#cuatro

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Alicent a pasado por este proceso cuatro veces asi que no necesita la confirmacion de ningun maestre, sabe lo que es, puede sentir los cambios que comienza a experimentar su cuerpo, las feromonas con aroma a leche materna que expele dos lunas despues de su noche de bodas con Rhaenyra.

No es como si la Alfa le de descanso. Es tán insaciable, qué no le basta con solo tocarla una vez.

Han tenido intimidad tantas veces que no le asombra estar embarazada. Después de todo ese es su trabajo como Reina consorte, darle hijos a la Dinastía Targaryen. Ya le dio cuatro hijos a Viserys y ahora no sabe cuantos más le dará a Rhaenyra, pero tal parece que uno solo no le bastará.

Acaricia su vientre el cual apenas y tiene una curva, cubierta por la tela de su vestido rojo y negro. Las risas de sus pequeños niños la hacen enfocar su atención en el panorama que nunca creyó ver jamás.

Rhaenyra juega con sus hermanos e hijos sin hacer distinción de ninguno. Y Alicent agradece internamente qué la Alfa no haga menos a sus hermanos por no ser hijos nacidos de su sangre, podrán ser frutos del segundo matrimonio de su padre, pero eso solo los hace sus medios hermanos y Alicent no podría siquiera pedirle que los trate con amabilidad.

Son hijos procreados por un Alfa que no es Rhaenyra, semillas que fueron plantadas por el fallecido Rey Viserys.

Alicent no puede evitar pensar que esos niños serían hijos de Rhaenyra e imaginar que ellos seis serían una familia feliz desde un principio, pero su padre se lo arrebato de las manos por su ambición, sacrifico su felicidad por ver a la sangre Hightower sentada en el trono. Un deseo que no cumplió, él murió y ella se enlazo con la Alfa que se siempre detesto.

—¿Que aflige la mente de mi Reina?.— la voz de Rhaenyra la saca de sus pensamientos.

La Alfa esta justo a su lado, mirándola con ojos atentos. Alicent aun no se acostumbra a su presencia silenciosa, imponente y majestuosa. La Alfa luce inalcanzable con esa postura recta con sus cabellos blancos trenzados y ropa que se asemeja a la que usan los caballeros para entrenar. La Alfa se niega a vestir de manera ostentosa, demasiado acostumbrada a las ropas qué usaba cuando solo era la princesa heredera.

—Solo contemplaba la imagen de mis hijos sonriendo felices, nunca los había visto de esa manera.— mira de nueva cuenta a donde ahora los niños se encuentran jugando sin restricciones.— Ellos nunca han tenido una figura paterna... Hasta ahora.

Rhaenyra resopla burlona y también lleva su atención al frente.

—Mi padre nunca fue bueno en eso de la paternidad.— dice de manera inexpresiva.— Fui desplazada por el simple hecho de ser mujer, obsesionado por tener un varón obligó a mi madre a parir hijos débiles qué nunca pasaban la noche.

Alicent sabe que es un tema delicado para la Alfa y nunca le a gustado hablar de ello asi que el hecho de que ahora le este contando todo eso, la hacen sentir digna de la confianza de Rhaenyra.

—Me nombró como su heredera por el remordimiento de haber matado a mi madre....— las feromonas de Rhaenyra cambian de manera brusca detonando su estado de ánimo.— Sabes el día que anuncio su matrimonio contigo lo confronte en sus aposentos.

La Omega jadea sorprendida, jamás se imagino que Rhaenyra pelearía por ella ante su padre, el Rey. Todo este tiempo tenía la idea de que nunca le importo lo suficiente como para luchar por ella y ahora el saberlo le hace dar un vuelco en el corazón, su Omega demasiado extasiado ante las palabras dichas por su Alfa.

—Le pedí e implore que no te tomará como esposa porque yo te amaba y quería unirme a ti, pero el solo dijo, "Todo Rey hace sacrificios, es algo que entenderás cuando tu también lo seas".— Rhaenyra enfoca su atención en la Omega.— Me habló del deber como Heredera debía realizar.— suelta una risa sin chiste, qué suena más a un gruñido, un lamento de una alma herida, negada a dejar atrás el rencor.— Su deber como Rey era casarse con Laena, pero en cambio me obligó a casarme con Leanor.

—Rhaenyra...

—Odie a mi padre todo este tiempo y él siempre supo cuanto lo aborrecia, incluso cuando lo vi agonizando, postrado en esa cama lo único que podía sentir era el rencor quemando mis entrañas.— declara como si las palabras crueles salidas de su boca solo hablaran de temas sin importancia, palabras que podrian condenarla a la ira de los Dioses.

Los ojos de Alicent se llenan de lágrimas por todo lo que tuvieron que pasar para poder estar juntas de nuevo. Todas las adversidades y obstáculos que los Dioses le pusieron en el camino para volver amarse como siempre debió ser.

Cuanto tuvimos que sufrir, amor, para poder estar juntas, para poder estar entre tus brazos.

—No quiero que Jacaerys pase por ello, ninguno de mis hijos.— la voz de Rhaenyra se vuelve  escuchar después de un tiempo en silencio.— Quiero que sean capaces de elegir con quien compartirán su vida una vez crezcan.

Ambas voltean a ver a los niños que aun están juntos en el jardín. Alicent ve con una mueca qué no pasa desapercibida para Rhaenyra como Jacaerys le regala una flor lila Aegon quien algo tímido la toma entre sus manos y le da un beso en la mejilla en modo de agradecimiento.

—Somos dragones Alicent, y los dragones siempre arderan.

La Omega quiere preguntar si sus hermanos también tendrán el derecho de elegir su destino, más sin embargo las palabras se quedan guardadas en el filo de boca, temerosas de ser pronunciadas.

Alicent le cuesta admitir que le avergüenza hablar y pedir por sus hijos, demasiado cohibida e indigna de rogar por más de lo que ya la Alfa les da.

No puedo obligarte amar a unos hijos que no son tuyos, pedir por la misericordia de que los protegas con tu poder.

No puedo pedirte más de lo que yo misma soy capaz de ofrecer a tus hijos.

Alicent sabe que es una hipócrita.

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⏰ Last updated: Aug 18, 2023 ⏰

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REÍNA CONSORTE » RHAENICENT. Where stories live. Discover now