Frunció el ceño.

No consideraba que fuera lo suficientemente atractivo para estar al nivel del estatus de Akaza: el hombre que amaba. De hecho estaba seguro que ni siquiera le gustaban los hombres puesto que siempre le veía con chicas.

Recordó que hace un tiempo vió a una joven con él que le estaba abrazando. Su cabello era largo y blanco; tenía un broche color oro recogiendo parte de su fleco y su atractivo era increíble. Después de días de investigar, supo que su nombre era "Warabihime Daki"; aún no sabía en dónde vivía pero lo que sí sabía era que sus padres habían fallecido hace años y se quedó a cuidado de su hermano mayor: Warabihime Gyutaro, él cuál trabajaba en el extranjero para darle una mejor estabilidad económica a su hermana y darle transferencias de dinero continuas. También sabía su horario de clases, la carrera que estaba cursando, el patrón que siempre seguía en sus vestimentas entre otras cosas, pero a pesar de sus intentos de saber en donde vivía, no encontraba nada. A diferencia de la mayoría de personas que subían a un bus o a un transporte universitario, a ella la recogia un auto negro siempre puntual; pronto supo que era su chófer privado. Intento seguir el auto varias veces, pero siempre lo perdía de alguna forma.

Cuando volvió a escuchar a Akaza reír mientras veía su celular y seguía texteando, se preguntó «¿Qué tipo de relación lleva con ella?»; quiso preguntarle. Incluso ahora mismo a pesar de que estaba seguro que ni siquiera lo conocía.

Pasaron al menos diez minutos hasta que Akaza bajó antes que él. Ese día no iría a su hogar; era Lunes por la tarde y como costumbre iría a reunirse con sus amigos a una biblioteca cercana por querer subir sus calificaciones debido a que había reprobado una materia. Cuando bajó, Kyojuro rápidamente tomó asiento en el mismo lugar en el que él estaba y esperó hasta que el transporte le dejará en donde tanto anhelaba llegar.

Y así fue. Su plan era sencillo. A diferencia de los demás días en donde bajaba cerca y lo veía entrar a su casa y se limitaba a verlo por las ventanas, hace unas semanas —desde que Akaza había reprobado—, Kyojuro había llevado su obsesión demasiado lejos. Aprovechando la ausencia ajena para intentar meterse a su hogar de alguna forma.

Necesitaba más de él.

Sabía que lo hacía estaba mal, pero siempre que se preguntaba «¿Por qué hago esto?» la respuesta llegaba sola: «Por amor...»

Todo empezó con un intento de violación hacía él cuando estaba realizando su servicio militar obligatorio. Ahí vio por primera vez a aquel hombre de cabello rosa con el que ahora estaba obsesionado. En medio de un entrenamiento de castigo en donde él era el único militar por no haber hecho sus actividades correctamente, todo se volvió desagradable cuando uno de los sargentos empezó a hacer comentarios sobre su físico. Nunca había sido una persona de complexión musculosa o "normal", siempre había sido delgado. Sentía que solo así se veía, de alguna manera, bonito. Pero al escuchar todas y cada una de las palabras que se le decían, se sintió inquieto inevitablemente. De haber sabido que pocos segundos después empezarían a golpearlo sin razón y a intentar quitarle la ropa entre varios de alto mando, se hubiera ido en cuanto antes; incluso hubiera cambiado de pelotón.

Lo tenían en el suelo con el rostro sangrante abierto de piernas y con la ropa a medias. Justo en ese momento una linterna los alumbró y ahí fue cuando lo vio. Su buen físico, su carácter dominante, su excelente rendimiento y buen rostro le hicieron fijarse en él de inmediato. Lo consideraba su salvador.

No volvió a ver a los oficiales después de eso, solo sabía que Akaza había reportado la situación y había intervenido. Pero tampoco volvió a verlo.

"KILLING ME SOFTLY." | ⚠ +18 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora