Capítulo Trece. Hablaba de amor

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Se acercó, la tocó y un resplandor salió de ella. Un resplandor dorado que iluminó su cara.

-¡Rápido!

-¿Qué pasa?-pregunté-

-¡Dame la mano!

Le di la mano tal y como me dijo y, un momento después, un torbellino recorrió nuestros cuerpos. ¿A dónde íbamos? No lo sé pero aquella parecía ser un día de viajes.

-Espera un momento-dije una vez el torbellino de luces cesó de iluminarnos-¿No es esta la casa de mi padre? Pensé que íbamos a viajar a un país de unicornios o algo así.

-¿Decepcionada? -me preguntó Kal-

-Un poco. A ver, tienes un botijo mágico del cual salen chispas, me mandas agarrarme a tí y estamos en el mismo sitio. Por un momento pensé que eras un dios griego.

Empezó a reírse a carcajadas y yo me quedé patidifusa al ver su reacción. ¿De qué narices se reía?

-No me río de tí-me explicó cuando pudo dejar de llorar a causa de la risa- Me río de la situación tan difusa que estamos viviendo. ¿Un botijo mágico? ¡Por favor, Lucía!

-¿No te ríes de mí? Porque lo estás demostrando con creces, griego arrogante.

Ante mí mala leche provocada precisamente por él, Kal decidió tomarme las manos.

-No debes enfadarte, Lucía. Al contrario, debes estar contenta. Hace muchísimos años que no me río de esta forma y te puedo asegurar que casi nadie ha logrado hacerlo.

-¿Reírte a mí costa?

-No. Contigo. Es más bien diferente. ¿Me acompañas?

-¿A dónde?

-Toma mi mano y te aseguro que entenderás muchísimas cosas respecto a mí.

Le hice caso aunque lo que más me apetecía era darle un buen guantazo. No obstante, la curiosidad estaba ganando a mí mal genio. Me llevó de excursión por la casa de mi padre algo que me pareció realmente ridículo. ¿No iba yo a conocer aquella casa? !Había vivido en ella por más de veinte años! Sabía exactamente dónde estaban todas las cosas , dónde guardaba mi padre el dinero, el cajón que nunca enseñaba y en el que yo sabía que guardaba fotos y recuerdos de mi madre. Recuerdos que miraba cada noche. Cada ubicación, cada objeto, era algo que no se me escapaba. ¿Un momento?

-¿Te pasa algo?

-Esa foto....¿Quién la ha puesto? Nunca ha estado ahí.

Me fijé en una foto que reposaba sobre el mueble del salón. Un marco antiguo donde se veía a mis padres sonriendo de jóvenes.

-Hubo un tiempo en el que sí estuvo ahí.

-¿Cómo?

-Has retrocedido en el tiempo treinta años, Lucía.

-¡Venga ya! ¿Cómo va a ser eso? ¿Eh?

Por la puerta del salón, entró mi madre riéndose, cargada con unos platos para poner la mesa. Su melena era incluso más larga que la mía, sus ojos, igual que los míos.

-Te prometo que cocinaré mañana.

-Llevas diciendo eso desde que nos casamos-habló mi padre que la seguía con una bandeja de pescado al horno-

Sus rostros eran jóvenes, mucho más jóvenes de los recuerdos que yo tenía de ambos siendo pequeña. ¿Cómo podía ser eso?

-Kal, ¿ Qué pasa?

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⏰ Última actualización: Sep 25, 2023 ⏰

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