13- Sentimientos Confusos

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- Si no nos estuvieran esperando, ten por seguro que te haría mía- susurra sacando su lengua y lamiendo mi labio inferior, provocando muchas cosas en mí.

- Lo sé- sonrió y el toca mi mejilla.

- Me encanta tú sonrisa- se aclara la garganta después que suelta esa frase como si le diera vergüenza decir algo cursi por primera vez y arranca el auto poniendolo en marcha.

El silencio en el camino se siente cómodo exepto por la tensión sexual que siempre hay entre nosotros flotando el aire. De vez en cuando lo pillo mirandome pero luego aparta la mirada y se queda fijo en la carretera. Su cara se endurece volviendo a ser el Damien serio, a medida que vamos llegando. Ni rastro del chico juguetón de hace un momento. Es como si cambiará de un momento a otro.

- ¿Quiénes vamos al viaje?- pregunto ya cuando la curiosidad me está matando, así como mil preguntas aún sobre qué estoy haciendo.

- Tú, yo, Georgia y Víctor iremos en mi jet privado. Mis padres y Antonella se irán más tarde.

- Quizás no debí venir- susurro y el coloca una mano en mi mandíbula para hacer que lo mire.

- Te dije que confiaras en mí, eso es todo lo que necesito.

Asiento con la cabeza y eso lo contenta ya que regresa su vista a la carretera. Pero mi cabeza y mi corazón es un lío, espero que todo esto no se vuelva un desastre que termine explotandome en la cara.

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Cuando llegamos al aeropuerto tuve que ver cómo Georgia se lanzaba a los brazos de Damien y yo me quedaba estática; quice mirar hacia otro lado, quice salir corriendo pero en cambio me quedé ahí. Damien la aparto sutilmente, cosa que ocasionó que centrará su atención en mí.

- ¿Qué hace ella aquí? ¿Por qué las has traído?- me miró de arriba abajo como si yo fuera una pequeña cosa al lado suyo. Victor a su lado observaba divertido la escena como un tiburón ambriento en busca de sangre.

- Te dije que tenía mucho trabajo- responde Damien cortante.

- ¿Y por eso tenías que traerla en tú auto?- específica cruzándose de brazos volviendo todo más incómodo.

- Ana tenía el suyo roto y me quedaba de camino- la corta subiéndose al jet.

Georgia lo persigue, y termina eligiendo unos asientos dobles uno frente a otro para todos; por lo que me concentro en la ventanilla y el paisaje aéreo para no mirarlos, Victor a mi lado se mantiene en silencio y la única voz que se siente es la de Georgia la mayoría del viaje con su vestido rojo escotado a juego con su pelo y sus intentos a la hora de hablar de restregarle las tetas a Damien.

Respira Ana, me digo a mi misma cuando me dan ganas de golpear algo o tirarme de un paracaídas ahora mismo.

- Entonces Ana ¿tú estudiaste Diseño?- me toma por sorpresa que Georgia se diriga a mí.

Asiento sin querer hablar mucho y ella insiste en romper el silencio.

- Me dijeron que eras la mejor de tú clase es un desperdicio que estés trabajando como asistente cuando claramente tú área es el diseño ¿No lo crees cariño?- se dirige a Damien y aprovecha para entrelazar sus dedos con los de él y me quedo como una tonta mirando hacia ahí.

- Perdón- me aclaro la garganta- Necesito ir al baño- me levanto abruptamente pasando a ambos hermanos para tomar el pasillo que señaló la azafata antes.

Nada más llegó al pequeño cubículo cierro con el pie y me hecho agua en la cara soltando el aire y todo lo que estaba conteniendo.

No quiero regresar ahí, quiero volver, pero una mínima esperanza al recordar las palabras de Damien se acenta en mi pecho aunque la lógica y mi cabeza me dicen que me dé mi valor y deje todo atrás.

¿Qué me está pasando?

Casi espero que el venga aquí como las películas e interrumpa el baño, pero pasan los segundos y nada; y cuando salgo lo menos que espero es encontrarme la figura de Víctor con los brazos cruzados lo cual me sobresalta.

- Perdón por asustarte- es lo primero que me dice.

- ¿Qué haces aquí?- intento pasar por su lado ya que después de la oficina no sé si pueda hablar con él. Pero me agarra por el codo deteniéndome.

- No sé lo que tienes con mi hermano pero tarde o temprano te romperá el corazón- declara- Eso es lo que siempre le hace a todos.

- ¿Pasa algo aquí?- la voz de Damien a su espalda hace que me suelte y se gire hacia su hermano con las manos en alto como burla.

- Como ves no le he tocado ni un pelo- se va dejandonos solos.

- ¿Estás bien?- Damien se acerca a mi quedando cara a cara inspeccionandome de arriba a abajo.

Asiento y me indica que pase primero para ir a nuestro asiento dónde Georgia me mira de una manera extraña y no dejo de preguntarme una y otra vez con la culpa carcomiendome por dentro si ya ella lo sabe todo.

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Lo mejor de todo fue llegar a Punta Cana y observar el paisaje, las playas, el hotel. El aire es tan distinto que me permite respirar a pesar de todo. Las habitaciones son una al lado de la otra , y aprovecho ya cuando estoy sola para llamar a Sam y escribirle a mi hermano.

Mi amiga chilla de alegría cuando le digo dónde estoy y le cuento todo lo de anoche y lo de está mañana. Aunque también se pone modo agresiva, diciendo que si Damien me hace más daño vendrá desde allá a romperle las pelotas y ahora entiendo completamente cuando era ella y yo amenazaba a Hudson. Aunque claro yo y Damien somos un término más complicado que no sé definir. No es amor definitivamente.

Le envío un mensaje a Max

Yo: Me fui de viaje por la Universidad con unos amigos no te preocupes.

Max: ¿A dónde?-

La respuesta inmediata de mi hermano me saca una sonrisa ya que nunca pierde su modus operandi de hermano mayor.

Yo: A nunca jamás 😂

Max: Muy graciosa Ana😠

Yo: Por cierto sirvió de algo mi discurso con Jul. ¿Voy a hacer Tía?

Me salen los puntitos que mi hermano está escribiendo pero el sonido de la puerta me distrae y suelto el móvil para ir a abrir.

- Ya va- grito ante la insistencia. Nada más abro lo menos que espero es que Damien me ataque con un beso el cual le devuelvo perdiendome en sus brazos. Tira la puerta con el pie sin mirar y me carga entre besos. Me aferró a sus bíceps sin querer soltarme de ahí, disfrutando lo bien que se cuida mientras mis manos luchan con su corbata y su camisa pero ni siquiera me deja porque me tira en la cama y sonríe como un depredador.

- Me tienes completamente loco pequeña. No veía la hora de estar aquí. ¿Jugamos a un juego?- sonríe y asiento completamente embelesada por su cuerpo cuando se quita el traje quedando en unos bóxers negros.

Quiero arrancarselos con mi boca pero me detiene.

- Dame tus manos- ordena con su voz dominante y eso hago, con su otra mano las junta y las ata las dos fuerte una contra otra. La oscuridad en su rostro es tan llamativa que no puedo evitar sentirme atraída hacia él una y otra vez.

Intento protestar cuando me gira vendando también mis ojos y rasga el mono de hoy completo, dejándome en las minúsculas bragas que me puse está mañana deseando que el las viera; me quedo completamente a ciegas pero es como si mis otros sentidos se activarán aún más, sintiendo su olor, sus pasos a mi alrededor, el peso en la cama cuando se hunde y la sorpresa cuando me hecha un líquido caliente sobre mi cuerpo que me hace saltar. No es tan caliente como mi piel, pero si se siente pegajoso y a la vez tan bien, en seguida reconozco su olor.

- Chocolate- susurro perdida en como su lengua desciende por mis pechos y me lame por encima del sujetador.

- Eres inteligente pequeña. Vamos con el próximo-

Está vez se siente más frío y cuando no acertó con la respuesta me tortura golpeando mis nalgas y jalando mi pelo, al igual que otras partes de mi anatomía que me tienen rogando hasta que me hace suya. Explorando lugares que nunca pensé que podía tener en mi cuerpo.

Para cuándo termina conmigo y se va en la noche soy un desastre satisfecho de gozo y lágrimas.








"Una noche con el CEO"Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt