ERES TU Y SOLO TU.

755 43 1
                                    

Después de su conversación con Amelia, Buck salió del hospital con el corazón pesado. Sus pensamientos eran un torbellino de emociones mientras se enfrentaba a la difícil realidad de la situación. Quería estar allí para Amelia, pero también entendía su deseo de protegerlo de los momentos difíciles que podrían estar por venir.

Los días pasaron, y Buck continuó asistiendo a su trabajo en la estación de bomberos mientras mantenía un contacto ocasional con Amelia a través de llamadas y mensajes. Siempre estaba ansioso por saber cómo estaba ella, pero también estaba decidido a respetar sus deseos de espacio en los momentos difíciles.

Una tarde, mientras el sol comenzaba a ponerse y arrojaba tonos cálidos sobre la ciudad, Buck decidió que era hora de regresar al hospital. Sabía que no podía evitar la tristeza y el dolor que podrían estar por venir, pero también sabía que su amor por Amelia era lo suficientemente fuerte como para enfrentar cualquier desafío.

Al entrar en la habitación de Amelia, la encontró recostada en su cama, con una sonrisa tenue en los labios al verlo. Buck se acercó lentamente, sintiendo una mezcla de alegría y aprensión en su interior.

"Hey", dijo Buck suavemente, tomando una silla junto a la cama. "¿Cómo te sientes hoy?"

Amelia le sonrió, aunque había un matiz de tristeza en su expresión. "Te dije que no volvieras."

Buck asintió, tomando su mano con ternura. "Amelia, quiero que sepas que no me importa las condiciones dificiles en las que te vere , sin importar lo que enfrentes. No tienes que lidiar con esto sola."

Amelia miró sus ojos sinceramente y luego apartó la mirada. "Buck, no quiero que me veas en los peores momentos. No es justo para ti."

Buck tomó su mano con más firmeza y la obligó a mirarlo. "Amelia, somos un equipo. Compartimos los buenos momentos y también los difíciles. No tienes que cargar esto sola."

Amelia parecía conmovida por sus palabras, y Buck pudo ver cómo luchaba con sus propios sentimientos. Sin pensarlo más, Buck se inclinó lentamente y la besó suavemente en los labios. Fue un beso tierno, lleno de amor y apoyo, un gesto que trascendía las palabras.

Cuando finalmente se separaron, Amelia lo miró con asombro. "Buck..."

"No quiero que sientas que estás sola en esto", dijo Buck con voz suave pero decidida. "Estaré aquí contigo en cada paso del camino."

Las lágrimas brillaron en los ojos de Amelia mientras le sonreía con gratitud.

Buck le acarició la mejilla con ternura. "Amelia, mereces todo el amor y el apoyo del mundo. Y eso es lo que estoy aquí para darte."

Amelia se recostó en el pecho de Buck, suspirando suavemente mientras mantenía su mirada fija en el techo blanco de la habitación del hospital. Los latidos de su corazón se sincronizaron con los latidos de Buck, creando un vínculo silencioso y reconfortante entre ellos.

Buck rodeó a Amelia con sus brazos protectores, sintiendo la calidez de su cuerpo contra el suyo. Juntos compartieron un momento de paz en medio de las luchas y los desafíos que enfrentaban. No había necesidad de palabras en ese momento; su conexión era tan profunda que las palabras parecían superfluas.

El silencio se prolongó, solo roto por el suave sonido del latido de sus corazones y la respiración tranquila. Amelia finalmente rompió el silencio, su voz suave pero llena de emoción. "Buck, no sé cómo expresar lo agradecida que estoy de tenerte en mi vida."

Buck acarició suavemente el cabello de Amelia mientras sus labios rozaban su frente en un beso tierno. "No necesitas decir nada, Amelia. Estoy aquí porque quiero estar aquí, porque mi vida se ha enriquecido desde que te conocí."

Amelia se acomodó aún más en los brazos de Buck, sintiendo un amor que trascendía las palabras. "Sé que hay momentos difíciles por delante, pero saber que estás a mi lado me da la fortaleza para enfrentar lo que sea."

Buck besó suavemente la coronilla de Amelia, su voz llena de determinación. "No importa lo que venga, lucharemos juntos. Eres valiente y fuerte, y no estás sola en esto."

Cerrando los ojos, Amelia se sumergió en la seguridad que sentía en los brazos de Buck. A pesar de los desafíos médicos y emocionales que podrían enfrentar, sabía que tenían algo especial y significativo. Juntos, enfrentarían los altibajos de la vida, apoyándose mutuamente en cada paso del camino.

El tiempo se desvaneció mientras seguían abrazados, encontrando consuelo en la presencia del otro. El techo blanco de la habitación del hospital parecía desvanecerse, y solo existían ellos dos, unidos por un amor que había surgido en medio de la adversidad. Y mientras la luz del día se desvanecía, dejando paso a la tranquilidad de la noche, Buck y Amelia encontraron en ese abrazo un refugio contra todo lo que el mundo les lanzara.



El amor que desafió el cancérWhere stories live. Discover now