido realmente duro conmigo en todo este año en el sentido que no me dejaba ni tomar un respiro, y si me descubría llorando el entrenamiento al día siguiente era insufrible, de lo peor, sin embargo, su atractivo lo recompensa. 

Sí, el hijo de puta es apuesto y tampoco me quejo, al menos no en voz alta, Max es lo bastante silencioso y reservado para mi comodidad, además, en todo un año mi mínima convivencia con él ha sido lo más parecido a una interacción humana. Bobee viene poco y no tengo permitido las visitas.

—¿Solo el pasto? —pregunto con aire inocente en busca de alguna reacción de su parte.

Como siempre no obtengo nada. Ni siquiera una sonrisa de ironía, solo ignora el comentario.

—Deberás ser un poco más lista para tomarme desprevenido.

—Tal vez.

Sus ojos marrones me evalúan. Sonrió con inocencia.

—Hoy es la noche —dice después de unos segundos de análisis.

—Lo sé.

Asiente.

—Tienes el día libre, espero lo ocupes para prepararte —habla antes de volver a lo suyo, dejándome con la boca abierta.

¿Día libre? ¿Pero qué se piensa que puedo hacer aquí? Me encuentro en el bosque de alguna parte de Rusia a varios kilómetros de algo a lo que llamar civilización. Y ni hablar del edificio de al lado que contiene el peor diseño de exteriores e interiores que he visto en mi vida, el lugar luce abandonado y no puedo ni describir las habitaciones de mierda donde me he apañado para cohabitar.

Shadows In The DarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora