Marcos se gira y me mira con una expresión ausente. Sé que está viendo algo detrás de mí que no le agrada; probablemente, sean paparazzi u otros inconvenientes relacionados con su fama. Aunque estemos fuera de la ciudad, parece que no puede escapar completamente de la atención mediática, y eso debe ser lo más complicado de ser una figura pública.

Damos los primeros pasos entrando a la sala de cine, y me siento cómoda caminando a su lado. Sin embargo, no puedo evitar sobresaltarme cuando una pantalla muestra un anuncio de terror...

—No sé, cómo pueden gustarte—comente, nerviosa.

—Aún no has visto nada, Jude... ¿Te imaginas que tengamos a más citas y en todas tenemos que ver una película de terror?—sonrío.

—Me negaría a tenerlas, prefiero quedarme en la residencia.

—De todas formas te haría compañía ahí...

Entonces, noto que la sala está bastante llena. Un par de chicas miran a Marcos con sorpresa y murmuran entre ellas. Él no parece prestarles atención en esos momentos. Nos sentamos en la última fila; él lleva las palomitas, y yo las bebidas en la mano. Estamos solos, en los primeros asientos de la parte de atrás, lo cual me hace sentir más cómoda, por si hay que salir corriendo en algún momento.

Me siento más cómoda ahora, pero estoy bastante nerviosa por la película...

—¿Sigues con miedo?—me pregunta

—No, que va... Estoy muy bien, ya sabes... Es solo una película y normalmente ver películas de terror es divertido, la mayor locura...—no podía parar de hablar.

—¿Segura?

—No mucho. ¿Podríamos irnos?—Le preguntó

—Jude, aún no hemos empezado la película.

—Lo sé, pero me va el corazón a mil, creo que es mala idea, ¿que tal si vamos a otro lugar..?

—Estoy contigo, no puede pasarte nada.

—¿Te gusta ponerte al límite?

—Es solo una película, y está hecha para ser vista...

—Claro... Si no para qué la harían—le digo

Cuando deja las palomitas a un lado, mi atención se centra directamente en sus brazos, provocando que mi corazón lata con fuerza. Marcos nota mi mirada intensa sobre sus brazos y decide tomar acción. Aclaro mi garganta y aparto la mirada hacia el otro lado, sintiéndome algo avergonzada, mientras él solo sonríe de lado.

—¿Todo bien Jude?

Sabe lo que acabas de mirarle, se sincera...

—Me pones nerviosa.

—Ya lo veo, debes de estar nerviosa.

Aparte de que esa película hoy no me dejaría sobrevivir mucho. Además, él tampoco me dejará hacerlo si sigue mirándome y repitiendo mi nombre cada vez que puede. Ahora, cruzamos miradas como si no hubiera más pensamientos ilícitos el uno por el otro. En medio de la oscuridad de la sala, sus ojos y los míos se encuentran.

―¿Está buena la cerveza que te has pedido? ―pregunte.

Menuda mierda de pregunta que acabo de hacer yo también...

―¿Debería de notar algo extraño en ella, Jude?

―No para nada.

―¿Quieres probarla?

―Odio las cervezas...―Dijo—Chris el otro día en la cita...―Mierda —Oh dios mío, me vendría bien un chapuzón en la piscina ahora mismo —murmuré

Acordes menores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora