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Los pájaros cantaban y la luz se filtraba por las ventanas. Rǎzvan salió de la habitación que su madre le había preparado. Llevaba puesto un pijama de una camiseta sin mangas gris con detalles negros y rojos, y unos shorts negros. Cómodamente se frotó los ojos mientras bajaba, sus hermanas estaban sentadas en la mesa y su madre terminaba el desayuno en la cocina. Una pulsera multimedia colgaba de su muñeca.
Su padre entró por la puerta principal y saludó a todos. Cuando vio a Rǎzvan, se quedó en silencio y fue a abrazarlo. Mihai lo apretó fuerte y habló.
-Mihai: "¡Velkaa, niño! Cómo te extrañé hijo." Rǎzvan solo se rió y devolvió el abrazo.
-Rǎzvan: "Yo igual, Papa. Te contaré todo..." Dijo emocionado. Su padre era como uno de sus amigos. Antes de que pudiera seguir, su madre los interrumpió.
-"Ha pasado tiempo, lo entiendo, pero ¿podemos dejar de volar por la cocina, por favor?" Dijo su madre tranquilamente. Mi padre y yo suspiramos y nos dejamos caer suavemente. Mi madre asintió con una sonrisa mientras seguía preparando el almuerzo. Hoy acompañaría a mis hermanas a la escuela, caminando como mortales.
-"Claro mamá", respondió Rǎzvan riendo suavemente. "Solo le estaba contando a papá las cosas divertidas que hice mientras estuve perdido", comentó divertido mientras se apartaba del abrazo de su padre y se dirigía a la mesa donde estaban sus hermanas menores todavía sentadas.
Cuando se sentó junto a ellas, no pudo evitar sentir la emoción de lo que esperaba en el día. Los pájaros continuaban sus dulces melodías afuera. Rǎzvan se giró para mirar a sus hermanas.
-"Entonces, ¿qué me perdí? ¿Pasó algo interesante mientras estuve fuera?", dijo Rǎz. La noche anterior no tuvieron tiempo de hablar porque no había pasado demasiado ese día. Pero hoy era su primer día de clases y Rǎz quería que compartieran sus sentimientos con él. "¿Emocionadas?"
Daka respondió rápidamente.
-"En realidad, no... nada", dijo mirando la sangre que su padre tomaba con tanto fervor. Mihai le dio un vistazo y le lanzó una bolsa pequeña a su hijo mayor. Rǎzvan la aceptó y la consumió rápidamente. Daka lo miraba con admiración, mientras Silvania fruncía el ceño y comía su ensalada.
Silvania comentó emocionada lo ansiosa que estaba por comenzar el día, aunque Daka lanzaba comentarios sarcásticos contra su hermana, obteniendo un regaño de parte de ella.
Llegó el momento y los tres chicos marcharon.
Mientras Rǎzvan y Daka caminaban uno al lado del otro por las tranquilas calles, Silvania los seguía de cerca. El aire de la mañana era fresco contra su piel, provocando que se le pusiera la piel de gallina en los brazos a pesar de la calidez de la luz del sol que se filtraba a través de los árboles. De vez en cuando, podía vislumbrar a personas que los miraban con curiosidad, sin duda preguntándose por qué estos tres jóvenes caminaban juntos tan temprano en el día. Pero por mucho que le molestara al principio, Silvania pronto se acostumbró; después de todo, ya no eran exactamente los estudiantes promedio de secundaria.
- "Entonces", comenzó Raz casualmente, rompiendo el silencio entre ellos. "¿Cómo les ha ido a ustedes dos? ¿Ha sucedido algo interesante últimamente?" Miró por encima del hombro hacia Silvania, quien se encogió de hombros con indiferencia antes de volver a centrar su atención en el frente una vez más.
En ese momento, Rǎzvan recibió una llamada de sus amigos noruegos, quienes también eran vampiros. Habían planeado un viaje juntos a Alemania para conocer su nueva vida allí. Sintió cierto alivio en el corazón cuando escuchó su voz por teléfono. Después de colgar, Rǎzvan comentó mientras fumaba un cigarrillo:
- "Siempre es bueno oír de tus viejos amigos. Tal vez iremos a visitarlos después de clases hoy." Daka avanzaba con entusiasmo y asintió diciendo: "Sí, sería genial. Siempre he querido ver Noruega."
El bosque crecía oscuro e incierto en las afueras de la ciudad, pero nadie se atrevía a cruzar su límite. Silvania no podía evitar sentirse excluida ante la cercanía de Daka y Raz. Sus personalidades casi idénticas contrastaban con la personalidad diferente de Silvania. Aunque se alegró al ver la secundaria acercarse, Daka bufó y escondió su cabeza en el pecho de su hermano, haciendo que este se riera divertido. Silvania corrió hacia la entrada mirando el edificio con ojos brillantes, y cuando sus hermanos llegaron, Raz rio al ver la cara de asco de Daka. Suspiró y tocó el hombro de ambas chicas.
-"Bueno hermanas, es hora de partir. Les ruego que tengan buen día... ¡Un zape en la cabeza de Daka y un desorden de pelo a Silvania antes de caminar hacia el lado contrario de la secundaria." Sería un día difícil para las hermanas, lo sabía.
Raz caminaba por las calles con las manos en los bolsillos. Sus ojos verdes miraban alrededor, las miradas de algunas personas los perseguían, pero a Raz no le importaba. De tanto caminar, de repente, se encontró llegando a un área con locales y gente caminando durante el día. Mirando a través de los vidrios que dejaban ver hacia dentro de los locales, uno en particular, más "hippie" de lo normal, llamó su atención. Miró hacia adentro de la tienda y, de repente, sus ojos se encontraron con los de un viejo hombre que lo miraba curioso pero enfadado. Raz silbó con los ojos bien abiertos, alejándose para evitar las ganas de reírse. Siguió caminando y pronto se encontró en el bosque, listo para sacar los cigarrillos.
Saco un cigarro y lo encendió, mirando el cielo mientras el humo salía de su nariz. Su chaqueta de cuero guardaba los cigarrillos restantes, y Raz buscó un lugar tranquilo para sentarse. A pesar de ser conocido por ser sociable, también disfrutaba de su tiempo a solas para pensar en muchas cosas turbias.
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Los ojos de gerardo camino me dan años de vida, tan guapo tim oliver... Ya mero sale murdo 😊😊😊
