Hermanos Vampiro / Murdo x Lector Masculino.

Noruega

Rǎzvan Velkaa Tepes

(imaginen la ropa de Murdo en Răz, es muy similar jaja)

the window.

A través de la ventana, la habitación se llenaba de humo de un cigarrillo. El amplio salón de clases estaba lleno de adolescentes de 17 años. Algunos flotaban mientras otros simplemente se sentaban. Rǎzvan estaba sentado en una de las mesas, fumando y moviendo las piernas al ritmo de la música. El timbre sonó y algunos chicos saltaron de la cadena en la que se balanceaban cabeza abajo; la profesora no estaba, se había ido.

Algunos chicos y chicas se acercaron a Rǎzvan, él chocó los puños con un chico rubio y pálido llamado Drakh. Un delineador negro y sombra roja resaltaban en su rostro, como en todos en la habitación.

Drakh: "¿Cuándo te vas a ir, podemos escoltarte, Su Majestad..." dijo burlón. Rǎzvan se levantó y tocó su hombro, apagando el cigarrillo en la chaqueta de cuero del chico.

Rǎzvan: "Bueno, estaría más que agradecido, amigos..." Todos rieron y volaron hasta el tejado del oscuro castillo, bajo la luna de la noche. "Oh, esperen, tengo que llamar a mi madre para avisarle". Su teléfono rojo salió rápidamente de su bolsillo, marcó el número de su madre y una voz cansada respondió. "Mami... voy a llegar a casa en una hora". Una voz se oyó y colgó, cerrando el teléfono. "Ahora sí, chicos, vamos..."

Todos partieron, volando. Eran tres chicos y dos chicas. Una llevaba un vestido negro con un corset rojo y botas negras llamativas. Otra llevaba una chaqueta de cuero y botas militares. Todos vestían muy... negro y rojo.

Reían y se empujaban amistosamente mientras planeaban en el oscuro cielo azul.

Mientras planeaban en el oscuro cielo azul, Rǎzvan y sus amigos vampiros comenzaron a hablar sobre lo que harían durante las vacaciones en las que no se verían.

Rǎzvan: "Chicos, las vacaciones están a punto de empezar y no puedo evitar sentir un poco de melancolía por no vernos durante todo ese tiempo."

Drakh: "Lo entiendo, hermano. Pero seguro encontraremos alguna manera de mantenernos en contacto, aunque sea a través de mensajes o llamadas nocturnas."

Elexa, una de las chicas, agregó: "Además, sabemos que tampoco podremos estar mucho tiempo bajo la luz del sol, así que tenemos que aprovechar las noches para disfrutar al máximo."

Marius, otro vampiro, asintió y dijo: "Tenemos tantas opciones para aprovechar nuestras noches. Podemos explorar nuevos lugares, asistir a fiestas clandestinas o incluso buscar algún entretenimiento aterrador en los bosques cercanos."

Rǎzvan sonrió y añadió: "Tienen razón. No importa cuánto tiempo estemos separados, siempre nos encontraremos en la oscuridad. Además, podemos aprovechar estas vacaciones para mejorar nuestras habilidades vampíricas y fortalecernos."

Mirela, la última integrante del grupo, sugirió: "También podríamos usar este tiempo para aprender cosas nuevas, como idiomas antiguos o técnicas de combate. Siempre es útil ampliar nuestros conocimientos." Marius asintio.

A medida que continuaban planeando, los vampiros se llenaban de entusiasmo y anticipación por las vacaciones que se avecinaban. Aunque no estarían juntos físicamente, sabían que siempre tendrían un vínculo especial y que la oscuridad sería su refugio.

Con cada vuelo en el cielo nocturno, fortalecían su amistad y su unión como vampiros. Sabían que al final de las vacaciones, se reunirían nuevamente, listos para enfrentar cualquier desafío que se presentara.

Mientras las estrellas brillaban en el cielo, los vampiros reían y volaban en perfecta armonía, ya ansiosos por las aventuras que les esperaban en sus vacaciones separados. El futuro se veía emocionante y lleno de misterio para Rǎzvan y sus amigos vampiros. l