aguantar vara (cosas que aprendí de mi madre)

El arte de aguantar vara

En este libro hablaremos del jabón en polvo, si, jabón,  ese que mi mamá comenzó a usar para lavarse el cabello cuando no tenía shampoo y terminó por convertirse en algo habitual,  teniendo o no shampoo, el jabón en polvo siempre está en el baño, ya sea para el cabello, el rostro y a veces hasta para el cuerpo. Pero la resilencia de mi madre no se trata solo de resolver conflictos económicos,  va más allá de lo que se puede ver, por que el shampoo y el jabón en polvo son solo metáforas de la vida.

Comenzaré por contarte por qué el shampoo es tan importante: Seguramente a la fecha ya está fuera de tendencia, algo olvidado en el Internet, pero en algún punto,  entre el 2010 y el 2020 se hablaba del shampoo como una referencia a las ganas de vivir, así podíamos encontrar múltiples publicaciones que ofrecían apoyo para "cuando se te acaba el shampoo, el acondicionador, la crema o todos los productos para el cabello juntos".

Estas publicaciones tenían todo tipo de consejos para cuando no tienes ganas de vivir, desde abrazar un perro, pasando por hablar con un amigo, ir a terapia, comerte un chocolate, darte un baño, de todo un poco y yo yo los probé todos, solo  entonces descubrí que cuando falla cada intento, solo te queda el jabón en polvo, el que mi mamá sabía usar muy bien.

Así, con su jabón en polvo, mi madre pasó años despertando a las 4 am para ejercitarse, cocinar, atender a su esposo, preparar a sus hijas para la escuela, entre otras cosas, por que era su propia disciplina y pasó su vida, aunque le faltaban ganas de seguir viviendo, usando su jabón en polvo, cada que se maquillaba, cuando hizo mi fiesta de quince años y  claro, ante cada diagnóstico médico. 

En este libro no quiero decirte que le eches ganas, por que echarle ganas es una mierda,  "decidir ser feliz" es una estafa y eso de que "la vida es bella" es un privilegio. Solo quiero contarte un poco de mi madre y su arte de aguantar vara.