capitulo 8

53 38 2
                                    

—hora de llevarte al infierno alana —habla con una sonrisa macabra

—NO, NO. ¡DEJAME! —grito con todas mis fuerzas —AYUDA, AYUDA —pero nadie me escucha

Me arrastró hacia el otro extremo del auto pero el es más fuerte volteando el auto con una sola mano dejándolo de nuevo en cuatro ruedas.
Escucho a mi padre quejarse por lo bajo dando la señal que tenía rato esperando

—papá despierta por favor —lo muevo con mi mano pero sigue inconsciente

Derrepente siento un jalón de cabello tan brusco que me saca del auto por la ventana, me corto con los vidrios que aún queda en ella e intento sujetarme con ambas manos de la puerta pero el es mucho más fuerte sacándome como si de una hoja se tratara

Caigo de boca en el pasto e intento incorporarme pero recibo una patada justo donde tengo el trozo de lata enterrado haciendome soltar un grito desgarrador

—que divertido ¿No? —dice con fingida inocencia

—vete al infierno —le escupo con ira

—pero si de allá vengo —dice con diversión

—¡Alana! —escucho a vagar llamarme a lo lejos

—¡Aquí! Vagar ¡Ayuda! —le hablo en voz alta

—oh no perra, tu no vas a dañar mis planes —dice levantando mi cabeza cuando me agarra del cabello por segunda vez

Una nube negra se envuelve entre nosotros oliendo a mierda y azufre, veo a vagar y Ainhoa palidecer mientras tratan de llegar a mi pero no lo logran. Al siguiente segundo todo se vuelve negro.  mis oídos pitan intensamente y llevo mis manos hacia ellos tratando de quitar ese molesto sonido, no hay nada solo hay oscuridad. No logro ver ni mis propios pies pero si escucho la voz del señor phorman a lo lejos. Como si estuviera a una distancia considerada de mi.

Una luz que se posa sobre mi cabeza  va esclareciendo mi alrededor dejándome sin palabras cuando noto que ahora estoy en una especie de habitación de piedra. Solo hay cuatro paredes y un techo que parece ser de nubes negras, no hay ventanas ni puertas

Estoy en posición fetal aún con la gran herida sangrando y me preguntó cómo es que sigo con vida todavía. Me levanto y quedo sentada en el mismo lugar cuando escucho a lo lejos unas voces peculiares

—la tarea está echa mi señor... traje a la princesa —es el señor phorman quien habla

—bien, estos años de exilio te sirvieron para cumplir con tu tarea —le dice una voz distorsionada- ¿Dónde está Sabrina?

—esta cuidando de la humana —dice

—¿Esa niña que se robaron? —pregunta

—si.

—bien, ve con ella y dile que la mate. Ya cumpliste con tu objetivo y ya pueden volver

Escucho unos pasos acercarse y no se que pensar o hacer, no hay donde esconderse y la mancha carmesí que corre por el suelo me delata 

Un hombre traspasa la pared dejándome anonatada ante lo sucedido, comienzo a temblar execivamente cuando veo la apariencia de este ser.

Un hombre alto de color y cabello rojo hasta los hombros, ojos rojos como el fuego, piernas de cabra y dos grandes cuernos salen de su cabeza. Abro los ojos bruscamente por la sorpresa y no se que decir

—alana Della Luna... la princesa prometida -dice el hombre caminando a mi alrededor como león acechando a su presa —es un honor tenerte aquí en mi infierno —su voz es distorsionada causándome  escalofríos

eclipse de sangre La Princesa Prometida [Libro II ]Where stories live. Discover now