Imaginemos por última vez...
- Gracias por el café - Sonreí ignorando sus palabras -. Ya estoy sobria, lista para irme a casa.
- Pareces aburrida ahora - Tiende la botella de agua frente a mí y me invita a beber con una mirada - Por favor
- Un placer - Tomé la botella y la vertí en su cabeza pero fue más veloz y tomo de mi muñeca y de un solo movimiento presionaba mi mano directo en mi cadera y un pequeño dolor se adentraba en mi cuerpo -.
- Tengo que aprender a protegerte, ya sabes, fanática obsesiva y ruda - Su nariz presionó en mi cuello y envió una eléctrica por toda mi columna vertebral -.
- Duele imbécil, no soy ninguna fanática, caí frente a ti por casualidad - Suspiré furiosa por sentirme tan excitada de su cercanía -.
- O el cielo decidió enviarme un ángel - Sentí como sonrío -. Muy romántico para una chica que se porta mal.
- No sabes como me gusta las cosas - Susurré excitada -.
- Entonces te tomaré para saber lo que prefieres, ¿lo prefieres justo detrás del escenario, en un baño o en el auto?
- Lindos lugares para charlar pero prefiero ir a dormir a mi casa - Besó mi cuello y mi voz se quebró - Te lo ruego...
- Elige un lugar porque no me molestaría tomarte delante de toda esta gente - Mordió con delicadeza mi cuello - Siento tu pulso acelerado, ¿segura que quieres dormir?
- El auto - Cerré los ojos con fuerza y me soltó con fuerza para luego tomarme de la mano -.
- Que no me siga absolutamente nadie porque es un asunto muy urgente, sus padres están buscándola y la llevaré a casa - Explicó al hombre barbudo -.
Prácticamente corría mientras me arrastraba y se tomaba el tiempo de saludar a cada persona que lo intentaba detener con un simple; «Tengo que llevar a esta fanática loca fuera de aquí». Intentaba contradecirlo y explicarle que no era ninguna de sus fanáticas, solo una semi borracha con las hormonas que parecían haber explotado como si tuviese 16 años.
- ¿Alguna marca de auto en especial? - Sonrío -.
- No seas engreído o te dejaré en este estacionamiento completamente solo - Advertí -.
- La camioneta negra, esta alejada de todos los demás - Tiro de mi brazo y me quejé en silencio -. Entra, ya.
Caí de espaldas sobre los asientos y él se tiro encima de mí tomando posesión de mi boca y arrancando mi vestido con devoción como si no existiera el mañana. Sí, dame lo que quiero y saldré por la mañana sin recordar tu nombre, lo prometo. Hazme olvidar de la maldad del mundo y crea un paraíso frente a mis ojos.
- Es la primera vez que estoy haciendo esto, lo juro - Beso mis hombros hasta llegar a mi cuello y chuparlo - Siempre suelo ser cuidadoso con los lugares pero tus ojos dicen tantas cosas sucias.
- ¿Mis ojos? - Reí -.
- No me hables de la teoría del amor cuando la he visto en tus ojos - Susurró -.
Rasguñe su espalda y quite su remera tirándola hacia adelante. No dejaba de sonreír. Apenas podíamos vernos a los ojos a causa de la oscuridad de los vidrios rodeándonos. Pareció leerme la mente porque encendió la luz arriba de nosotros.
- Me gusta la oscuridad pero en tu caso quiero que recuerdes esto como yo lo haré - Mordió mis labios y deslizo con suavidad mis bragas por mis piernas - Móntate.
Cayo sobre el asiento y incliné mi cabeza para evitar lastimarme y reí. Me sentía caliente como una maldita perra haciéndolo por dinero pero no obtendría nada de esto solo un buen momento de pasión y un recuerdo imborrable. Desabroché mi sostén y apreté mis pechos frente a su rostro y comenzó a chuparlos. Sus manos se deshacían de sus pantalones junto a su boxer pero no dejaba de satisfacerme.
- Perfectos - Dijo mientras me miraba a los ojos -.
Solo un glorioso movimiento y caí dentro de él sintiendo el sonido de nuestros cuerpos formando uno. Nuestras respiraciones invadiendo el pequeño lugar y las pequeñas gotas de sudor caer de su frente. Di las órdenes y cumpliré con cada una para volver tu sonrisa al amanecer. Déjame creer en bonitos cuentos y no arruines el momento con falsas esperanzas.
- Sí, Justin, dios - Me sostenía de sus hombros y volvía a repetir el movimiento-.
- Me gusta mi nombre en tus labios - Mordió mis pechos -.
- A alguien le gusta el cuerpo de su fanática - Sonreí y mordí mis labios -.
Tomó una botella de agua y la tiro en mi cabeza. Mierda. El agua fría erizó mis pechos y me detuve, mirándolo furiosa pero entonces él empezó a limpiar las gotitas que caían en mi cuerpo con su magnífica lengua y volví a empujar dentro.
- Perverso - Susurré -.
- Quizás no seas fanática de mi música - Presiono sus manos en mis caderas - Pero te haré desear que te cante dulces melodías en el oído solamente a ti.
- Ya estamos cerca - Corrí mi cabello a un lado y una última vez bastó para caer derrumbada arriba de él -.
- ¿Derecha o izquierda? - Preguntó mientras sus dedos iban de arriba a abajo en mi columna vertebral -.
- ¿De que hablas? - Solté una risita confusa -.
- Te doy a elegir el lado de la cama - Me besó -.
