Capítulo 7: La pesadilla de TaeHyung

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TAEHYUNG POV:

¿Cómo olvidar aquel día en el que un niño pequeño, hermoso, lindo y completamente angelical se había aprovechado de mi ingenuo corazón?

Debo recalcar que ese día fui un completo idiota, porque caí iluso en su telaraña de mentiras que, sin darme cuenta, iba tejiendo cada día. Eran unas embusterías muy bien estructuradas que él iba hilando uno, tras otro, y tras otro.

Mi historia la puedo contar con una comparación ridícula, pero pese a ello, se entenderá mucho mejor.

Yo era un mosquito tranquilo y bondadoso ―Sí es preferible contarlo de esa manera, para que me entiendan mucho mejor―, que aprecia a los niños. Ya que usualmente me considero una persona altamente sensible, y por ello, soy muy empático con los niños. Es decir, los niños me agradan; si alguien te dice que odia a los niños; entonces, probablemente, es un psicópata. Solo huye de él.

Porque, sinceramente, los niños son un amor, son tiernos y dulces, porque muestran la inocencia en persona, porque son enérgicos, porque son divertidos, porque son cariñosos. No por algo tengo a una hermanita adorable y risueña que me hacía recuerdo a cómo yo era un niño intrépido que trepaba los árboles todos los días o jugaba en los parques de diversiones y me divertía junto a mis padres que cuidaban de mí. Ahhh, qué recuerdos...

Quisiera volver a ser un niño...

Mi familia, por cierto, siempre me ha criado de una manera positiva y armoniosa, siempre me han enseñado a cuidar de los demás, a ser una persona generosa y estable. A decir lo que siento y lo que quiero, por eso soy como soy, un muchacho compasivo y protector.

Si tienes problemas, llámame. Yo te estaré para ti apoyándote y escuchándote.

Bueno, volviendo a lo que quería decir...

Yo era un mosquito que iba tranquilo en su vida, hasta que caí en las manos de una arañita negra y picosa. Jeon JungKook.

JungKook era un chico problemático a costa de sus padres, generaba destrozos a la humanidad. Era como una plaga que generaba repelencia, miedo y terror. Apuesto que ni se imaginaban que algo tan negativo representara al tierno y bello niñito.

Todo empezó cuando llegué hace un año a la casa de mis tíos ―en realidad no son mis tíos sino que son los mejores amigos de mis padres―, ya que soy residente de Daegu, y mis tíos se fueron a vivir en Busan. Y la única forma de que se contactaran era mediante el teléfono.

Con el correr de los años, mi padre recibió una mejor oferta de empleo en Busan, por lo que, sin esperar más tiempo, mi padre aceptó la transferencia del trabajo.

Nos mudamos cerca al barrio de su mejor amigo, el señor Jeon KyuBok. Un agradable hombre, amable y cordial, que cuando me conoció, me regaló ¡6,500 ₩! Y, hey, el dinero no se rechaza. Luego me confesó que él fue mi padrino de nombre. A lo que mis padres confirmaron, y todo ello me emocionó un montón ―en sí, más por el dinero―, porque me podía comprar otro tomo de mi *Manhwa favorito de *ONE PIECE.

Y después de tan emotivo encuentro con mis padres, mi tío KyuBok, quiso recordar los momentos que vivieron juntos en su juventud, por lo que propuso un almuerzo de reencuentro con la familia Jeon.

En ese entonces, yo no sabía que se avecinaba mi propia perdición.

Aún recuerdo la fecha: 13 de septiembre de 2011. Ese día fue el año en el que conocí al pequeño demonio de 14 años, mientras que yo era un adolescente de 17 años, un poco inmaduro, más ingenuo de lo que soy ahora.

Quiero creer que eh madurado.

La cuestión es que cuando lo miré por primera vez, pensé que era una criaturita preciosa, un pan de Dios, un pequeño niño que con solo mirarlo destellaba pureza. La verdad, y tengo que admitir, es que me encariñé terriblemente con ese niño, le tomé demasiado apego, hasta el punto de sobreprotegerlo como mi propio hermanito.

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⏰ Last updated: Sep 25, 2023 ⏰

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Los trastornos de la inocencia↬[ᴊɪᴋᴏᴏᴋ]Where stories live. Discover now