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Después de completar su impresionante acrobacia, Rebekah dio un pequeño salto y quedó cara a cara con Elena

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Después de completar su impresionante acrobacia, Rebekah dio un pequeño salto y quedó cara a cara con Elena.

—Tú—rompió el silencio Rebekah—Que gusto.

—Esperaba poder hablar contigo.

—¿Sobre qué? ¿Stefan?—preguntó—Tranqulila, me alejaré hasta que me trate mejor—Elena suspiró y comenzó a buscar algo en su cartera mientras Rebekah continuaba hablando—De hecho, creo que deberías hacer lo mismo, para ser honesta.

—De hecho, prefiero hablar de esto...

Elena alzó la imagen que sostenía en su mano para exhibirla ante Rebekah.  La sonrisa de la rubia se desvaneció poco a poco al reconocerlo. Era su nombre, escrito en vikingo.

—Quiero saber porque tú y tus hermanos llevan mil años huyendo de su padre.

Rebekah parpadeó un par de veces, aun perpleja.

—Tengo que ir con las chicas. Se acerca el partido de bienvenida—respondió cambiando de tema y giró sobre sí misma.

—Entonces le preguntaré a Mikael al despertarlo.

La expresión facial de Rebekah adquirió una mayor gravedad. Se notaba claramente en su semblante una marcada inquietud y temor. La mujer de cabello rubio volteó una vez más para dirigir su mirada hacia Elena.

—Estás alardeando. No sabes dónde está, nadie sabe.

—¿Y quién está en ese cementerio en Charlotte?—inquirió Elena, dejando a Rebekah cada vez más confundida.

—Si lo despiertas todos vamos a morir.

—Entonces dime.

—¿Por qué quieres saber?

—¿Por qué no quieres que lo haga?

Rebekah inhaló profundamente y humedeció ligeramente sus labios antes de dar una respuesta.

—Tengo que volver con las chicas—concluyó.

Rebekah se distanció velozmente de Elena y se acercó al conjunto de chicas con las que se encontraba previamente.
El día se estaba desarrollando de forma magnífica hasta que Elena irrumpió con la novedad de haber localizado a Mikael. Lo más preocupante es que desean despertarlo sin tener conocimiento de las posibles consecuencias que esa acción pueda acarrear.

Después de algunas horas, Elena fue contactada por Rebekah, quien le propuso tener una charla confidencial en la casa Salvatore, lugar donde ella se estaba quedando después de que Klaus desapareciera repentinamente. Ahora Elena se encuentra mirando a Barbie Klaus desde una puerta mientras investiga o examina algo en todos los espacios de la habitación.

—Pensé que ibas a permanecer en la residencia donde tu hermana vive con su trío de perras con problemas de comportamiento.

—No me malinterpretes, Elena. Quisiera convivir nuevamente con mi hermana. Sin embargo, ella pasa todo el día fuera haciendo cosas que solo dios sabe. Sus amigas son geniales, pero no voy a ser su niñera.

¹judas, damon salvatore (tvd)On viuen les histories. Descobreix ara