iv. commander of blood

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—¿A qué has venido, Lexa?

—Tenemos asuntos de los que hablar— explicó la triku.

—No hay nada de que hablar.— aseguró Blair.

—Sí que lo hay— la cortó Lexa, comenzando a caminar alrededor de la habitación— Se celebra una cumbre con skaikru al anochecer. Volverás con tu pueblo.

—¿Me capturas para luego liberarme? Que ridículez— esperó con mala gana la skaikru.

—Te capturé para salvarte— se justificó de mala forma la comandante. Blair puso los ojos en blanco, claramente molesta antes de darle la espalda a heda y caminar en dirección contraria a ésta— Entiendo lo enfadada que estás, Blair. Pero te conozco aunque sea un poco. Y sé que crees que eres una asesina, un monstruo. Y prefieres odiarme a mí antes que a ti.

—Hago ambas cosas— contestó con una sonrisa irónica mientras se encogía de hombros.

—Se acabó. Quiero que sepas que no te dejaré ir sin más. Ni a ti ni a Clarke— aseguró, acercándose a la chica con pasos lentos— Quiero que vuestra gente se convierta en la mía. Skaikru podrá unirse a la coalición como decimotercer clan. Nadie se alzará contra vosotros porque será alzarse contra mí.

—¿Tan desesperada estás?— vaciló— Piérdete, Lexa. Abandoné el campamento y si saben quien soy ahora, me consideraran una terrestre.

—Bellamy jamás lo haría.

—Cállate.

—Únete a mí, jusheda— dijo con los ojos clavados en los verdosos de Blair— Arrodíllate ante mí y tu gente estará a salvo.

—Yo no me arrodillo ante nadie, Lexa— escupió con desdén la skaikru.

—Está bien, lo entiendo— contestó— Entonces lo hará Clarke.

—Pues ya te puedes marchar— respondió ante sus palabras la arquera, caminando hacia el baño de su habitación con intenciones de que Lexa se marchase.

Y eso hizo la comandante.

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¡CLARKE!— EXCLAMÓ BLAIR CORRIENDO a los brazos de su amiga, la cual también la recibió con la misma alegría de verla— ¿Cómo estás?

Después de que Griffin insistiese (o amenazase) a varios guardias para que ambas pudiesen reunirse. Lo que las dos skaikru no sabían, era que los guardias no las habían juntado por las amenazas de la rubia, sino por el príncipe Roan, el cual tenía un plan y las necesitaba a ambas para ejecutarlo.

—Lexa quiere que me arrodille ante ella.

—Yo ya me he negado— confesó la arquera con media sonrisa que se le contagió a Clarke en pocos segundos— No dejes que Lexa te use de nuevo, ¿vale?

—Vale, gracias— respondió Clarke, volviendo a abrir la boca para hablar pero siendo interrumpida por Roan, que subía de unas escaleras. La rubia se giró a él con una sonrisa irónica— Vaya, el príncipe Roan de Azgeda.

—No os equivoquéis, skaikrus— habló nada más terminar de subir las largas escaleras— Aquí soy un prisionero como vosotras.

—Estamos presas por tu culpa, idiota— contestó Clarke poniendo los ojos en blanco.

—Tranquilas, chicas. He venido a ayudaros— Blair sonrió sarcásticamente antes de negar varias veces con la cabeza— La comandante prometió perdonar mi expulsión si te entregaba. Ha roto nuestro acuerdo. Estoy dispuesto a llegar a uno con vosotras para que podamos volver a casa.

𝐄𝐗𝐈𝐋𝐄, 𝐛𝐞𝐥𝐥𝐚𝐦𝐲 𝐛𝐥𝐚𝐤𝐞 ³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora