Día extraño

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Ese fue un lunes extraño para Hanamichi Sakuragi, quien estaba saliendo del gimnasio después del entrenamiento de basquetball. En ese momento, Rukawa lo detuvo.

-- Oye --dijo el pelinegro.

Sakuragi se volteó a verlo, y de inmediato su rostro se frunció.

-- ¿Qué quieres, zorro?

-- ... ¿Harás algo mañana después del entrenamiento?

Sakuragi lo miró confundido, ¿por qué demonios le preguntaba eso? Por demorarse en responder, Rukawa se impacientó.

-- ¿Sí o no? Responde torpe.

-- ¡Agh Rukawa eres un maldito! ¿Por qué me lo preguntas? El gran Sakuragi tiene muchos planes ya que es un hombre muy ocupado --Procedió a reírse altaneramente.

Rukawa no quitaba su expresión neutral, cosa que siempre le molestaba al pelirojo.

-- Ven conmigo al cine --soltó, como lo más normal del mundo.

-- ... ¿Eh?

-- Ven al cine conmigo mañana --repitió, cambiando levemente la oración.

Sakuragi le dedicó una mirada de juzgador. ¿Qué planeaba la estrella de Shohoku?

-- ¿Por qué quieres que vaya contigo? --preguntó, dudando.

-- ... Si no quieres está bien.

Dicho eso Rukawa, se dispuso a volver a entrar al gimnasio, cerrando. Sakuragi se quedó mirando la puerta, aún confundido por lo que acababa de pasar. Pero siendo él, decidió ignorarlo, y se dispuso a ir.

En la casa, cuando estuvo en la cama, mirando el techo, recién se dispuso a pensarlo. ¿Por qué Rukawa lo había invitado al cine? Debe ser algún truco. ¿Y si invitó a Haruko y quiere restregarselo en la cara? El muy zorro es capaz de eso. Pero si no fuera eso, ¿qué otra razón tendría? Seguramente sólo fue para molestarlo, y si hubiera dicho sí le hubiera dejado plantado y como un idiota, sí, debe ser eso.

Pensando en la razón de este imposible suceso, se quedó dormido. Para el día siguiente, ya se había olvidado, o mejor dicho, decidió no pensarlo más. En un receso, Haruko se acercó a él, y la mente de Sakuragi pensó en lo siguiente:

-- Ay Sakuragi, tengo que romper contigo, es que... ¡Rukawa me invitó al cine!, así que ya no me interesas --dijo, llorando dramáticamente.

-- ¡No puede ser! --Alargó la última palabra, tomándose de su mechas.

Y hasta ahí llegó la imaginación del pelirojo. Haruko llegó frente a él.

-- Hola, ¿cómo estás, Sakuragi? --preguntó, con una sonrisa amable en el rostro.

-- Ha-Haruko --Mostró una sonrisa de idiota--. Claro que estoy bien. Dime ¿cómo estás tú?

-- Bien, ahora mismo iba a comprarme un refresco con mis amigas.

Ahí Sakuragi se dio cuenta que a cada lado de Haruko estaban sus preciadas amigas.

-- Ah, hola amigas de Haruko --Saludó con la mano, sin quitar la sonrisa.

-- ¿Y tú qué tal? ¿Qué ibas a hacer?

-- ¿Yo? Ah nada más estaba caminando jaja. Pero si quieres que el gran Sakuragi te acompañe lo haré.

-- ¿Quién dijo algo como eso? --susurró Matsui, la amiga de dos coletas.

-- Claro que sí --Rió Haruko levemente--. Puedes acompañarnos.

Sakuragi sólo siguió a Haruko y sus amigas, mientras ellas hablaban de cosas de su aula. Cuando se estaban devolviendo de donde vinieron, después de comprar el refresco, Haruko lanzó un ruido de sorpresa.

-- ¡Oh! ¡Me había olvidado! --dijo, deteniéndose y mirando a su amigo--. Rukawa me dijo que cuando te viera te dijera que te quería ver en este receso. Dijo que estaría en la azotea, ojalá no sea muy tarde. ¿Sabes por qué te mandó a llamar? Ya me gustaría que me dijera que me quiere ver --susurró la última oración, con un sonrojó y mirando tímidamente el suelo.

-- ¿El zorro quiere verme? Que se pierda, no me interesa ir a verlo.

-- ¿Estás seguro? Quizá sea algo importante.

-- ¿Qué cosa importante tendría ese imbécil que decirme? Lo que sea no me interesa, la verdad no me interesa nada de él. Si se pierde yo estaría feliz, lo desprecio.

Cuando Sakuragi se dio cuenta, las tres amigas lo andaban mirando de frente, preocupadas. No supo porqué, hasta que se dio vuelta, y vio a Rukawa mirándolo. No pudo descifrar esa mirada, pero sin duda era una que no había visto en el pelinegro antes.

Rukawa pasó por el lado de Hanamichi, y siguió su camino. Los 4 que quedaron atrás lo vieron irse.

-- Sakuragi, deberías disculparte --dijo Haruko.

-- ¡¿Qué?! ¡¿Por qué?! --gritó--. ¡No pienso disculparme con él!

-- Dijiste cosas muy malas de él y te escuchó. Son compañeros ¿no? --dijo Haruko, algo triste.

Su reacción perturbó a Sakuragi. ¿De verdad se pone así por haber "lastimado" a Rukawa? De seguro a ese zorro ni siquiera le importa lo que piense de él.

-- Está bien... Pensaré en hacerlo --afirmó Sakuragi.

Probablemente no lo haría, pero era para que Haruko se relajara. Finalmente el día pasó, y tocó entrenamiento. Antes de entrar al gimnasio, Yohei Mito se cruzó con Sakuragi.

-- Hey --saludó el pelinegro--. ¿Vas a la práctica?

-- Sí, ¿dónde están los otros?

-- Por ahí deben estar, quizá buscando a alguna chica.

-- Esos tontos...

Mito se rió levemente. Siguieron el camino al gimnasio.

-- ¿Cómo te ha estado yendo? ¿Vas bien? --preguntó el pelinegro.

-- Sí, sí, ¿cómo le va a ir mal al talentoso Sakuragi?

-- Tienes razón --Sonrió, nerviosamente--. ¿Rukawa no te ha molestado?

-- Ay, ¿por qué tuviste que nombrarlo?

-- Ups, ¿pasó algo?

-- Es que hoy le dije unas palabras... que él escuchó... y Haruko dijo que me disculpara.

-- ¿Vas a disculparte?

Yohei estaba que se largaba a reír, para burlarse de su amigo.

-- ¡Cállate, no planeo hacerlo!

Y eso era cierto, su plan no era hacerlo. En el entrenamiento, evitó sobre toda costa a Rukawa. Aunque eso no le sirvió de mucho, ya que en un momento llegaron a estampar cuerpos, y Hanamichi quedó encima y frente a frente con Rukawa quien estaba de espaldas en el suelo. El pelinegro tenía una expresión dolida por el golpe, pero cuando abrió los ojos, Sakuragi notó en él una expresión de miedo, que desapareció al instante.

-- Quítate, torpe.

Sakuragi frunció el ceño, pero cuando quiso salir de encima, su mano resbaló por el suelo y volvió a caer, esta vez no alcanzó a sostenerse y su cabeza se mantuvo entre la clavícula y el cuello de Rukawa. En ese momento Sakuragi se confundió más, pues sintió el cuerpo del pelinegro empezando a temblar. Cuando levantó su cabeza, volvió a ver esa expresión de miedo. ¿Qué estaba pasando? Sin querer molestarlo más, se levantó, y se alejó. Se dio vuelta, mirando un lazo al azar.

-- Oye Rukawa, ¿estás bien? --preguntó Ryota.

Sakuragi volteó a verlo de reojo, por curiosidad, y vio a Rukawa sentado en el suelo, viendo al frente, con la mirada perdida. El pelirojo se preguntaba qué hizo mal, ¿por qué esa reacción?

-- ¿Rukawa? --repitió Ryota.

En ese momento Kaede reaccionó, mirando al más bajo.

-- Estoy bien --dijo, para luego levantarse.

Hanamichi lo siguió un rato con la mirada, hasta que continuaron normalmente el entrenamiento.

Contigo Está Bien /Sakuragi x Rukawa\Where stories live. Discover now