— ¿Qué hacen aquí tan temprano? ¿No se supone que estarían en la empresa hasta tarde? -preguntó Leo con su tono sarcástico característico en pleno efecto-
Sonreí y respondí con una respuesta igualmente sarcástica.
— Bueno, si vamos a la empresa ahora, nuestro juego de seducción matutino perdería su propósito.
Leo frunció la ceja, evidentemente desconcertado por mi comentario.
— ¿Qué? ¿A qué te refieres con juego de seducción matutino?
Fede y yo intercambiamos una mirada cómplice, divertidos por la confusión de Leo. Decidí explicar un poco más, aunque de manera enigmática.
— Ya te lo explicaremos más tarde, Leo. No te preocupes.
Leo se encogió de hombros y sonrió con malicia.
— Bueno, explíquenme ahora, ¿me puedo unir al juego?
Acepté la propuesta de Leo, pero no sin establecer una pequeña condición.
— Claro, puedes unirte, pero espera a que termine esta partida.
Leo asintió y se acercó a Fede, mirando sus cartas con un gesto de travesura.
— Entonces, ¿quién va ganando?
Fede levantó una ceja y sonrió.
— Estamos en medio de la partida, Leo. Aún es demasiado pronto para decirlo.
Leo se encogió de hombros y se volvió hacia mí.
— ¿Y tú, Mariana? ¿Cómo vas?
Miré mis cartas y luego a Leo, jugando al misterio.
— Digamos que estoy en una posición cómoda.
Leo rió y se acercó a Fede, diciendo las cartas que tenía en la mano. Me reí al ver la expresión de incredulidad de Fede.
— ¡Leo eso es trampa!
Leo se echó a reír mientras yo revelaba mis cartas.
— ¡En ese caso, gane! -exclamé con una sonrisa triunfal, revelando las dos cartas finales-
Fede soltó una risa derrotada y me miró con incredulidad.
— ¿En serio, Mariana? ¿Un +2 azul y un +4?
— No es mi culpa que el destino esté de mi lado.
Nos reímos juntos mientras recogíamos las cartas y organizábamos el juego para la próxima partida. Aunque nuestra tarde había tomado un giro inesperado, la diversión y la risa llenaron la habitación, disipando cualquier rastro de miedo o ansiedad que había sentido anteriormente.
Leo se unió a nosotros en el juego, y pasamos el resto de la tarde riendo, bromeando y compartiendo historias. Fede demostró ser un jugador hábil, pero también tenía su cuota de mala suerte con las cartas, lo que nos llevó a más risas y momentos cómplices.
Mientras la tarde avanzaba y la luz del día comenzaba a desvanecerse, sentí una sensación de ligereza y felicidad que no había experimentado en mucho tiempo.
Después de varias partidas emocionantes y muchas risas compartidas, decidimos poner fin al juego por el momento. Leo se despidió con una sonrisa traviesa, diciendo que iría a descansar. Dio unas palmaditas en el hombro de Fede y le guiñó un ojo antes de dirigirse hacia su habitación.
Fede y yo nos quedamos solos en la sala. Este se puso de pie y estiró los brazos.
— Bueno, creo que también es hora de que me retire a descansar. Ha sido un día emocionante.
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Invisible string
RomanceUn grupo de jóvenes y adultos se refugia temporalmente en la lujosa casa de Mariana, una mujer adinerada, quien les permite elegir cualquier habitación excepto una prohibida. A medida que exploran, especulan sobre el motivo de la prohibición. Desaf...
Capitulo 12 - Una cualqueira.
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