Dos❁

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Nick.

A la mañana siguiente, despertó con dolor de cabeza. No le apetecía salir, pero tenía que hacerlo por Taylor.

La primera vez que lo vio, algo se instaló en su corazón, era algo grave. Se le hizo un nudo en la garganta y un tirón pesado le agito el pecho.

Habían interactuado muy poco en el pasado, pero no fue hasta el rodaje que realmente lo conoció; era carismático, divertido e increíblemente atractivo. Tenía unas cejas perfectas y unas pestañas maravillosas, enmarcando unos ojos de un café intenso. Su rostro era marcado, con una barbilla algo picuda y una nariz perfecta, su piel morena lo incitaba a tocarlo, aparte, era alto y algo desalineado, maldición, no podía describir con detenimiento lo hermoso que era.

Hacía mucho tiempo que no se fijaba en alguien. Demasiado, tanto que no recuerda la última vez, también tenía mucho que no sentía su cuerpo físico, estremecerse y estar en su compañía era como si una descarga eléctrica entrara en él.

Durante muchos días estuvo replanteándose el hecho de que sus sentimientos fueran parte del personaje (y quizá era así) así que aparto ese pensamiento lejos de su cabeza.

El teléfono sonó pocos minutos, tardo poco en contestarlo.

—Nick, es Taylor.

—Lo sé, aparece tu nombre en la pantalla. —una sonrisa se asomó en su rostro. Cubrió su rostro con una almohada. —¿No pudiste dejar la reunión para luego?

—Era una superfiesta.

—¿Era?

—Sí.

—¿La cancelaste?

Lo escucho moverse, no, definitivamente estaba moviendo hojas, luego respiro y suspiro.

—Me dijiste que no te apetecían unas copas, creo que estoy preparando un café.

—No he dicho que iría.

—Pero lo harás. —Colgó la llamada.

No lograba encontrar algo cómodo para ponerse, así que se decidió por un jean negro y un suéter azul cielo. No podía ir en deportivas. No era como que fuera a una cita, era solo una reunión de lo más normal, ¿no?

Ya lo estaba esperando cuando llego a su departamento. Tenía una playera negra y unos jeanes de mezclilla, su cabello estaba ondulado y le caían unos mechones sobre la frente. Era guapo, sin necesidad de esforzarse.

—Nick, bienvenido. Estás estupendo.

—Estás espléndido, Taylor. —le da un golpecito en el hombro, como si quisiera reconfortarlo. —¿Vas a dejarme pasar o me tendrás aquí esperando?

—Claro.

La sala era mucho más grande que su casa, pero no era lujosa, era sencilla; la decoración sutil, de alguna manera te hacía sentir cálido. Dirige los ojos hacia el techo y no puede evitar sonreír, estaba pintado de color salmón y por alguna extraña razón, lucia luminoso, como si la luz del exterior fuese dorada.

—Es lindo. —hace una mueca, como si le diera el visto bueno y estuviera sorprendió a la vez.

La sonrisa de Taylor hace que respire con tranquilidad, y eso lo hace que sienta que encaja.

—Bien, ¿Quieres ese café? —le pasa la mano sobre los hombros.

—Es a lo que he venido.

—Al menos intenta lucir feliz. —Taylor llevo sus manos a las mejillas de Nick y tiro con suavidad, elevando la comisura de sus labios, le dedico una sonrisa, mostrando sus dientes.

—¿Tienes algún nuevo proyecto? —lo vio negar dos veces. —¿O te dedicarás a hacer lo de los jóvenes?

—No creo saber lo que hacen los jóvenes, ¿te estás burlando de mí?

—Quizá. —se encogió de hombros y se dedicó a mirarlo.

Lucia como el hombre de sus sueños y por primera vez en su vida considero la posibilidad, pero jamás había considerado tener una pareja y con sus trabajos era imposible encontrar una duradera.

—¿Qué harás tú? —Nick se acercó a la barra que estaba al fondo de la gran sala. —Aún falta el estreno y tenemos programadas entrevistas.

Su atención se centró en las manos de Taylor, tomaban con firmeza, pero suavidad, las tazas. Se colocó a un lado de él, siguiendo sus movimientos y buscando ser útil. Un destello caliente recorrió su cuerpo; su mano rozó su piel. Le lanzo una mirada avergonzada.

Estuvieron platicando de diversos temas, en el comedor. El entusiasmo le corría por la sangre, jamás se había sentido tan libre con alguien, y lo que creyó que menciono en silencio, encerrado en alguna parte de su mente, lo pronuncio en voz alta.

—Creo que me gustas.

Los ojos de Nick releyeron la expresión de Taylor durante un segundo, tomo una servilleta y con los dedos temblorosos se limpió la comisura de los labios. Movió su rostro de arriba abajo, nervioso y se mordió el labio inferior.

—No es necesario responder. —le dio el último sorbo a su café, demasiado impaciente, se levantó y comenzó a deambular entre la sala, buscando si había algo de él, aunque sabía perfectamente que llego sin nada. —Bien, me voy.

—Espera. —Taylor se puso de pie. —Me sorprendí un poco, porque yo quería decirte lo mismo.

—Hay un pero...

—¿Lo hay?

—Dije creo.

—Lo escuché, sí. —antes de darse cuenta, estaban de frente a una distancia prudente. —Pero supongo que sé sobre qué va.

—Creo que no es real.

—Entonces, dime algo que creas que sí lo es.

—Te quiero dentro de mi vida. —sonrió con aire dramático. —Lo diré mejor. Te quiero en mi vida.









Hola, escribí esto con Still de Niall Horan de fondo, denme Terapia👍.

AAAAAA ESTOY BIEN EMOCIONADA.

Si ven algún error, una disculpa, lo editaré luego.

Besitos.🌻

🌻

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Un Amor de Película | Pausada |Where stories live. Discover now