𝟬𝟬𝟴 accidente

Start bij het begin
                                    

Hasta que las puertas se abrieron y entró el sheriff Swan desesperado, buscando a su hija.

—Bella, ¿estás bien? —la miró antes de voltearse para señalar a Tyler—: Tú y yo vamos a hablar, ¿estás bien? —volvió a girarse hacía la castaña con una expresión preocupada en su rostro.

—Hey, relájate, estoy bien.

—Bella, lo siento, traté de detenerme —habló Tyler, se le veía nervioso también.

—Lo sé, está bien —la castaña lo miró por encima del hombro, con mucha serenidad a mí parecer.

—No, no está bien —el sheriff lo miró acusatoriamente, casi como si lo estuviera fulminando y a la vez regañando. Tyler bajó la cabeza.

—Papá, no fue su culpa-

—Pudiste haber muerto, ¿entiendes eso? —no escuché la respuesta de Bella tal vez porque me encontraba sumida en mis pensamientos, por ejemplo, ¿por qué la van de Tyler tenía ese gran agujero ahí? y sobretodo ¿cómo hizo Bella para no salir herida?

Eran preguntas que me estaban comiendo la cabeza y yo, quería respuestas.

—Ve despidiéndote de tu licencia —dijo Charlie antes de que las puertas se abrieran y dieran paso a probablemente el ser más precioso que mis ojos habían visto. Un doctor de bata blanca, con facciones perfectas y piel pálida. De cabello rubio y ojos miel.

Entonces, esos ojos se me hicieron conocidos. Y la postura confiada también.

—Oí que la hija del sheriff está aquí —habló mientras caminaba hacía nuestra dirección. Todo de él irradiaba belleza.

—Doctor Cullen —saludó políticamente Charlie y fue cuando mis ojos lo enfocaron mejor.

Era otro Cullen. Me sentí increíblemente estúpida, era demasiado obvio. Todos en esa familia parecían dioses sacados de un libro de mitología, y el doctor Cullen parecía ser el patriarca de la familia.

—Charlie —respondió,— Yo atiendo esto aquí, Jane.

Se puso a ojear los papeles para luego hacerse las preguntas básicas a Bella de cómo se sentía, examinarle los ojos una vez más, mientras le explicaba que podía estar experimentando un estado de shock o trauma que, por suerte, no era su caso. Ya que para el doctor Cullen y para todos, Bella parecía estar bien. No tenía heridas ni rastros de sangre o siquiera algún indicio de que había quedado traumada.

—De no ser por Edward no estuviera aquí —el doctor frente a ella arrugó las cejas y ladeó la cabeza, mientras anotaba algo.— Él detuvo la van, me salvó.

Miré a Bella con una expresión de confusión tallada en mi rostro, traté de descifrar si capaz estaría alucinando mientras estudiaba su cara pero se veía normal. No entendía nada, ¿Edward la había salvado?

—¿Edward? ¿tú hijo? —preguntó Charlie, mirando al doctor Cullen que sólo se limitó a verla de reojo.

—Sí, fue increíble. Digo, él llegó súper rápido y eso que no estaba cerca de mí —la miré sospechosamente, sin pronunciar ni una palabra.

—Suena a qué eres muy suertuda —fue lo único que dijo el doctor Cullen, para luego sonreírle forzadamente. Bella lo siguió con la mirada y luego volteó a verme con estupefacción. El doctor Cullen volvió a llamar a Charlie y yo me quedé ayudando a Bella a recoger sus cosas.

𝐒𝐎𝐅𝐈𝐀, 𝖺𝗅𝗂𝖼𝖾 𝖼𝗎𝗅𝗅𝖾𝗇Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu