La primera vez que Emma miró a Spencer, se preguntó por qué le permitían seguir en la Academia del FBI.
Era un tonto. Tenía dos pies izquierdos para correr, fallaba en casi todas su pruebas de obstáculos, tenía una pésima puntería y perdía en todos sus combates cuerpo a cuerpo. Emma le dio una golpiza una vez. Era el peor del lugar, y parecía que ni siquiera se esforzaba en hacer algo al respecto; en su lugar, solía agachar la cabeza y fingir que no había quedado en en ridículo frente a todos los demás.
No se dio cuenta del porqué a la paciencia de sus superiores, hasta que lo miró leyendo. Ella estaba tratando de respirar después de haber completado su actividad en el mejor tiempo, había salvado a su falso compañero-muñeco, cosa que haría con los ojos cerrados. Sin embargo, el joven Reid se había rendido unos minutos atrás, y había leído muchísimas páginas de ese libro en una cantidad imposible de tiempo. Su dedo índice se deslizaba por la página que leía y terminaba en cuatro segundos, pasándose a la siguiente, con la información impregnada en su mente. Emma sabía que era un chico especial, y lo más probable era que, si estaba en entrenamiento, solamente era una especie de papeleo por el que tenía que pasar.
Lo sabía porque pasaba lo mismo con ella. El gobierno puso su vista en ella cuando supieron que una chica de catorce años había enfocado toda su adolescencia en estudiar al ser humano. Sí, literalmente. Emma Spring tenía doctorados en medicina, psicología y sociología. Inicialmente, sintió una fascinación por el cerebro humano después de escuchar por ahí que era el órgano más impredecible del cuerpo humano, y quiso saber por qué. Eso la persiguió por siempre, así que mientras los chicos de su edad comenzaban a ir a fiestas, tener sus primeros bailes y beber alcohol por primera vez, ella tomaba los cursos más avanzados e intensivos de la escuela de medicina en Princeton, a sus dieciséis años. Se especializó en neurología y psiquiatría. Y siguió así con la psicología y la sociología. De alguna forma, no estaba en un hospital prestigioso haciendo una residencia o una investigación, terminó en la Academia del FBI.
