13. Sombras de la noche.

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La oscuridad de la noche envolvía la ciudad, y en su corazón latía una figura enmascarada: Yugen, la luz de la noche. Con sigilo, se movía entre los edificios, sus ojos agudos escaneando las calles en busca de problemas. Habían pasado varios días desde la última vez que había cruzado caminos con Hawks, y aunque sus encuentros eran siempre un desafío emocional, no pudo evitar sentir una extraña mezcla de ansiedad y anticipación por su ausencia.

Mientras patrullaba en las alturas, un vago sentimiento la acosaba. Una sensación de estar siendo observada, de que no estaba sola en su tarea nocturna. Era algo que había sentido antes, una especie de intuición que se había vuelto una compañía silenciosa en sus vigilancias.

De repente, un ruido en el callejón cercano la alertó. Con un movimiento fluido, Yugen descendió silenciosamente al suelo, preparada para enfrentar cualquier amenaza que pudiera surgir. Sin embargo, en lugar de un villano, encontró a un grupo de gatos callejeros que jugaban en la penumbra.

Un suspiro escapó de sus labios ocultos tras la máscara. Se permitió una pequeña sonrisa al ver a los gatos. Eran una constante en su vida nocturna, seres que también habitaban las sombras de la ciudad y, de alguna manera, le brindaban cierta tranquilidad en medio de su doble vida.

Mientras continuaba su patrullaje, el sentimiento de ser observada persistía. Giró la cabeza, su mirada penetrante explorando los alrededores. No había nada fuera de lo común a la vista, pero la sensación permanecía, un eco inquietante en su mente.

—No hay tiempo para paranoias, Yugen.— se reprendió a sí misma en voz baja. Sin embargo, no pudo evitar la inquietud que persistía en su interior.

Mientras recorría las calles, los recuerdos de sus conversaciones con Hawks volvieron a su mente. Sus encuentros habían sido tensos, llenos de palabras no dichas y emociones entrelazadas. A pesar de su antagonismo inicial, algo había comenzado a crecer entre ellos, algo que Yugen no podía ignorar.

La ausencia de Hawks en sus últimas patrullas la había dejado con un extraño vacío. No podía evitar pensar en él, en sus conversaciones inesperadamente profundas y en las conexiones entre sus vidas. Se preguntó si su intuición sobre ser observada estaba relacionada con él de alguna manera, pero no pudo evitar sentirse incómoda ante esa posibilidad.

Finalmente, cuando la noche llegó a su punto álgido y la ciudad comenzó a dormir, Yugen se retiró a su escondite secreto. Se sentó en la azotea, su mirada fija en el horizonte. Las luces de la ciudad destellaban en la distancia, un recordatorio constante de su papel como Yugen, la luz que desafiaba las sombras.

La ansiedad por la ausencia de Hawks persistía en su mente, pero también estaba la incertidumbre sobre la sensación de ser observada. No estaba segura de qué hacer con todas estas emociones y preocupaciones entrelazadas. Mientras la brisa nocturna jugaba con su cabello, Yugen sabía que debía mantenerse alerta, en constante vigilancia, tanto de los peligros que acechaban en las calles como de las sombras internas que la rodeaban.

A lo lejos, una figura se recortó en el horizonte, acercándose con una velocidad impresionante. Los sentidos de Yugen se agudizaron mientras identificaba a la persona que se acercaba: era Hawks, el héroe con plumas. Su presencia inesperada hizo que su corazón latiera con fuerza, y una mezcla de emociones la invadió.

Hawks aterrizó con gracia junto a Yugen, sus alas desplegándose antes de plegarse a su espalda. Sus ojos se encontraron en un instante, y aunque no podía ver su expresión bajo su máscara, pudo sentir la intensidad del momento.

—¿Qué te trae por aquí, Hawks?— preguntó Yugen, tratando de mantener su voz tranquila. Hawks se encogió de hombros con una sonrisa enigmática.

Yūgen. (Hawks Y Tú)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt