Ya no tienes que luchar

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Con la noticia del cáncer de Amelia en remisión, el alivio y la gratitud inundaron el corazón de Buck. Esperó ansiosamente afuera de la habitación de Amelia, deseando estar a su lado cuando despertara y compartiendo la buena noticia con ella.

Después de un tiempo que pareció interminable, el médico finalmente se acercó a Buck con una sonrisa. "Buck, puedes entrar ahora. Amelia está comenzando a despertar."

El corazón de Buck latía con fuerza mientras seguía al médico hacia la habitación. Con cada paso que daba, sentía una mezcla de emoción y nerviosismo. Cuando entró en la habitación, sus ojos se posaron en Amelia, que gradualmente abría los ojos y miraba a su alrededor con confusión.

"Cariño", susurró Buck, su voz llena de cariño y emoción.

Amelia se volvió hacia él, sus ojos enfocándose gradualmente en su rostro. Una mezcla de reconocimiento y sorpresa cruzó su expresión. "Buck... ¿estás aquí?"

Buck asintió con una sonrisa radiante. "Sí, estoy aquí. Estoy aquí contigo."

Amelia parpadeó, su mente aún luchando por aclararse. "¿Qué... qué pasó?"

Buck tomó su mano suavemente. "Amelia, tienes que escucharme. Los médicos han estado cuidando de ti, y tengo una noticia increíble. Tu cáncer está en remisión. Estás bien."

Los ojos de Amelia se llenaron de lágrimas mientras absorbía la impactante noticia. "¿En remisión? ¿Estás seguro?"

Buck asintió, una sonrisa llena de alegría iluminando su rostro. "Sí, los médicos lo confirmaron. Amelia, estás bien."

Las lágrimas rodaron por las mejillas de Amelia mientras la realidad de la noticia comenzaba a asentarse. Era como si una carga pesada hubiera sido levantada de su pecho. Miró a Buck con un amor profundo en sus ojos y susurro: "No puedo creerlo..."

Buck se inclinó y la abrazó con ternura. "Amelia, estamos en esto juntos. Superaremos cualquier adversidad, enfrentaremos cada tormenta, y celebraremos cada victoria."

Amelia lo abrazó con fuerza, aferrándose a él como si fuera la roca en medio de su tormenta. "Gracias, Buck. Por estar aquí. Por ser mi apoyo."

Buck acarició su cabello suavemente. "No tienes que agradecerme. Te amo, Amelia, y estamos en esto para siempre."

Los dos compartieron un momento íntimo y emotivo, sus corazones conectados a través de la alegría y el alivio que sentían. La lluvia y la tormenta que habían sido parte de su historia ahora daban paso a un arcoíris de esperanza y amor. En medio de las adversidades que habían enfrentado, Buck y Amelia habían demostrado que su amor era capaz de superar cualquier desafío y que juntos podían enfrentar un futuro lleno de posibilidades y alegría.

El amor que desafió el cancérWhere stories live. Discover now