"TE PROMETO." | Omegaverse.

[01]

Pido una disculpa por tardarme tanto en sacar el primer capítulo de esta obra, la he retrasado muchísimo y me siento meramente hipócrita por haber prometido algo a lo que no le he dado seguimiento.

La actualizaré de manera constante desde ahora, al menos hasta donde mi tiempo me lo permita.

— × —

Había pasado aproximadamente un mes desde aquella visita. Un mes en donde Kyojuro seguía sintiendo que su vida se iba en su respiración cada que le veía en forma de una silueta borrosa o soñaba con él. Aquel aroma a humo y a muerte no se desprendía de su memoria olfativa y aquellos ojos ámbar luminosos le hacían flaquear entre la inseguridad de no ser lo suficientemente fuerte para enfrentar a dicha criatura.

Solo había pensado en una sola cosa en todo ese mes, y era, por supuesto, en él.

No salía de su cabeza en ningún momento, el odio que sentía hacia él mezclado con la asquerosa sensación de impotencia le hacía incluso no poder dormir correctamente. 

Desvío su mirada al suelo rocoso, el cuál estaba húmedo por las lluvias que estaban ocurriendo en esta semana, después empezó a caminar mientras consideraba que ya había pensando lo suficiente en él de nuevo; y mientras sus pasos se apresuraban, el Sol empezaba a caer. Ese día había finalizado una de sus tantas misiones, y después de una semana sin estar presente en su casa ahora estaba regresando a ella. Sus manos picaban por abrazar a su hermano y saludar a su padre. Eran todo para él.

Mientras avanzaba entre el enorme bosque estaba de nuevo alerta. Se sentía enormemente cansado y por lo tanto sabía que sería un blanco relativamente fácil a comparación de sus compañeros. Sabía que debía descansar al menos unos minutos para poder estar totalmente consciente sin bostezar. 

Talló sus ojos y después masajeo su cien; llevaba al menos tres horas caminando y estaba seguro que le faltaba al menos una más, puesto que los árboles aún eran verdes en lugar de rosas y tampoco se veía indicios de ellos. Entonces, cuando sintió que sus ojos se nublaban por el cansancio, supo que debía descansar para evitar desmayarse en pleno bosque. Miró al cielo. Si no se equivocaba, podría descansar quizá una media hora hasta que el Sol se ocultara por completo y diera pasos a los demonios que vivían en la oscuridad. 

Miró a los lados en busca de algún indicio de vida ajena a él. Escuchó uno que otro animal pisar las hojas muertas y secas del suelo, el sonido de la brisa golpear con fuerza las ramas de los árboles para tirar las partes inservibles de estos, y, finalmente, su respiración.

Su respiración era tranquila y serena. Así se sentía, o al menos eso demostraba. Por dentro realmente tenía un cansancio extremo que estaba seguro que nunca había sentido, la noche pasada no había dormido absolutamente nada por patrullar en el pueblo que le tocó vigilar, y la anterior a esa durmió apenas cuatro horas o incluso menos. No estaba seguro. Un fino velo de sudor estaba sobre su nuca el cuál se limpio con el borde su capa. Quería llegar a casa pronto, darse un baño lo más caliente que pudiera y si era posible, quedarse a dormir en la misma tina. Se sentía sucio, y sumando eso más el cansancio, le hacía sentir miserable. 

No tardó mucho para que finalmente se dicidiera que definitivamente debía dormir. Pensó en caminar unos metros más creyendo en que quizá habría un pueblo cerca, pero reconocía el camino y sabía que no habría nada. Entonces soltó un bostezo mientras estiraba sus brazos y veía el suelo lleno de hojas. Si juntaba algunas podía hacer que el suelo rocoso se sintiera acolchonado y menos incómodo, pero descartó la idea de inmediato al observar con detenimiento la tierra, dándose cuenta que estaba húmeda. Sentarse ahí no solo implicaría ensuciar todo su uniforme, sino también mojarse la parte inferior de su ropa. No tendría problema, no le molestaba para nada la suciedad, en sus misiones siempre terminaba sucio y sudado, incluso con su uniforme manchado de sangre; pero lo único que deseaba ahora era descansar sin ningún tipo de preocupación.