Capítulo XXX

843 68 31
                                    

Axel Blaze realmente se sentía como un viejo artrítico de vez en cuando. Cansado, adolorido y somnoliento.

Que días de antaño eran esos en que podía pasar noche sin dormir y sentirse con la misma energía de siempre al otro día.

Arrastró los pies, esperando encontrar a Shawn en el bar. O Caleb.

Quizás a Tessa.

Pero no había nadie. O eso pensó en un principio hasta que escuchó un sonido de algo arrastrándose.

Encendió las luces, pero siguió sin ver a nadie. Rodeó el bar, buscando detrás de la barra, pero tampoco había nadie.

Pero...entonces vio una de las puertas bajas de la estantería de licores entreabierta y una patita peluda que se asomaba.

—¿Nia? —preguntó.

Entonces, la patita se escondió con rapidez. Axel arqueó sus cejas, buscando a su alrededor si Tessa estaba cerca.

Pero no la veía, así que avanzó y abrió la puertecilla del estante. Casi pensó que se trataba de una broma cuando vio a Tessa encogida dentro junto a Nia.

—¿Cómo...?

El vio el espacio, tan pequeño y sin duda a nadie se le ocurriría estar ahí. Pero Tessa estaba apretujada contra los licores y uno de ellos estaba medio vacío en su mano.

Su rostro estaba sonrosado y sus ojos brillaban febriles y enrojecidos. Su nariz estaba tan roja como un tomate maduro, como si hubiera estado horas bebiendo o llorando.

Quizás ambas.

Tessa alzó la botella hacia él y sonrió.

— ¡Axel! —dijo con felicidad. Levantó una ceja y agitó la botella — ¿Quieres?

Él estaba atónito.

—¿Qué haces metida ahí?

—Oh. —ella miró a su alrededor como si recién cayera en cuenta que estaba en un espacio donde incluso un niño tendría problemas. —Tengo...tengo agafobia. No, no...lo he dichooo mal. —ella frunció el entrecejo. —Agorrafobia. Esa cosa, ¿Saaabes? Miedo a los espacios abiertooos. —ella extendió sus manos como para demostrar su punto. —ataques de pánico, como si faltara el aire y las paredes me aplastarran. Perro aquí toy bien, espacio pequeño ayuda. Y mi aurra sigue mala así que me he venido a esconder aquí. En el armario no había licor.

— ¿Armario? —repitió Axel, mirando a su alrededor. Cielos, ni siquiera le sonaba la palabra agorabia. Para el parecía más algo de Harry Potter que una palabra de este mundo. —¿Cuánto has bebido?

Ella se quedó mirándolo un segundo con una sonrisa boba.

Rwyt ti mor olygus fy nghariad. —dijo en ese idioma enreversado que Axel podía apostar que era Gales. Su lengua fue jugando con las letras, formando silabas enredadas que no tuvieron ningún sentido para Axel.

—Por favor. —suplicó. —Por último en inglés.

— Tu ne préfères pas le français? —inquirió en fránces, levantando una ceja. Luego cambió al alemán. —Vielleicht Deutsch. Wolltest du nicht in Deutschland Arzt werden?

Axel reprimió un suspiro.

Porque era claro que el licor solo iba a acentuar la personalidad presumida de ella al cambiar de un idioma a otra con facilidad.

Axel se sentó junto al estante de licores, extendiendo sus piernas y arrebatándole la botella.

Bebió un poco solo para evitar que ella se terminara todo.

Redención (Inazuma Eleven-Axel Blaze)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora