MARBELLA, EL STARLITE Y NUESTRO AMOR

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—Son muy unidos, sí. Señorita —, llamó Damián, intentando distraer a la fémina pues sabía que su suegra y su ex jefe no tardarían en delatarse. —¿Me puede explicar qué fue lo que ocurrió con el señor Galán y cuáles son los cuidados que debe seguir? Como sabe, Pimpinela tiene ya conciertos pautados y...

Damián se alejó con la enfermera por un largo pasillo dejando a Rocío atrás que miraba con desaprobación aquello. En su pequeño cerebro no terminaba de caber que en esta vida simplemente había amores y amores.

—La tía Viviana debe saber lo que ha pasado. Después de todo ella es la verdadera señora Galán—, murmuró para sí.

Con la firme convicción de que aquello era lo mejor, decidió contactarse con su tía y contarle todo lo ocurrido, quién como es normal se preocupó mucho al saber lo ocurrido. Si bien las cosas entre ella y Joaquín habían cambiado hacía muchísimo tiempo, no por eso lo odiaba, no podía, él era simplemente un ser humano excepcional.

 A sabiendas de que Panchi no podría viajar, ella decidió comentarle a su hijo lo ocurrido asegurándole de que ella personalmente viajaría a Madrid e intentaría ayudar a su padre en lo que pudiera, a pesar de que estaba más que segura de que su cuñada pondría el grito en el cielo al tenerla allí. Pero ella no podría abandonar a su mejor amigo. Era algo que le debía.

Afortunadamente las cosas con Joaquín no fueron tan graves, salió de la clínica con el pie inmovilizado, y con la recomendación de guardar absoluto reposo durante quince días por lo menos, y, si tenía que levantarse que sea apoyándose en una muleta.

Joaquín se montó con Lucía en el carro de Damián, mientras que él se fue con Rocío. El ambiente era tan distinto en cada automotor, el primero iba en silencio, Joaquín iba un poco somnoliento a causa de las medicinas que le habían suministrado, mientras que la rubia iba por demás preocupada.

Por su parte, en el otro vehículo ambos ocupantes iban enzarzados en una disputa sobre lo que era moral y lo que no.

—¡Basta, Ro! Aunque no te guste, debes aceptar que tu mamá y tu tío se aman. Y por mucho que tú te niegues eso no va a cambiar.

—¡Entiende vos, Damián! Eso es asqueroso, inmoral, espantoso.

—A mí el amor, sí y no me mires así porque sabes bien que eso es amor, no me parece asqueroso. Asqueroso es el hombre que, creyéndose poderoso besa sin su consentimiento a una mujer y de paso se escuda en su posición para no rendir cuentas ante la justicia. Asqueroso me parece el tipo que abusa sexualmente de un niño y que solo porque lleva puesta una sotana no es llevado preso. Asqueroso me parece que una madre prostituya a su hija solo para conseguir droga. Eso me parece realmente asqueroso, Rocío. Y tú mejor que nadie sabe que no miento, cosas peores has visto pasar en el Hogar.

—Llamé a la tía Viviana—, soltó luego de unos minutos de incómodo mutismo. —Va a venir a Madrid.

—¿Qué hiciste, qué?

—Eso, lo que escuchaste.

—Me das pena, si sigues así lo único que conseguirás es quedarte sin tu familia, Rocío.

La joven abrió sus ojos claros a todo lo que daba, no esperaba que su pareja le dijera precisamente aquellas cosas.





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PIMPI SHOTSWhere stories live. Discover now