Llamarón a la puerta justo cuando Aria se estaba echando una chaquetilla a juego con su vestido sobre los hombros, mi mirada fue hacia mi amiga y luego al trozo de madera que volvió a resonar. Los vellos de mi nuca se erizaron por completo y un malestar momentáneo me apretujo el estómago.

- Abro yo, tu quédate ahí. – Susurré.

- Davina no creo que... - Le miré con seriedad haciendo que se callase. – Vale... - Susurro de vuelta poniendo sus manos sobre su barriga abultada.

Camine hasta la puerta mirando de reojo una daga colgada en la pared.

Muy conveniente.

La escondí tras mis espaldas y gire el pomo abriendo, no del todo, la puerta. El camarero que nos había cortado el paso antes estaba en frente con una sonrisa demasiado radiante y un paño sobre su brazo.

- ¡Oh! Es el camarero. – Habló Aria.

Sin embargo, algo raro estaba con él, cuando mi amiga intento avanzar le corte el paso. Este saco una pistola provocando que yo me activase por completo. Empuje a mi amiga atrás metiéndola completamente en la habitación. Le di una patada a él clavándole el tacón en el abdomen haciendo que se golpease con la pared de fuera del pasillo. Cerré la puerta a mis espaldas y me puse en posición de defensa con la daga por delante.

- ¡Cierra la puerta con llave y las ventanas! – Grite para que Aria me escuchase.

Este miro la pistola que estaba en el suelo, de mi golpe la había perdido.

- Va a ser que no. – Gruñí.

Se lanzo a mi con un golpe demasiado torpe, me agache golpeando y alzando mi mano para cortarle en el abdomen. Eleve el brazo para propinarle un gancho con el codo, gire sobre mi y le di una patada sobre la cabeza, esta vez él fue más rápido que yo, agarro mi tobillo provocando que me golpease contra el suelo. Le di un fuerte golpe en la espinilla escuchando como mi tacón se quedaba clavado sobre su piel. Alce el cuerpo del suelo clavándole la daga en la ingle, donde el ser humano tenia una de las venas mas vitales para vivir. La sangre me salpicó por completo cuando saqué el filo. Su grito retumbó en mi oídos. Cayó de rodillas, me levante, no sin antes quitarme los tacones dejando uno de ellos clavado en la parte delantera del gemelo. Me miro desde abajo y sin pensármelo le clave la daga en el cráneo. La saque de ahí bruscamente cuando unos pasos a mi espalda llamaron mi atención.

- Berk! – El segundo hombre vestido de camarero grito el nombre del cuerpo que había a mis espaldas. – Lo has matado... pedazo de zorra. – Escupió al suelo, ladee la cabeza con una sonrisa macabra.

La sangre del tal Beck me escurría por el pelo y la cara, manchándome entera.

Estaba casi al final del pasillo, llevo su mano a su espalda para desfundar su pistola, fui mas veloz y aguda, y lance mi daga a él, se le clavo en el brazo haciendo que la pistola se cayese al suelo y el soltase un gran quejido. Corrí todo lo rápido que pude, cuando estaba cerca me arme con un impulso y salte sobre su cuerpo cayendo ambos al suelo con un sordo sonido. Arranqué la daga de su brazo y fui a clavársela en el cuello cuando me agarró de las muñecas y tiro de mi haciéndome caer de espaldas. Me levante rápidamente a la par de él, la diferencia es que llevaba de nuevo la pistola en su mano. Sin pensármelo le di un patada que no pudo esquivar, su cuerpo se tambaleo hacia atrás, alzo la pistola y cuando apretó el gatillo conseguí esquivar el tiro clavándole la daga en su muñeca, el tiro fue a parar al techo. No fui consciente que estábamos en el principio de la escalera, aunque la visión túnel donde mi objetivo era él no me dejo ver mas allá.

Saque el filo de su carne y le apuñale rápidamente en el abdomen, de su boca empezó a salir sangre. Debía de reconocer que este tipo tenía valor y resistencia, pues siguió luchando, me golpeo la mejilla con el otro brazo, me agache en el siguiente torpe golpe le agarre de la camiseta y le volví a clavar el filo de mi daga en el pecho. Le miré a los ojos, la mano que sujetaba la pistola no tenía fuerza para apretar el gatillo de nuevo, pues hacia un minuto mi daga le atravesó la muñeca. Me tropecé cuando su mano agarro mí vestido, y sin soltarme, caímos rodando por la escaleras.

El Ángel del Diablo. | II DIABLO |Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ