Menuda bienvenida

244 36 16
                                    

Nathan Baynard

Me encontraba en mi habitación leyendo mi libro favorito "Cartas de un joven poeta" una obra que había encontrado por casualidad en una venta de sortilegios y que me habia mantenido cautivado desde el primer momento.

Seguía molesto por lo de antes, pero mi mente no paraba de recriminarme sobre mi comportamiento, no podía concentrarme en mi lectura, no me gustaba pasar tanto tiempo enojado con mis progenitores, ya había pasado una semana y yo solo salía de mi cuarto para comer.

Deje el libro a un lado finalmente y baje las escaleras, note a mis padres en la entrada charlando y tomando el té mientras admiraban el atardecer.

— ¿Se van de viaje? — Llame su atención al notar un montón de cosas en cajas.

— Nos vamos — Dijo mi papá sonriente.

— Siento no haberlo dicho antes, pero nos hiciste la ley del hielo —Pronuncio mi madre —Nos vamos a mudar a América.

Rei un poco creyendo que era una broma, pero ellos no parecieron reírse — Escuchen, si esto fue por lo del cigarro yo... lo siento mucho.

— ¿¡Cigarro!? — Exclamo papá mirando a mi mamá.

— Lo explicaré luego — Dijo ella mirándome como todo un chismoso.

— No importa, sube arregla las cosas que necesites los primeros días, lo demás llegará después.

— ¿Qué? ¡No! Me gusta vivir aquí, tengo a mis amigos y prometo que me portare bien.

— Lo siento hijo, es una decisión que ya está tomada.

Di media vuelta a mi cuarto y volví a tirarme en la cama, todo esto era una completa mierda. Suspire tal vez no sea tan malo después de todo, conoceré otro lugar ¿Qué podría salir mal?

|...|

Todo estaba saliendo mal, si hubiese sabido que iríamos a Nueva York con los abuelos yo mismo me hubiese amarrado una soga al pie de mi cama, pero ahora estaba en un barco con destino a mi nuevo hogar y con una nauseas tremendas por el movimiento del barco.

Era la tercera vez que expulsaba el líquido vomitivo hacia el mar y yo me agarraba fuertemente del barandal sintiendo que mis pies se movían constantemente.

— ¿Que tal el viaje? — Decían mis padres mirándome divertido.

je déteste les bateaux (Odio los barcos).

— Tranquilo, ya llegamos.

Alcé la vista y la estatua de la libertad me recibió, al fin una parte de mi tortura había culminado, pero otra recién comenzaba.

Nadamas bajar del barco mi pesadilla aumentaba cada vez más, solo quería  pellizcarme el brazo y despertar dormido en medio de mi clase de historia, pero esto no era Francia y yo no estaba dormido.

El chófer de la familia Barry nos esperaba y el tío Collin bajo del carruaje para abrazar a mi madre con euforia y saludar a mi padre.

— Cielos, no los veía desde hace cuánto ¿5 años? Nathan has crecido mucho.

Me limité a sonreír y me giré para ver el paisaje, no me interesaba en absoluto la plática de los adultos, hasta que escuche mi nombre de nuevo en la conversación.

— Los llevaré a casa de tus padres, ___ y después pasaré por ti para ir a mi oficina, debemos empezar a trabajar en la investigación de ese nuevo internado y tratar de clausurarlo de alguna manera.

— Lo siento tanto Collin ¿Estabas ocupado? no debimos pedirte que pasaras por nosotros.

— No es nada, justo iré a hacer trabajo de campo en Avonlea, de hecho Anne estaría encantada de volver a verte ¿sabías que da clases en su antigua escuela?

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Sep 26, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

El Baile del Corazón | Nathan BaynardWhere stories live. Discover now