xv. dear lexa

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Rhys intentó acercarse hacia Bellamy, mirándole con repudio y resentimiento. Tenía los ojos entrecerrados y la mandíbula apretada. Quería matarlo. Quería hacerle sufrir. Por lo que le había hecho a Blair y por lo que le había hecho a Lincoln. No pudo dar más de dos pasos, porque jusheda posó su mano en su pecho. Le indicó que no valía la pena hacerlo con la mirada y el corazón de Blake dio un vuelco. ¿Cómo era posible que aún le protegiese después de todo?

—Pike le ha metido una bala en el cerebro.— contestó Octavia, tambaleándose en su sitio y dejando su espada sobre una roca.

Bellamy buscó a su ex novia con la mirada, buscando algún indicio que le dijera que las palabras de Octavia no eran reales. Y que eran una broma pesada, pero cuando vio a Blair ahogar un sollozo en el hombro de Rhys, supo que era verdad.

—O, O, lo siento muchísimo— se disculpó con voz débil Bellamy, temiendo la posible reacción de su hermana pequeña.

Sin que nadie se lo esperase, Octavia se lanzó hacia Bellamy y logró atizarle un fuerte puñetazo en la mandíbula. El mayor de los Blake podía sentir el dolor de su hermana. Todos los otros abrieron mucho los ojos, sorprendidos ante la reacción de O.

Todos, menos Blair.

Bellamy se giró para mirar a su hermana atónito. No se esperaba para nada lo que acababa de hacer. Octavia le miró con odio antes de volver a darle otro golpe. Blake sangró ésta vez y se vio obligado a jadear de dolor.

—Octavia, ya basta.— ordenó Kane, poniendo una postura firme para que le escuchase a la primera.

—Kane, no te metas.— pidió Bellamy como pudo, la sangre bajando de su boca a su cuello con fluidez.

Poco después, Octavia pasó de pegarle en la cara, a golpear con fuerza su abdomen. Quería desahogarse. Desahogarse con uno de los asesinos de Lincoln. Blake jadeó de dolor después del segundo golpe. Kane cerró los ojos unos segundos antes de ir a sentarse en una roca. No quería ver más.

Octavia aún estaba empezando.

Agarró del pelo a su hermano, para después apretar el puño y darle una última vez en el estómago antes de pasar a las patadas. Le dio varias patadas en diferentes sitios del abdomen, casi tirándole al suelo. A este punto, Bellamy ya sangraba por la boca, por la nariz y por muchas otras partes de su cuerpo. La menor de los Blake logró darle un puñetazo tan fuerte que su hermano cayó al suelo hacia atrás.

—Ya ésta bien.— dijo Miller, acercándose para poner paz entre ellos, pero lo único que consiguió fue que la chica le empujase hacia detrás.

—Miller, atrás.— las órdenes de Bellamy fueron claras a pesar de que toda su boca sangraba.

Su hermana pequeña le dio un último puñetazo que, junto a un grito desgarrador, volvió a tirarlo al suelo. La menor de los Blake lloraba, con sus manos cubiertas de sangre de su hermano, y sollozaba como una niña pequeña.

Blair sentía como si cada golpe de Octavia hacia Bellamy se lo estuvieran dando a ella. Odiaba tener que ver a las dos personas que más quería de ese modo. Pero Blake era culpable. Harper se llevó la mano al rostro, sin ser capaz de ver eso. Nadie lo era. Miller cerró los ojos y su novio suspiró.

—Para mí estás muerto.— escupió sus palabras Octavia, retrocediendo unos centímetros mientras el herido se incorporaba, adolorido no por los golpes recibidos, sino por las palabras de O. La mejor amiga de Blair se giró a ella, apretando los dientes— Dijiste que quemarías vivos a todos los que trabajasen con Pike. Hazlo con él. Jamás te culparía.

Y tras sus palabras, Octavia se fue hacia un lugar un poco más apartado de la cueva. Siendo seguida por todos los terrestres amigos de Blair, Nate, Bryan y los demás. Blair se quedó estática en su sitio, mirando a un Bellamy que no era capaz ni de dirigir sus ojos a ella. Rhys se acercó a ella, posando su mano en su hombro.

𝐄𝐗𝐈𝐋𝐄, 𝐛𝐞𝐥𝐥𝐚𝐦𝐲 𝐛𝐥𝐚𝐤𝐞 ³Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu