iii. commander of death

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—¿Qué tengo que hacer cuando me vaya de aquí?— preguntó antes de abandonar la habitación.

—Deberías volver al Arca o al menos hacer un mínimo esfuerzo por sobrevivir.— explicó— He visto a tu mejor versión en el Monte Weather, Blair. Eowyn te ha debilitado, y ahora mismo no puedes permitirlo.

—Lo sé— antes de abrir la puerta, volvió a mirar a Indra con los ojos entrecerrados— ¿Algo más que debería saber?

Indra asintió— Clarke es wanheda y la están buscando también. Encuéntrala.

Mierda.

UNA DE LAS COSAS que Blair más amaba desde que vivía en Eowyn, era poder montar en su propio caballo, el cual aún no tenía nombre, pero no la importaba mucho. Había leído un par de libros sobre los animales de la Tierra en el Arca, y sin duda, los caballos eran le parecieron los más interesantes.

Cuando Blair puede cabalgar, es como si todo a su alrededor desaparece. El hecho de que su vida corre peligro, que la de Clarke también y todas sus preocupaciones, se esfuman como si nada. El viento acaricia su rostro mientras el animal acelera su paso, llegando cada vez más rápido a su destino.

No tenía ni la menor de las ideas de donde podría encontrarse a Clarke, o a la ahora llamada wanheda. Pero creía saber de alguien que sí. En el sector siete, Blair conoció a Niylah, una terrestre que vivía algo más alejada de las aldeas. A cambio de que Parker le trajese comida para su gente, Niylah la dejaba pasar la noche ahí. Una vez, la terrícola mencionó a Clarke, y fue ahí cuando Blair insistió para que le contase que Clarke también le llevaba sus presas a Niylah. Así que, quizás, Clarke podría estar escondiéndose ahí.

Había pasado un día, más o menos, cabalgando. Las distancias desde Eowyn hasta el sector siete eran muy largas. Ya había incluso anochecido cuando llegó a la casa de Niylah. Se bajó del caballo, dándole una suave caricia al verlo exhausto antes de llevarlo al cubo de agua que había puesto la triku para él.

Tocó la puerta una vez, y después otra. Pero nadie contestó. ¿Lo raro? Que la luz estaba encendida y tras las ventanas se podía ver perfectamente. Blair supuso que Niylah se habría quedado dormida y por eso mismo, abrió la puerta utilizando la fuerza.

Se adentró en la tienda con cuidado de no hacer ruido y examinó su alrededor con la mirada. Divisó algunos libros que llamaron su atención de inmediato y se vio obligada a ir y echarles un vistazo detallado. Agarró uno de ellos y se tomó su tiempo para leer la contraportada. Eso, hasta que escuchó unos pasos detrás de ella. Pensó que sería Niylah, pero cuando escuchó una suave voz llamarla, se giró de golpe.

—¿Blair?

La castaña observó a una Clarke totalmente nueva llamarla con una leve sonrisa. La rubia había pasado a tener la melena de un color bastante rojizo. Ahora, el rostro de Griffin parecía menos preocupado. Su cara tenía algunos rasguños, al igual que la suya. Vestía con un traje digno de un terrestre.

—Clarke.

La castaña se lanzó a los brazos de su amiga en menos de tres segundos con fuerza. Clarke no rechistó y la devolvió el abrazo con la misma intensidad. La rubia enterró su cabeza en el pecho de Blair, disfrutando del calor que desprendía el cuerpo de la arquera. El simple hecho de que Blair estuviese viva y ahí con ella, la hacia sentir segura. Cómo si Azgeda no la buscase. Por lo menos ahora tenía a alguien. Blair sonrió en el hombro de la líder, también aliviada de verla con vida.

—Te ves muy bien.— comentó la rubia al separse ambas. Blair sonrió en dirección a su amiga y se encogió de hombros.

—Se podría decir que estoy bien— respondió de forma alegre- ¿Qué hay de ti? ¿Has estado sola?

𝐄𝐗𝐈𝐋𝐄, 𝐛𝐞𝐥𝐥𝐚𝐦𝐲 𝐛𝐥𝐚𝐤𝐞 ³Donde viven las historias. Descúbrelo ahora