[0 0 0] PRÓLOGO.

18 1 1
                                    

Tercer P.O.V.

Otro día más en esa ciudad, una de las más grandes y concurridas en todo el país.

Las personas habían salido de sus residencias para dirigirse a llevar a cabo sus labores diarios, algunos con éxito, otros... No tanto.

Esto nos lleva a ver a una linda monja, quien vestía un traje rosa oscuro, con dos cruces en su velo teniéndolas lado a lado, como si fuesen moños. Su rostro estaba divido en tres colores de forma vertical, el primero siendo rosa yendo al morado, el del medio siendo un rosa pálido, y el tercero siendo un rosa rojizo.

Como todos los días, habría salido de su iglesia para buscar personas que estuviesen interesadas en ayudar a la construcción de su iglesia, o a unirse a su religión.

La mayoría de respuestas que obtuvo fueron negativas, pocos fueron los que tomaron sus volantes o decían que lo pensarían.

Para ella, era un avance, y eso la hacía feliz.

El trayecto a su casa era largo, siendo que vivía casi a las afueras de la ciudad, cerca al bosque fuera de la misma. Si, muy lejos.

Quería llegar a su amada iglesia para poder descansar, fue un día exhaustivo, pero fructífero.

En su camino de regreso, paró su caminata un momento al escuchar quejidos de dolor muy, muy bajos. Tal vez no los habría escuchado si el lugar no estuviese tan tranquilo.

No sabía de qué se trataba, pero su sentido de ayudar era más fuerte, así que al final fue a ver qué o quién era.

Detrás de los arbustos de donde escuchó los quejidos provenir, pudo ver en el piso y recostada contra un árbol a una chica de aspecto joven y piel pálida con cabello largo y de color azul oscuro, la cual vestía un traje algo fuera de lugar de lo que la mayoría de civiles usaban en esa ciudad.

Su ropa no era lo importante. Su expresión rápidamente cambió a una de preocupación al ver que la chica presentaba heridas severas en su estómago y abdomen, junto a algunos leves rasguños en el rostro.

A paso apresurado, la monja se dirigió a la femenina, quien parecía estar inconsciente – pudo confirmar esto al examinarla de cerca. Tiesa como un pan de 3 días en la nevera, y eso era aún más preocupante.

"Pobre chica, ¿Qué le habrá pasado?"

Se preguntó la monja mientras se agachaba para cargar a la chica en sus brazos. Extrañamente, era muy liviana, pero era a la vez algo bueno para su situación.

Sin pensarlo dos veces, volvió a caminar de vuelta a su hogar, ahora con más prisa, debía tratar sus heridas pronto antes de que se infecten.

Esto podría traerle problemas luego, pero, se preocuparía de eso más tarde.

[...]

Una vez en la iglesia y luego de haber cerrado las puertas, rápidamente se dirigió a las escaleras que daban a la parte baja del lugar, para de ahí caminar por los pasillos hacia donde se encontraban ubicadas las habitaciones, siendo su destino exacto una de las habitaciones de huéspedes.

Al llegar a dicha habitación, abrió la puerta con cuidado, para prender la luz y acto seguido dejar a la femenina en la cama del cuarto, manchando las sábanas con sangre, siendo que esta seguía algo fresca. Lavaría las sábanas luego, había cosas más importantes actualmente.

Salió de la habitación para dirigirse a enfermería y buscar un botiquín. Para su suerte, la chica seguía inconsciente, pero esto a la vez le traía preocupación, ¿Cuánta sangre habrá perdido antes de que la encontrara?

Ai ajuns la finalul capitolelor publicate.

⏰ Ultima actualizare: Aug 26, 2023 ⏰

Adaugă această povestire la Biblioteca ta pentru a primi notificări despre capitolele noi!

† ❝ DEMONIO GUARDIÁN ❞ ||FNF|RUVYNIA †Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum