Capítulo 3

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Los días transcurrieron desde que Ian empezó a trabajar en la boutique de Clara la cual era bastante conocida y demandada entre los nobles

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Los días transcurrieron desde que Ian empezó a trabajar en la boutique de Clara la cual era bastante conocida y demandada entre los nobles. Comprar en este lugar era símbolo de prestigio por su alta calidad de sus productos. Ian continuaba esforzándose en su trabajo de lidiar con las clientas problemáticas.

—Te dije que estaba aquí—le responde una joven a su amiga mientras ambas se recargaban en el marco de la puerta principal de la boutique.

—Pensaba que su horario de trabajo era otro, tendré que corregir eso—apunta lo que dijo en su libreta de mano.

Ian se encontraba a pocos metros de ellas acomodando algunas prendas que sacó del almacén. Su conversación empezaba a incomodarlo y asustarlo en parte.

—«Pensaba que era confidencial nuestros horarios de trabajo»—sintió un escalofrío recorrer por toda su espalda. A pesar de que esta situación se repetía últimamente aún no se acostumbraba.

Las jóvenes al verlo perdido en sus pensamientos aprovechan para acercarse a él y saludarlo como lo habitual.

—Joven Antonio, ¿podría atendernos?—esa pregunta rompió la burbuja en la que estaba Ian.

—Por supuesto. ¿Ya han elegido algún modelo?—dejó la prenda que tenía en las manos a un lado. Aquel detalle aumentó los nervios de las jóvenes.

—Aún no. Queríamos saber qué nos recomiendas...

—Haré mi mayor esfuerzo por ayudarlas.

Al cabo de unos minutos reúne prendas que acentúan la figura de cada dama. Poco a poco iba llevando las prendas hacia donde se encontraban las jóvenes que seguían murmurando, con seguridad podía pensar que él seguía siendo su tema de conversación.

—Lucia, me dijiste que no te gustan los pelirrojos.

—Eso era antes. A él le queda perfecto—le menciona su amiga cubriendo su rostro con sus manos para disimular su fascinación al ver a Ian quien ya se había acercado a ellas.

—Señoritas, aquí están las prendas que les mencioné. Espero que alguna sea de su gusto.

—Nos lo llevaremos todo—responde de inmediato la joven que aún cubría su rostro.

—¿Así?—coinciden en la pregunta su amiga y el joven causante de su decisión impulsiva. Eran más de diez vestidos para nada económicos.

—Si, pasaré a pagar ahora mismo—se levantó la joven con apresuramiento.

Ian solo optó por asentir. Eso significaba más ganancia para ellos, más dinero para él por lo que podría gastarlo en comprar aquellos dulces que se quedó mirando el otro día en la feria. Si no fuera porque tenía que pagar varias cosas, los hubiera comprado sin duda. Sentir ese sabor agradable de un dulce era lo único que invadía sus pensamientos.

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⏰ Last updated: Mar 20 ⏰

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No quiero una vida así | IanWhere stories live. Discover now