7. Pensamientos intrusivos y reencuentros

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Ace llegó a tierra. Lo primero que hizo, después de bajar del striker, fue caer de rodillas en la playa.

Le dolía la espalda, también la cabeza. Se preguntaba que estaría pasando en el moby, mientras con sus manos agarraba la arena del lugar, como si en cualquier momento fuese a desaparecer.

Estaba cansado, no solo por las pocas horas dormidas, si no también por las esposas que lo debilitaban.

Nunca había estado tanto tiempo con ellas puestas. Su cuerpo se sentía pesado, y sin saber por qué, solo pensaba en negativo. Podría ser un efecto secundario por llevar tanto tiempo con piedra marina.

Había estado fatal, había quedado como un traidor. Y todo era su culpa. Si hubiese salido de la ducha antes, podría haber salvado a Thatch.

Ahora, no sabía ni si sobrevivía. Y aún por encima, teach andaba suelto, porque él solo sabía defenderse con puños. ¿Para qué servía?

Luffy transmitía confianza, y aunque era muy infantil e ingenuo, nadie habría dudado de su palabra.

Sabo, se defendería con palabras, y lograría alguna manera de aguantar con el problema hasta que todo se solucionase.

Y él, él no había aguantado ni dos días, el agresor de su querido hermano seguramente andaba a sus anchas ahora mismo por el barco, si es que no había huido, y él no había podido hacer nada. Nada de nada.

Se volvió a preguntar lo de siempre.

¿Debería haber nacido? Luffy siempre decía que lo amaba, pero era diferente, Luffy es un niño pequeño, siempre lo será.

Sabo lo miraba con pena pero con seguridad, y le decía que no volviese a preguntarse eso. Que claramente merecía vivir.

Aunque actualmente su alrededor no lo demostraba.

Daba igual. ¿Que haría ahora? Comer, necesitaba comer. La isla tenía un bosque. Le traía recuerdos de su infancia. De cuando a Luffy se lo comían caimanes, o luchaba contra osos. O cuando Sabo y él trabajaban como carteristas, para reunir dinero suficiente para comprar un barco pirata.

¿Qué pensaría Sabo de él ahora, si estuviese vivo? ¿Estaría orgulloso?

Agh, estúpidos pensamientos intrusivos.

Ace se aseguró de dejar su striker en un lugar seguro, y se adentró en el bosque.

Apenas había entrado cuando un charco lo saco de sus pensamientos. Estuvo a punto de caer, y eso hizo que abriese bien los ojos, y mirara a su alrededor.

Mirase a donde mirase, había lagos, con agua cristalina, y pequeños riachuelos uniéndolos entre ellos.

Se decepcionó un poco al no ver ningún pez o caimán para pescar o cazar.

Al fondo, había una montaña, no muy grande, rodeada de árboles, y en la cima, una gran roca.
Las vistas desde allí, debían ser buenas.

Su estómago rugió, alejándolo de sus pensamientos. Ace conectó de nuevo con la realidad, y se dispuso a beber un poco del lago más cercano, saciando su sed.
Después de esto, miró hacia la montaña, allí seguramente habría animales para cazar.

Seguía sin poder utilizar su fruta del diablo por culpa de las esposas, eso ya lo arreglaría más tarde.

Se levantó, preparado para su "nueva aventura" como solía decir Luffy, y caminó hacia los árboles, cuando comenzó a sentirse mareado.
En unos segundos, su vista se nubló, y todo se volvió negro, haciendo caer a Ace.

Traidor de la segunda división /One pieceUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum