4.

57 11 1
                                    

Él tenía que estar bromeando... sí sí sí, no puede ser cierto. Debe ser para asustarme como siempre con sus bromas. Miro hacia arriba, para ver su rostro (él es como un poste de luz. Se merece más el nombre de Leviathan que yo). Siento como me observa fijamente, con aquellos misteriosos ojos cubiertos y su sonrisa amplia. Sin embargo una palabra no sale de su boca

─¿E-es una broma verdad? ─pregunto con un temblor en mis manos y piernas. Aún no me recupero de lo que le dije antes y la humillación que sufrí, razón por la cual aún sigo nerviosa

─No no, todo lo que te he dicho es en serio ─expresa con normalidad cruzándose de brazos. ¿Acaso yo soy la única que cree que es raro esto? ¡Dios, una maldición va a vivir contigo! 

─¿¡Eh!? ¡No no no, pero no puede ser! ─niego con mi cabeza a la misma vez que hablo. El hechicero ladea su cabeza y pregunta el por qué, a lo que un ligero escalofrío recorre mi cuerpo ─¿E-el por qué... ? ─le observo con mi ceño ligeramente fruncido, este ni siquiera se inmuta y continúa con la misma expresión ─¿A tí no te resulta incómodo vivir con alguien que no conoces? ¡Además de que soy una maldición!

Vuelve a sonreír, soltando una pequeña risa ─Si es por mí no te preocupes, ¡me puedes ver como tu padre! ¡o como tu hermano mayor! ─volvió a bromear, esta vez haciendo gestos más expresivos. No sé qué me esperaba de este tipo... recuerdo cuando le tenía miedo al verlo por primera vez, parecía alguien serio y que sabe lo que hace. Pero ahora mismo creo que es peor que incluso bromistas del primer año en la secundaria en que estaba Yuji...

Suspiro observando al suelo ─De todas formas no me queda otra opción... ─vuelvo a levantar mi vista, este me observa con curiosidad ─¿A dónde íbamos?

─Vamos a llevarte a tu casa para que recojas tus cosas ─se da la vuelta y comienza a caminar. Yo manteniendo la distancia lo sigo ─Luego de esto iremos al lugar donde vivirás ahora para que te acomodes. ¿Sabes que para mí tampoco ha sido fácil mudarme? ¡Con lo que me gustaba el lugar donde estaba yo! ¡Tenía unas hermosas vistas! ─reprocha pero aún con ese tono dulce de voz, que es como si hubiera comido veinte fresas

Me mantengo en silencio, realmente no quería hablarle pero ¿no estaré siendo maleducada? Estoy dejando hablar a alguien como si fuera un loco que conversa con la pared. La culpa me abruma, así que tenía que decir algo ─Sí, debió ser duro ─mi tono de indiferencia no ayudó. Mizuki eres tonta

─Jeje, relájate ahora que pronto llegarán tiempos oscuros ─dijo manteniendo su tono dulce, lo cual me asustó más

─¿Tiempos oscuros? ─pregunto con seriedad

─Sí... ─se voltea a mí y levanta su dedo índice ─¡Decidir quien cocinará, fregará, limpiar la casa, cosas como esas!

Sabía que no podía confiar en un bromista como este. Mi expresión cambia al momento ─A mí realmente no me interesan esas cosas. Por favor, sigamos nuestro camino y luego continuamos con las bromas

Digo dando unos pasos, cuando ya estoy a un metro de él me detengo al caer en cuenta que no avanza. Observo su rostro, el cual me observa con una sonrisa ─¿Sabes que bromeo todo el tiempo verdad? ─alzo una ceja, no entiendo el repentino cambio en sus palabras ─Puede que porque seas una maldición no las entiendas, pero básicamente no te lo tomes todo en serio. Así que acaba de alegrar esa cara

Desvío mi mirada hacia el suelo, frunciendo mi ceño ─Luego ─contesto observándole para que continuemos nuestro camino. Él no dice nada más

Cuando salimos de aquel pasillo logro ver una parte de la escuela, y me doy cuenta del lugar tan grande que era. Es quizás cuatro veces mayor que la de Yuji, y también tiene una estética japonesa muy bonita. Por suerte no nos encontramos con nadie en los pasillos, ya me sería bastante incómodo. Hasta que al fin nos dirigimos a la calle, donde nos espera un auto negro y fuera de este un hombre algo delgado

Monster ─Gojo SatoruWhere stories live. Discover now