Capítulo 29: Yo No Imagino Una Vida Sin Arthur.

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CATALINA





Me bajé del ascensor corriendo por el piso que me indicó Louise, hasta que giré en el pasillo y vi a toda la familia de Arthur ahí, están todos tristes, comencé a mirar desesperada buscando esos ojos que me quitan el aliento, hasta que esos ojos celestes como el agua me encontraron, llegué a su lado corriendo, abrazándolo, Arthur se hundió en mi cuello apretándome contra él, yo lo apreté mucho más fuerte contra mi, quiero ser su fortaleza, ese pilar que lo mantiene fuerte para que no se derrumbe, acaricié su cabello dándole besos en su mejilla llorando al verlo tan mal. Todos se acercaron a alguien preocupados, Arthur me soltó rápido, intenté volver a la realidad, es un médico.

— Lo siento — apenas el médico la palabra "Lo siento" comenzó a sonar pitidos de un reloj de forma molesta, y enseguida vi a Jacob sujetar a Elena, a Hunk, Resee y Kiara abrazar a Giulietta, y yo intenté sujetar a Arthur, pero es demasiado grande, Arthur se apoyó en la muralla deslizandose hasta quedar sentado en el suelo y yo quedé arrodillada frente a él, comencé a llorar viéndolo así. Arthur me miró completamente roto.

— Él era mi mejor amigo — dijo llorando desconsolado, lo abracé con fuerza — Hacíamos todo juntos, toda la vida hicimos todo juntos, no sé que haré sin él ahora — me alejé mirándolo, sequé sus lágrimas y lo acaricié dándole besos.

— Ahora tú tienes que ser el padre que Héctor fue para ti, tú tienes que ser el mejor amigo de Merianne — sonrió triste asintiendo — Tienes que hacer todo con Merianne — se secó las lágrimas más tranquilo, increíble que nombré a Merianne y es como si una luz de esperanza se encendiera dentro de Arthur — Independiente de que si quieres estar conmigo o no como pareja, jamás te dejaré solo, siempre estaré aquí para ti, sobre todo para los momentos más difíciles, y Merianne también — tomó mi mano dándome un beso y sonreí acariciando su cabello con mi otra mano. Vi llegar una camilla y me giré preocupada.

— Tranquila, es para Elena, sufre de ataques de pánico — miré a Arthur asintiendo— No le sucederá nada, solo la acostarán en una habitación hasta que despierte, despertara bien — lo miré triste y volví a asentir, se levantó del suelo y lo ayudé a levantarse — Veré a mi mamá un momento, la ayudaré a hacer todo lo que se viene.

— Claro, yo le avisaré a mi madre — me asintió. Llamé a mi madre enseguida, me alejé por el pasillo para hablar con ella.

— Hija.

— Mamá — respondí triste.

— ¿Qué sucedió?

— Murió el padre de Arthur — dije demasiado triste.

— ¿Qué? — preguntó escandalizada — ¿Ahora?

— Si, recién, estoy con Arthur en el American, te quería pedir que vistas a Merianne, tú igual te prepares, cuando tenga la dirección de la iglesia te pediré un auto.

— Claro, claro, no te preocupes, ¿Arthur está muy mal?

— Si, demasiado mal, pero cada vez que le nombro a Merianne sonríe y sus ojos se iluminan, así que siento que le haría bien tenerla en sus brazos — sentí un suspiro melancólico de mamá.

— Bueno, estamos hablando.

— Gracias Mamá — colgué, me giré mirando a Arthur y está abrazando a su madre, que está llorando desconsolada, me llevé la mano al pecho desesperada, yo no imagino una vida sin Arthur desde que nos casamos, incluso sin tenerlo imaginaba nuestro reencuentro y que toda nuestra vida sería perfectamente juntos, y si Giulietta se enamoró de esa manera, debe estar pensando en lo mismo, ella tampoco se imagina una vida sin Héctor.

La Culpa Fue De Tus Ojos Where stories live. Discover now