Sexto Ataque

322 38 8
                                    


Para Zenitsu, las cosas se han vuelto muy complicadas.

Primero, como el delegado, todavía tiene muchos trabajos que terminar antes del baile de fin de curso, tratar con sus propias tareas escolares durante sus limitados ratos libres, constantemente con falta de tiempo.

Segundo, los sueños que ha tenido en las ultimas semanas finalmente han dejado de fastidiarle las noches, pues con tanto trabajo solo duerme y es un inmenso alivio no tener que soñar...Lo que sea que sean esos sueños que, si bien no recuerda lo que son, despierta gritando o llorando. No le había pasado desde que dejo el orfanato.

Tercero, sus amigos lo seguían a todos lados, si no hasta los baños y el despacho del Consejo Estudiantil. Inosuke nunca se vio tan pegajoso y Tanjiro no lo dejaba de preguntar si podían pasar tiempo a solas.

Aprecia la preocupación, aunque duda que un encontronazo con violencia escolar de por medio vuelva a suceder. Lo que sí, ha notado algunos cambios.

Él sabe que sus amigos están planeando algo grande, ha pillado las sonrisas de Nezuko y brillo en los ojos de Aoi mientras almorzaban, así como también un latido irregularmente agitado de Tanjiro cada que cruzan miradas.

¡La culpa del inocente, sin duda! Dado que Tanjiro era biológicamente incapaz de mentir, se trababa con las palabras y evitaba mirarlo para que Zenitsu no sospeche, pero es muy obvio que oculta algo.

Tan absorto estaba en sus trabajos esporádicos que cuando quiso darse cuenta, acababa de ponerse el traje que usaría para la dichosa fiesta de fin de curso.

Salió sigilosamente de su habitación, antes que a su abuelo se le ocurriese sacarle fotos. Por desgracia, no lo logro a tiempo y un flash luminoso le dio en toda su cara.

El viejo era rápido, incluso con una pata de palo.

— ¡No hagas eso! ¡Inmortalizaras mi fracaso como soltero!

— Te luce mejor que el disfraz de sauce llorón que usaste en la obra escolar.

— Por favor, no me recuerdes esa desgracia.

Las lágrimas amenazan con salir al pensar en su futura noche, impartiendo amonestaciones a adolescentes fiesteros en la cúspide de sus hormonas.

De pronto, el timbre resonó por toda la casa.

El delegado no tuvo que escuchar el "Soy yo, permiso" antes que el mismísimo Tanjiro Kamado apareciera tras la puerta, abierta por Jigoro, que le sonrió simpáticamente antes de sacarle una fotografía.

Tanjiro iba vestido como todo un galán, llevando un traje de satén esmeralda y chaleco con mangas, hombreras y trazos en dorado, con motas verde y negro a cuadros, coincidiendo con los pantalones oscuros y zapatos lustrados.

— ¡Tanjiro! ¿Qué rayos?

— Vine para llevarte al baile.

— ¡No sabes lo cliché que sonó eso! — exploto Zenitsu, entrando en frenesí— Preguntaba por qué estás aquí, vestido para romper corazones como los modelos de comercial que detesto tanto.

— ¡Gracias por el halago!

— Por Kami, no puedo.

— Estas guapo, muchacho— elogio Jigoro, con una sonrisa muy complacida— Te lanzas con todo, ¿eh?

— En serio, Tanjiro, ¿Por qué estas vestido así? No es tu fiesta de fin de curso.

— Pero es la tuya.

— ¿Y que con eso?

— Quiero celebrarla contigo.

Un adorable sonrojo tiño las mejillas del chico mientras palpaba el amargón guardado en el bolsillo de la chaqueta.

Puede ser (TanZen)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang