† ❝ DEMONIO GUARDIÁN ❞ ||FNF|RUVYNIA †

[0 0 0] PRÓLOGO.

Teniendo el botiquín en manos, volvió a la habitación donde la chica seguía descansando. Empezó por lo básico, limpiar las heridas superficiales para luego ponerles una bandita, siendo que estas eran las de la cara. Ahora seguían las del abdomen.

Con esfuerzo para evitar despertarla, le quitó el traje que traía puesto, el cual ya estaba en un estado demasiado deteriorado por el daño recibido.

Con el traje fuera, la monja procedió a limpiar las heridas que la chica tenía en el abdomen y estómago, junto a las que tenía en los costados, las cuales apenas había notado.

Todo iba bien, hasta que de repente, la chica despertó de su estado de inconsciencia, sentándose en la cama de putazo y apartando la mano de la monja, asustándola. Estaba a nada de golpearla como una reacción instintiva debido al pánico, y era entendible, siendo que estaba semidesnuda con solo su ropa interior puesta, y siendo tratada por una desconocida. La monja al notar esto decidió actuar para calmarla.

—Hey, ¡Espera! No debes moverte, todavía no termino de curarte, y puedes lastimarte aún más de lo que ya estás.

La chica se quedó inmóvil, escuchando lo que la monja tenía que decir, manteniendo su puño en el aire por si acaso.

Una vez procesó la situación en la que estaba, bajó su puño y suspiró para volver a recostarse en la almohada, mirando hacia sus heridas.

— ...

No dijo nada, pero su silencio era una clara muestra de aprobación a la curación que la monja le estaba dando.

Ésta al notarlo, volvió a desinfectar las heridas, y al terminar, las vendó para evitar que se infectaran por mantenerse expuestas.

—Si puedo preguntar... ¿Cómo terminaste en este estado?—Su mirada dejó las vendas, para dirigirse a los ojos de la chica.

— ...

Silencio, otra vez, al parecer no era alguien de muchas palabras.

—Oh... Perdón si incomodé con la pregunta, no era mi intención—Dijo, bajando la mirada y apartando sus manos del cuerpo de la chica.

Después de unos minutos de incómodo silencio, ella habló.

—... No, para nada, simplemente no quiero hablar de ello.

La monja la miró sorprendida. A su parecer, tenía una linda voz, a pesar de que esta tuviese un tono neutral y vacío de emociones. Debe ser por el cansancio.

—Entiendo... En ese caso, te dejaré para que descanses, de seguro tuviste un día muy duro—Una sonrisa le siguió a sus palabras.

Al levantarse de la silla que estaba seguida a la cama, caminó hacia la puerta para dejar la habitación, no sin antes voltear para decir algo más.

—Olvidé presentarme. Mi nombre es Sarvente, un gusto. Cualquier cosa que necesites, puedes llamarme, estaré cerca.

Se volteó una vez más, para salir de la habitación y cerrar la puerta detrás de sí, aliviada de haber podido tratar a la desconocida. Podría jurar haber escuchado un "Спасибо" bajo por parte de la chica, ¿Ruso? Interesante.

[...]

Esperó hasta que los pasos de la monja no se escucharan más, y luego de confirmar que ya no se encontraba cerca, se levantó de la cama con algo de esfuerzo.

—Mierda...

Murmuró, adolorida. Aún así, debía salir de ahí, tenía un mal presentimiento si es que se quedaba de más en aquel lugar desconocido.

Buscó por toda la habitación, viendo lo que había en esta: la cama, una silla, una mesita de noche, un armario, una puerta que seguramente guiaba al baño de la habitación... Ajá, una ventana.

Se acercó para poder abrirla, su estado actual de semidesnudez no era algo que le importara. Era de noche, de todas formas.

La ventana solo abría hasta la mitad, dando a entender que estaba algo oxidada, y el pequeño espacio que había al abrirla no le permitirá pasar fácilmente.

—Maldición...

Si supiera que estaba en un lugar sagrado, la casa de Dios, con exactitud, tal vez no estaría maldiciendo.

Se alejó de la ventana y tomó aire para suspirar, pensando en qué hacer, y rápido.

Analizando sus opciones, optó por una no tan convincente, pero funcional.

Un brillo rosa apareció, cubriendo su cuerpo de pies a cabeza, y al desaparecer, la chica no se veía alrededor. En su lugar, había un pequeño minino del mismo azul oscuro del cabello de la femenina, y partes de su pelaje eran blancas, pero mantenía las vendas que la monja le puso en su forma humana.

El gato, o gata, saltó hacia la ventana, viendo que tan lejos estaba del suelo.

Estando a nada de saltar para irse de ese lugar, se detuvo al ver una figura en la lejanía, una figura alta, y un poco robusta.

Un escalofrío recorrió su espina dorsal al ver que dicha figura caminaba en dirección a la edificación, y al parecer, ésta había notado la presencia de la minina. Genial.

Saltó al piso del cuarto, y aquel brillo rosa apareció una vez más, dejando ver a la chica en su aspecto humano otra vez, quien ahora cubría su rostro con sus manos en frustración.

—Solo a mí me pasa esto.

Se dijo en voz baja, suspirando con pesadez mientras se sobaba la sien y caminaba devuelta a la cama.

—... Tal vez no sea tan malo quedarme hasta la mañana...

Con eso, se acostó en la cama y usó una cobija que la monja le había dejado para cubrirse, seguía estando solo en sostén y calzones después de todo, y el frío estaba potente.

Más tarde se preocupará por su alrededor, por ahora, el sueño la llamaba, y ella no podía negarse.

[...]

La figura llegó a las puertas de la iglesia, notando que estaban mínimamente abiertas, mal cerradas.

Al entrar, cerró las puertas con fuerza y enojo, caminando directamente hacia la parte baja de la iglesia. Pudo ver una figura de un gato en una de las ventanas antes de llegar al lugar, e iba a pedir explicaciones a la monja con la que vivía en aquella iglesia.

...

Hola, hola, si, volví, ¿Qué cuentan? Ajaja.

Lamento estar retomando esta historia apenas, sinceramente no tenía planeado hacerlo en un principio debido a que no he escrito NADA relacionado a fics en los dos años que dejé esto en hiatus, pero viéndola en mis borradores, quise volver a tomarle el pedo.

En fin, no quiero alargar esto, solo espero que este pequeño fanfic vuelva a tener aquel recibimiento de hace unos años :3 no prometo actualizaciones constantes, pero prometo que esta vez SI le seguiré a esta madre ajaja.

Eso es todo, lxs amo, besos en la cola.