Mis razones para mentir

Recordar

Anthony.

Mi amado hermano

Mi primer amor...

- Anthony, yo te amo... - murmure. Aún así el escucho, sonrió y respondió:

- Yo también te quiero, idiota.

- No, no ese tipo de cariño... Yo estoy enamorado de ti. - baje la mirada al decir lo último.

Por fin...

- ¿No estás bromeando, cierto?

Negué.

- Vaya... esto si es una sorpresa.

- No quiero que estés obligado a responder - dije -. Solo quería que lo supieras.

Anthony ladeo la cabeza y se acerco a mi tomando de mis muñecas: - Sé que quieres que responda, es lo que todos quieren; una respuesta.

Mi labio bajo tembló.

- Eres valiente, Alec. Confesarse a tu hermano es algo que es solo para valientes.

- Es estúpido - opiné.

- No lo es - corrigió -, para nada. Alec. Perdón, pero no te puedo ver como algo más que mi hermano menor.

Primera apuñalada.

- Sé que te es doloroso oír esto, pero es la única manera de decirte la verdad - apoyo su frente en la mía.

- No me ayudas a superarlo... - susurre.

- Perdón - sonrió -. Se fuerte, Alec.

Y se alejo de mi.

Segunda apuñalada.

Tócame nuevamente... te lo suplico...

El teléfono empezó a emitir ese molesto sonido.

- Yo contesto - aviso. - ¿Hola? Alina, ¿qué tal?

Tercera apuñalada.

Es su novia...

- ¿A dónde? Wow, ¿no crees qué deberías dejar de darte tantos lujos? - rió -. Sí, vale... ¿Ahora? - me observo y sonrió -. Perdona, no iré. Hoy me quedare con Alec - y corto la llamada.

Sonreí junto mis ojos húmedos.

Se acerco a mi: - Qué se vaya a la mierda.

No pude evitar sonreír como idiota mientras sus brazos me rodeaban, o llorar cuando apoye mi mentón en su hombro y respirar su olor. No, no pude evitar llenarme de felicidad aún con la idea de que un "nosotros" nunca exista.