—Porque ninguno de esos dos se cae bien. No me quiero imaginar cómo fue el trayecto desde ese restaurante hasta aquí.

—Nico es el médico forense ¿No? ¿El papasito que vive en el edificio de en frente? —Interrumpe la otra chica. —¿Me lo puedes presentar?

Los dos, Mariana y Tyler sueltan una risa. Él le responde:

—Podría, pero tendrías mucha suerte si logras sacarle más de dos palabras a Nico, en serio.

Entonces mi celular suena provocándome un susto de muerte y se me cae, deja de sonar y es muy probable que hasta ya me quedé sin teléfono. Mierda. Recapitulando, yo estoy del otro lado de la pared, así que recojo el móvil de inmediato y entro a la cocina fingiendo que no estaba escuchando su conversación.

—Buenos días. —Me voy directo al refrigerador sin ver directamente a ninguno de los de los presentes. Ellos contestan lo mismo al unísono y después de sacar una botella de agua, los miro. Por supuesto que ninguno está hablando ya, solo están comiendo cereal en mi comedor. —No voy a estar en todo el día, puedes dejar tu llave en la mesa.

Mariana me dice que sí.

—Ya casi me voy, si quieres puedo darte un aventón a dónde vayas.

—No, pero gracias, mi auto ya está bien.

—¿Lo llevaste al taller?

—Sí.

Y salgo del comedor.

En el camino a mi habitación me cercioro que el teléfono funcione. Necesito tomar una ducha y camino al baño veo las historias de mis contactos y me topo con una de Nico, es una fotografía donde parece estar en el gym, sin camisa y la subió a las cinco de la mañana ¡Las cinco de la mañana, madre mía! No puedo evitar ponerle atención a los tatuajes, el del brazo derecho le cubre desde la muñeca hasta el pecho y el del brazo izquierdo le llega hasta el codo; además, el espejo de atrás refleja el que tiene en la espalda. Le comento la historia:

"Pareces un muro víctima del vandalismo"

Nico tiene cada músculo del cuerpo perfectamente tonificado ¿Cómo no? Si se ejercita hasta los domingos a las 5 de la mañana, por Dios. Cuando me doy cuenta que me he quedado viendo la foto más tiempo del que debería, bloqueo la pantalla y mejor me meto a bañar. Cuando estoy terminando, escucho la notificación en mi teléfono y cuando salgo veo la respuesta de Nico:

"Uno donde nunca va a estar tu nombre".

Para: Nico

"¿Me estás retando?"

De: Nico

"Sí.

Me tumbas en un combate de Muay Thai y me tatúo Nina en la frente".

Yo ni siquiera sé Muay Thai.

Escucho un golpe en la puerta y después la voz de Mariana quién dice que ya casi se va, quiero gritar ¡Por finnn! Pero no lo hago; en su lugar, tomo una calada de aire y abro la puerta con la mejor cara que podría hacer a esta hora, le respondo que le deseo un buen viaje y ella repite:

—Ya sabes, si algún día necesitas ayuda, no dudes en llamarme o a... —A cómo diga Benjamín... —Benjamín. —Ah, por Dios. —¿Habló contigo ayer, no?

—Mariana, de verdad agradezco tu intención, pero ya te lo dije, yo no necesito de ti o de Benjamín. No sé qué es lo que él te ha dicho, pero yo he vivido en este departamento desde mucho antes de que tú llegaras y jamás he necesitado de Benjamín o de alguien más.

Bendito Karma © (En Proceso)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu