¿De qué más serviría todo aquel dinero guardado y juntando el polvo en su cuenta bancaria que había acumulado tras años y años de ser uno de los mejores jugadores del mundo?

Incluso sin hacer nada, aquel dinero se iba multiplicando y triplicando cada año gracias a los intereses. En algún momento pensó que aquel dinero era lo que necesitaba para estar tranquilo, pero todo aquello había perdido significado cuando no hizo más que acumularse y multiplicarse. Un despropósito que solo había atraído a personas que Axel había despreciado tiempo atrás.

Al final, se limitaba a vivir con lo necesario. Se había rendido a conocer nuevas personas que eran atraídas por el brillo del jugador de fuego. Sus amigos de la infancia eran los únicos amigos que tenia por ese mismo motivo.

Pensó que el había estado justo igual que su dinero. Guardando polvo, esperando sin saber que exactamente. Rogando algún nuevo objetivo que lo obligara a desempolvarse y ponerse en marcha otra vez.

Ahora con una nueva meta, todo en la vida de Axel estaba articulándose nuevamente. Y todo estaba llenándose de una nueva luz que lo impulsaba a hacer cosas que jamás pensó que haría. Se encontraba mirando joyería de mujer, buscando en las vitrinas y pensando que podría gustarle a Tessa. Que podría ser aquello que despertara una sonrisa en ella. Viendo muebles, buscando opciones para crear un hogar para ella.

Antes se había limitado a pagarle a una asesora de compras para que escogiera todo lo del departamento y él se había despreocupado. Pero ahora no quería algo con lo que conformarse, quería algo que se sintiera correcto.

Tessa Whitelaw lo hacia querer convertirse en alguien mejor. Para ella. Por ella.

Sabia que probablemente ella podría comprarse todas esas cosas y quizás la cuenta bancaria de ella seria menos afectada en proporción. Una fortuna de un par de años difícilmente era comparable con la fortuna heredada de ella.

Pero Axel quería ser él quien la protegiera y mimara.

El collar de oro y pequeños rubies intercalados como pequeñas gotitas de agua lucen como el fuego sobre su piel, contrastando por completo el dorado de su vestido. El rojo atrapa la luz y refleja tonos oscuros de naranjas y rojos.

Pequeño y delicado, pero el efecto era poderoso.

—Muchas gracias. —susurro ella, con un hilo de voz. —Es hermoso. Parecen pequeños fuegos.

La sonrisa de orgullo de Axel fue enorme. Si, justo así.

Tessa bajó la mirada a la mascara en su regazo. La temática era de disfraces y ambos llevarían mascaras a juego. La de Tessa era de color oro, rodeada de encaje rojo con pequeñas flores doradas recorriendo las orillas. En el centro de la frente, un joya falsa en forma de fuego rodeada de cristales que reflejaban la luz. Y a un costado, en el lado izquierdo, una rosa roja y brillante. Cuando se ajustaba a su rostro, los bordes eran irregulares para dar la forma parecida a la de una flama al agitarse.

Axel por otro lado, llevaba un traje de fiesta rojo. De un rojo más intenso del que le gustaba usar siempre, pero este tenia los botones dorados con los puños del mismo color. La mascara de él era un reflejo de la de Tessa, pero donde la de ella era oro y rojo, la de él era rojo y oro. La rosa de su mascara era de un intenso color dorado. Al igual que la de Tessa, sus bordes estaban hechos para parecerse al fuego.

Le ayudo a sujetar la máscara detrás de su nuca, atando el lazo para ella.

Y luego Tessa hizo lo mismo para él.

El efecto en ambos era deslumbrante.

—Si volvemos temprano, te juro que te lo recompensaré. —pidió Axel.

Redención (Inazuma Eleven-Axel Blaze)Where stories live. Discover now