A Tu Disposición | Chaesoo (EDITANDO)

Octavo recuerdo

Yo no odiaba a esa chica. Jamás podía odiar a alguien. Mi padres eran un ejemplo. Y no podía odiar a Lalisa porque cuidaba muy bien a Roseanne.

Ellas eran la pareja perfecta. ¿Por qué iba a odiar que podría darle todo?

—Todo va a estar bien, Jisoo. —decia palabras reconfortantes y emotivas mientras acariciaba mi cabello.

Pero ¿Quería escucharlo, o podía escucharlo con los sollozos que habían empezado a salir?

Me sentía tan débil, como si mi corazón latiera levemente por la rotura que tenía en él, como sangrara sin detenerse.

Sacudía mi cara en el pecho de Haein para poder aliviar un poco el dolor que me abordaba.

Sentia que me estaba asfixiando y quemando lentamente.

—Estarás bien lejos de toda la opresión que tenías.

—Gracias, Haein.

De verdad estaba muy agradecida con él. Por encontrarlo y fijarme en lo buena persona que era. Jamás podría hacer esto con otro hombre que mis padres fuesen elegido al azar.

—Para eso están los amigos.

Era tan estúpida en ese momento por defenderla aún cuando había hecho muchas cosas que hicieron más que lastimarme.

Tan ciega, tan dispuesta a que me destruyera completamente con solo tenerla cerca de mi.

Me tenía cegada, y apenas lo notaba.

Lloré tanto, incluso grité de dolor. Traté de dejar salir ese dolor que se adheria a mi, se adentraban debajo de mi piel sin dar tregua a dejarme.

Fue imposible que dejase de doler.

—Quiero que... dejé de doler, Haein. —jadee entre sollozos. Apretaba la mandíbula para no ser tan expresiva, pero mi cuerpo estaba totalmente en mi contra y no me permitía hacerlo.— D-duele mucho...

Era como un abismo sin fin lleno de dolor que me estaba tragando por completo. No sabía si estaba respirando o si quiera si aún estaba consciente en los brazos de Haein.

Solo tenía en cuenta que al día siguiente debía ir con Roseanne Park.

.......

—Roseanne, no puedes... hey...

Estaba aterrorizada, tenía pánico de que la chica regresara y viera lo que pretendía hacer.

Mi espalda formó un arco cuando su boca acariciaba mi vientre con besos, y subía otra vez a lamer mis pechos descubiertos. Los puños los tenía apretados cuando su boca por mi cuerpo se sentía muy bien.

¿Así se sentía Lalisa cuando Roseanne besaba su cuerpo? Todo mi cuerpo estaba disfrutando de esa boca, y me hizo sentir especial por el hecho de que no lo había hecho de esta manera tan atenta.

—Puedo hacerte venir antes...

—Pero...

Mis neuronas tenían un poco de racionalidad, pero... esa poca racionalidad tuve que dejarla cuando me hicieron dejarla.

La mirada de Roseanne demostraba disgusto y me dejó sorprendida su acción.

—¡Callate! —su dorso impacto contra mi mejilla, causando que ardiera un poco y que mi rostro se volteara hacia el asiento.

Estaba muy impactada por ese hecho, e incluso toque mi mejilla para comprobar que fuese cierto y estaba en la realidad, porque mi mejilla ardía por el esa acción.